El
País de Madrid
Por
Javier Valenzuela desde Washington
El
republicano George Bush y el demócrata Al Gore tienen vía libre en su
carrera hacia la Casa Blanca. �Ya no soy un candidato activo a la
presidencia de Estados Unidos�, anunció ayer John McCain desde su
refugio personal de Sedona (Arizona). McCain no llegó a pedir el voto
para Bush. Pero sí le deseó �suerte� y auguró que puede ser el
próximo titular de la Casa Blanca. Bill Bradley, derrotado por Gore en
todas y cada una de las 15 primarias demócratas del supermartes, anunció
aún más claramente su retirada y su respaldo al vicepresidente. �Ha
llegado la hora de la unidad del Partido Demócrata�, dijo Bradley.
McCain, vencido por Bush el martes en 9 de las 13 primarias republicanas,
incluidas las de Nueva York y California, señaló que �suspende� su
candidatura y cancela todas las comparecencias electorales que tenía
previstas en las próximas semanas. Sin dinero y sin apoyos ni esperanzas
tras sus superderrotas del supermartes, McCain no hará campaña contra
Bush en las muchas primarias que quedan por celebrar, comenzando por las
del martes en Florida y Texas.
El senador por Arizona y ex prisionero de guerra en Vietnam ha sido la �revelación�
de la temporada política estadounidense. Ayer arrojó la toalla. Pero
McCain no pidió el voto para Bush, con el que libró una agria pelea en
las últimas seis semanas. El senador por Arizona se reservó el derecho a
seguir predicando los temas que le han hecho tan popular entre los
electores más moderados del Partido Republicano y entre los
independientes y los demócratas. En particular, su �cruzada� a favor
de reformar la financiación de la política norteamericana. Las campañas
quedan siempre en manos de intereses millonarios: de este modo, salen
favorecidos los candidatos de los aparatos partidarios como Gore y Bush.
A McCain le provocó un daño irreparable su derrota en Nueva York, el
último cartucho de su rebeldía frente al aparato republicano. McCain
contaba con muchas bazas en Nueva York: la simpatía de los medios y �en
una rara coincidencia� el explícito apoyo editorial del liberal The New
York Times y el conservador The New York Post. Y también la moderación
de los republicanos de este estado, la sed neoyorquina por todo lo nuevo y
diferente y el peso de un voto católico que podía ser sensible a los
ataques del ex senador por Arizona contra Bush por la presencia de éste
en la universidad fundamentalista protestante de Bob Jones. Pero el
gobernador de Texas, con el 51 por ciento de los votos frente al 44 por
ciento de McCain, también conquistó esa plaza.
Los asesores de McCain lamentaban ayer el gran error de su campaña: herir
a sus correligionarios republicanos comparando a Bush con Clinton e
insultando a dos célebres predicadores teleevangelistas. Conseguir con
esa actitud la candidatura republicana a la Casa Blanca era una misión
casi imposible. Una especulación insistía en que McCain optaría esta
primavera por luchar por la candidatura de un tercer partido, quizás el
Reformista de Ross Perot. Pero McCain rechazó ayer esa posibilidad. �Soy
un leal republicano de Reagan, amo a mi partido, es mi hogar�, dijo.
McCain insistió en que, si quieren ganar en noviembre, los republicanos
deben dejar de ser el partido conservador para convertirse en el de la
reforma. Para ganar la pulseada con McCain, Bush se corrió demasiado a la
derecha. Ahora debe recuperar esa idea del ex héroe en Vietnam y moverse
hacia el centro. En esa zona templada ya está bien asentado Gore.
La retirada de Bradley fue definitiva. El ex jugador de básquetbol se
felicitó por haber situado en la agenda electoral demócrata sus temas
favoritos: la universalidad de la cobertura médica, la lucha contra la
discriminación y la reforma de la financiación política. Pero como Gore
ha anunciado que incorpora esas preocupaciones a su agenda, Bradley pidió
ayer a sus partidarios que en adelante apoyen al vicepresidente.
TERMINO LA CUMBRE
BARAK-ARAFAT
Nos vemos en Washington
En la tercera
cumbre en menos de tres días entre el premier israelí Ehud Barak y el
líder palestino Yasser Arafat en la localidad playera de Sharm el-Sheik,
con el presidente egipcio Hosni Mubarak como anfitrión, hubo muchas
declaraciones de buena voluntad y augurios. Pero ningún anuncio oficial
de avance en las negociaciones. La noticia más importante corrió por
otro lado. El jefe del gabinete de seguridad israelí, Dany Yatom,
aseguró que Israel transferirá a la Autoridad Nacional Palestina (ANP)
el control militar de tres pueblos de los alrededores de Jerusalén en la
tercera etapa de la retirada de su país.
Barak y Arafat abandonaron el balneario egipcio del Mar Rojo en pleno
silencio. El único que habló del resultado del encuentro de apenas una
hora fue Mubarak, quien aseguró que �nos reunimos hoy y arreglamos
muchos problemas�. El mayor arreglo sería que Arafat y Barak habrían
ratificado retomar las negociaciones de paz el domingo 20 de marzo en
Washington, para intentar llegar a un acuerdo final entre israelíes y
palestinos antes del 13 de setiembre. Trascendió además que Barak
habría aceptado transferir el control de los pueblos de Abu Dis, Azariya
y Al Ram, en los que la ANP ya ejerce el poder civil, pero no la �seguridad
general�, todavía bajo la supervisión de la policía y el ejército
isralíes. Sin embargo, esa entrega no sería en abril, cuando Israel
cumpla su retirada del 6,1 por ciento de Cisjordania, tal como lo
establecen los acuerdos de Sharm El-Sheij firmados en setiembre del año
pasado, sino recién en junio. �No es imposible que las tres localidades
sean transferidas a los palestinos en el marco de una tercera retirada
(prevista para mitad de año), o en el marco del estatuto final�,
reconoció Dany Yatom a la Radio Israelí.
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