Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


UN PRESO ADMITE QUE SALIA A ROBAR EN UNA CARTA QUE TIENE LA JUSTICIA
Salidas de trabajo

La carta del preso �uno de los que robó el restaurante Dolli� es citada en tres causas: allí explica que salía del penal de Caseros para robar con la venia de los penitenciarios, a cambio de parte del botín. Dos testigos de esas salidas murieron en circunstancias sospechosas, uno de ellos en Caseros.


Por Carlos Rodríguez

t.gif (862 bytes) En una película argentina de los ochenta, un preso interpretado por Gerardo Romano se escapaba de la cárcel de Caseros, con la complicidad de los guardias, en el interior de un camión de la basura. Minutos después participaba de un audaz robo. Como la realidad se parece a la ficción, o viceversa, una carta atribuida a un preso detenido ahora en el penal de Melchor Romero relata fugas idénticas a las de la película, con el visto bueno de funcionarios del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que abrían las puertas de Caseros a cambio de miles de pesos, más un porcentaje sobre el botín de los robos por realizar durante la salida ilegal. La carta aparece citada en tres causas en trámite. En una está procesado el autor de la nota, Alejandro Hebert Núñez, por intento de robo y asesinato una noche en la cual, según el SPF, él debía haber estado en Caseros. En las otras dos se investigan las sospechosas muertes de los presos, del mismo penal, Miguel Angel Arribas y Maximiliano Gastón Noguera Brizuela. Los dos eran testigos de las fugas y sus familias creen que los asesinaron para que no abrieran la boca. Ahora se teme por la suerte de Núñez.
La sucesión de hechos comenzó a salir a la luz el 18 de julio de 1998, cuando tres ladrones intentaron robar en el restaurante Dolli, en Palermo Chico, pero tropezaron con el cabo de la Federal Rubén Juárez, quien los enfrentó. El suboficial murió acribillado a balazos con una 9 milímetros robada. El juez Alberto Baños intervino y encontró en un lavadero del barrio de Agronomía el auto utilizado por la banda. Una cámara de video del lugar permitió individualizar a los tres delincuentes: Noguera Brizuela, Hebert Núñez y Reinaldo Fabián Maini.
De los tres, el único sobreseído, por duda razonable, fue Maini, mientras que quedaron procesados Noguera Brizuela �prófugo desde el 26 de junio de 1998� y Núñez. En un comunicado difundido el 19 de octubre de 1998, con la firma del alcaide mayor Antonio Vargas, el SPF aseguró que Núñez, para la fecha del fallido atraco, estaba en la Unidad 1 de Caseros, mientras que Maini se encontraba en la Unidad 24 de Marcos Paz. El juez Baños le creyó sólo la mitad y dictó el procesamiento de Núñez, a la vez que inició una investigación que involucra al SPF.
Para esa fecha, Baños recibió una carta manuscrita firmada por Núñez, en la cual a lo largo de cinco hojas se detallan supuestas maniobras de oficiales del SPF para facilitar salidas irregulares a cambio del pago de sumas que iban de los 1.000 a los 3.000 pesos, más el reparto del producto de los robos que se realizaran durante las salidas, que en algunos casos podían durar meses. El propio Núñez reconocía que él había gozado de esas prebendas, confirmadas con su presencia en el frustrado robo a Dolli.
Según consta en la causa por la muerte de Arribas, la carta firmada por Núñez �da cuenta de distintas irregularidades cometidas por personal del SPF entre las que se destaca la de permitir el egreso periódico de internos alojados en la Unidad número 1 mediante el pago de dinero sin autorización de los tribunales a cuya disposición los mismos se encuentran detenidos�. La nota, según se dice allí, �fue incautada por personal de requisa de dicha unidad en la celda del interno Hebert Núñez y remitida en fotocopia� al juez Baños. Aunque el texto completo es guardado como papel de oro, trascendió que se menciona con nombre y apellido, o con cargos y apodos de fácil reconocimiento, a varios �altos ex jefes del SPF�.
Baños resolvió tomarle declaración indagatoria a Núñez, teniendo en cuenta que admitía que �se encontraba incurso en el delito de evasión�. Como nadie está obligado a declarar en contra de sí mismo, el preso rechazó la autoría de la carta, pero lo hizo por medio de una deliberada contradicción. Cuando le preguntaron si quería escribir y firmar en un papel para someterse a una pericia caligráfica, aceptó poniendo su nombre completo. La firma y letra son idénticas a las de la carta. Núñez, que tiene tres fugas anteriores y es famoso por su fina ironía, sonreía mientras entregaba el papel que llevaba su sello. Gustavo Semorile, abogado de Núñez y del fallecido Noguera Brizuela, dijo a Página/12 que dará a conocer el texto de la carta �sólo si es conveniente para mi defendido�. Por ahora, se preocupó por denunciar �la difícil situación� que atraviesa Núñez en Melchor Romero �por el temor de una represalia�. Recordó que a fines de abril se hará el juicio oral por la fuga de Noguera Brizuela, de la que participaron Julio Pacheco, miembro de la banda de Luis �El Gordo� Valor, Gabriel Chiavasco �otro defendido por Semorile�, Fabián Junco y Sixto Albarenque.
El letrado anticipó, en pocas palabras, su línea de defensa: �Dicen que ellos lograron escapar del penal de Villa Devoto con credenciales falsas de abogado y con un gran despliegue que demuestra su peligrosidad, pero yo me pregunto cómo hicieron para sortear las cuatro puertas de hierro que tienen que atravesar si no contaron con la ayuda del SPF�.
Otras fuentes comentaron, fortaleciendo la hipótesis, que la imagen de Julio Pacheco es inconfundible. �Nunca lo podrían confundir con un abogado: tiene el sello de preso en la frente�. Un ex funcionario del Ministerio de Justicia, experto en cuestiones penitenciarias, aseguró: �Es difícil escaparse de Caseros o Devoto, salvo que estén involucrados varios jefes del Servicio Penitenciario; es la única forma�.
Núñez menciona como testigos de las salidas concertadas a Miguel Angel Arribas y Noguera Brizuela. Los dos están muertos. Arribas fue baleado por la espalda, el 20 de abril de 1999, por el ayudante de tercera del SPF Jesús Pablo Giménez. Los relatos coinciden en que Arribas intentó fugarse cuando era trasladado hasta los tribunales de la calle Paraguay 1536.
Las contradicciones de los 16 testigos que declararon, sobre un total de 30 citados, aparecen a la hora de decir si Arribas tenía o no las esposas puestas. Si no las tenía ¿quién lo ayudó a sacárselas? Los abogados Daniel Stragá y Fernando Doldán, que representan a la familia de Arribas, también dudan y han pedido una investigación a fondo en la causa que lleva el juez Fernando Rodríguez Lubary, que podría ir a juicio por �homicidio simple� o por �homicidio por exceso de la legítima defensa�.
La bala que mató a Arribas ingresó por el glúteo y afectó la vena cava inferior. Murió desangrado. La ambulancia del SAME tardó quince minutos en llegar y el médico Pablo Guzzani dejó constancia que perdió varios minutos más en subirlo a la ambulancia porque el jefe de la custodia del SPF le impidió actuar con la celeridad del caso.
Noguera Brizuela apareció muerto el 4 de enero pasado en su celda de Caseros, a donde había retornado luego de ser recapturado en agosto de 1998. Semorile cree que murió �por asfixia por acción mecánica�, lo que significaría que alguien le apretó el cuello. Mariana, la viuda del preso, aseguró a este diario: �Mi esposo no tenía motivos para suicidarse como dice el Servicio Penitenciario; a él lo mataron porque sabía lo que estaba pasando�. En la causa por la muerte de Noguera Brizuela interviene la jueza María Angélica Crotto.

 


 

LA HISTORIA DEL PRESO MUERTO EN UN RARO EPISODIO
�Lo dejaron desangrarse�

Por C.A.

Las imágenes que Nora de Savalía muestra de su hijo Miguel Angel Arribas son apenas una muestra de las irregularidades que, según ella cuenta a Página/12, se viven cotidianamente dentro de las cárceles del Servicio Penitenciario Federal. La fotografía que aparece en estas páginas, tomada el dos de diciembre del �98 en el piso 13 de la Unidad 1 de Caseros, prueba como al pasar que un objeto obviamente prohibido dentro de un penal tal como una máquina fotográfica puede ingresar si se tiene el contacto debido en el SPF. La historia de Miguel Angel Arribas es, paradójicamente, parte de una trama compleja, en la que su muerte resultaría la consecuencia de haber sabido demasiado sobre negocios más graves que la simple coima de un guardia por ingresar una cámara con la que ilustrar esas tardes de domingo con la visita.
Miguel Angel, hijo único de Nora, una mujer que hace veinte años trabaja como telefonista en el hospital Fernández, comenzó con las malas juntas cuando era un chico de 16. Por robar estéreos pronto fue a parar a un Instituto de Menores. �Me mudé para acá desesperada para cambiar de ambiente, pero los amigos nuevos que hizo no robaban pasacasettes, sino que robaban casas�, cuenta Nora, en un pulcro departamento de Chacarita.
A los 18 años volvió a caer preso, esta vez por un intento de homicidio en una pelea callejera. Desde entonces, hace 7 años, que Nora conoce los hábitos de los carceleros: �El SP te cobra por todo. Cuando no son los cigarrillos son los veinte pesos, o los diez, o los treinta. Es un peaje por todo. Hoy mismo en Caseros pasar de �la villa� a los celulares -celdas con más comodidad� cuesta 300 pesos�, dice Nora. �Todo el mundo sabe que adentro se vende droga, alcohol, y que para mejorarle las cosas al detenido hay que conseguir un penitenciario y pagarle �asegura su marido, Francisco Artigas�. Yo le llevé esa cámara de fotos a través de un guardia que después de dejarnos tomar algunas se la quedó él�.
En la época de la foto que muestra Nora, Miguel era compinche carcelario y viejo conocido de otros dos chorros: Heber Núñez y Gastón Nogueras. Fue así hasta que la investigación del robo al restaurante Dolli dio como fruto un descubrimiento por lo menos extraño: según los reconocimientos uno de los ladrones era Núñez, un hombre que estaba preso al momento del robo. Hasta allí, Miguel Arribas era un preso más que esperaba además de casarse con Laura, el resultado del juicio oral por el robo a mano armada por el que había caído preso en octubre, en medio de un tiroteo. A comienzos de 1999, y trasladado a Devoto desde Caseros, su situación ya era tensa dentro de la cárcel. �Se rebeló en una de esas requisas donde los del penitenciario les roban todo, ropa, recuerdos, lo que encuentran y fue a parar al pabellón 6, de castigo�, cuenta su padrastro.
El 20 de abril, cuando llegaba en un camión celular del SPF a los tribunales de la calle Paraguay, Miguel Angel salió corriendo y en su escapada el disparo de un guardia le dio en la nalga. Francisco sostiene que con él tenía confianza suficiente como para pedirle ayuda si tenía intenciones de escapar: �me habría dicho negro, traete la moto, o el taxi, pero no iba a salir como un loco así porque sí�. La primera explicación sobre su muerte comenzó a aparecer cuando Nogueras se comunicó con la familia y les dijo que tenía que darles información sobre los motivos por los que fue acribillado Miguel. �Ahí entendimos que algo había, porque los testigos coinciden en que lo dejaron desangrarse, y el mismo médico que quiso atenderlo fue frenado por los penitenciarios para que no lo tocara, mientras agonizaba�.


Un debate de alto voltaje

El caso de Salvador Raineri, quien fue muerto la semana pasada tras un raid con rehenes, levantó sospechas sobre el mecanismo usado en las unidades penales para conceder el beneficio de las salidas transitorias a las que acceden los internos. En esa instancia se generó un cruce ácido y corrosivo entre el Poder Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires y la Justicia. Aquí una síntesis de los hechos:
  Federico Domínguez, presidente del Tribunal de Casación Penal bonaerense, se presentó ante un fiscal para iniciar una investigación sobre las salidas irregulares de Raineri de la cárcel. �Quiero que se investigue la compra y venta de certificados de buena conducta para salir de la cárceles, y de los jueces y camaristas que estuvieron con el caso�.
  Luis Alberto Santillán un preso de Sierra Chica, denunció en una entrevista publicada por Página/12, que �los que consiguen la posibilidad de salir son los que trabajan para el jefe. Porque vos afuera sos guita�, dijo. En ese reportaje, Santillán agregó que �existen dos libros de firma� que se usarían como cobertura. Los detenidos que obtienen la salida e ingresan más tarde, �firman por toda la semana�.
  Carlos Ruckauf, gobernador de Buenos Aires, ante la acusación de Domínguez salió a respaldar a su ministro de Justicia, Jorge Casanovas y al Servicio Penitenciario Bonaerense, al tiempo que responsabilizó a los jueces por el permiso de salidas transitorias concedidas a Raineri. �Les recuerdo �dijo� que esos señores (Raineri y Lucero) estaban en libertad el otro día por decisión de los jueces�. En esa apuesta anunció que evaluaba la posibilidad de pedir un jury contra los magistrados. También pidió que se impida obtener la libertad anticipada a cualquier condenado por homicidio.
  Las críticas de Ruckauf al Poder Judicial dieron lugar a una batalla donde las acusaciones de ambos sectores mostraron un complicado conflicto de poderes. Después de las acusaciones contra los jueces, la Suprema Corte de Justicia Bonaerense intimó al gobernador a presentar en 24 horas las pruebas sobre �presuntas irregularidades�. La actitud alineó en pleno a la Cámara de Apelaciones y Garantías, integrada por la sala que autorizó a Raineri y al Colegio de Magistrados de La Plata.

Otros paseos de reclusos

Las salidas ilegales, facilitadas por autoridades del penal, tienen antecedentes judiciales tanto en las cárceles del Servicio Penitenciario Federal como en las que dependen del SP Bonaerense. En agosto de 1996, el guardiacárcel bonaerense Julio César Rodríguez fue condenado a tres años de prisión por proveer de armas de fuego a varios presos, a los que permitía salir del penal de Ensenada.
El juez en lo penal de La Plata Emir Caputo Tártara consideró probado que el cabo primero del SPB. Rodríguez incurrió en los delitos de �malversación de caudales públicos�, por haber facilitado armas a presos, y de �falsificación de documento público�, por haber adulterado el libro de guardias del penal para posibilitar las salidas clandestinas. Rodríguez los proveía de pistolas reglamentarias 9 milímetros y a cambio pedía 50 pesos de anticipo, más el reparto del botín en partes iguales.
Otro caso similar ocurrió en el penal de Villa Devoto, con el detenido Alberto Scalzone, quien en septiembre de 1998 fue detenido por personal de la comisaría 48ª por participar en un robo. Al buscar los antecedentes del ladrón, la policía descubrió que tenía una condena a 12 años de prisión por el asalto a la sucursal Núñez del Banco de Galicia. Y lo que es peor, en ese preciso momento debía estar encerrado en Devoto.
En relación con este caso se produjo un duro intercambio de acusaciones entre el Servicio Penitenciario Federal y el juez de ejecución penal Néstor Narizzano. El SPF argumentó que se había emitido un informe negativo respecto de la conducta de Scalzone que no fue tomado en cuenta por Narizzano, quien igual le concedió un régimen de salidas transitorias, durante las cuales el preso volvía a las andadas.

 

PRINCIPAL