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SE VOTA HOY, REPSOL Y TELEFONICA EN EL EJE DEL DEBATE
Ricos y famosos en comicios

Los beneficios de las grandes empresas y la precariedad de los contratos de trabajo se constituyeron en los principales argumentos con que los socialistas de Joaquín Almunia buscan desbancar hoy a José María Aznar.

José María Aznar, seguro del triunfo durante su último mitín electoral.
Impulsado por la baja de la desocupación, cuestionado por favorecer a las grandes corporaciones.


Página/12 en España
Por Raúl Kollmann desde Madrid

t.gif (862 bytes) Telefónica, Repsol, los bancos españoles, Iberia. Todas las empresas que han desembarcado con extraordinaria fuerza en la Argentina se han convertido en el centro del debate de la elección que hoy se realiza en España. José María Aznar, el presidente del gobierno español y candidato del Partido Popular, es acusado por su adversario, el socialista Joaquín Almunia, de haber favorecido durante su mandato a esas grandes empresas y, por consiguiente, administrar el Estado a favor de los ricos. Aznar se defiende argumentando que el impulso a esas grandes empresas permitió mejorar la situación de todos los españoles.
Este choque tradicional derecha-izquierda ocupó el centro de la escena de una carrera que no despertó pasiones en la gente y que llega al final con una ventaja de tres puntos para Aznar. De todas maneras puede haber sorpresas: hay una franja de la población que hace años que no vota porque se decepcionó de los socialistas por los casos de corrupción. Si esa gente va hoy a las urnas �es difícil�, puede darse vuelta la tortilla. En diálogo con Página/12, uno de los especialistas en encuestas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) reconoció que Aznar puede conseguir alrededor del 42 por ciento de los votos, Almunia el 39 y la Izquierda Unida, que apoya a Almunia, cerca del seis por ciento. Pero en este país no gana el que saca más votos sino el que consigue más diputados. Y la realidad es que buena parte de los legisladores salen de las provincias chicas, donde el oficialismo tiene más fuerza. Contando diputados, las previsiones son que la gente de Aznar logre 164 legisladores, contra 141 del PSOE. Para ganar, hay que sumar 175 y el oficialismo lograría ese total �si todo sale como dicen las encuestas� acordando con los nacionalistas catalanes.
En las calles, el ambiente es bastante frío. Casi no se nota que hay elecciones y toda la propaganda que se ve son unos afiches chicos que cuelgan de un lado de los postes de luz. En una cuadra hay afiches de Aznar, en la siguiente, de Almunia. No hay pintadas, no hay pasacalles y casi no se hace propaganda por televisión. Es muy cara, dicen. Además en España existe la saludable norma de que sólo se puede hacer campaña durante las últimas dos semanas de la carrera electoral, algo que reduce los costos y evita que los partidos recurran a fondos que nunca se sabe de dónde vienen.
En otros países las últimas contiendas electorales giraron alrededor de las características buenas o malas de los candidatos, la corrupción y la eficiencia para gobernar. Aquí en España, el debate fue mucho más ideológico porque los socialistas se unieron a Izquierda Unida y la polémica se relacionó casi instantáneamente con las empresas que, no por casualidad, conviven con los argentinos desde hace unos años.
  Los socialistas argumentan que Aznar enriqueció a las grandes compañías, que crecieron en forma extraordinaria. Sus accionistas mayoritarios y gerentes ganaron sumas fantásticas, mientras que el 80 por ciento de los impuestos los paga la clase media. Es obvio que, si gana Aznar, Telefónica, Repsol, Iberia y otras empresas estarán en su salsa y seguramente continuarán su política de expansión, incluyendo a la Argentina.
  Por el lado del PSOE, la estrategia no será confrontar con esas empresas, pero obviamente harán una fuerte ofensiva para cambiar a todos sus directorios. Les cobrarán más impuestos que ahora y lo más probable es que se reduzca un poco la política de crecimiento de esas companías.
  La otra polémica que existe aquí también es conocida para los argentinos: los contratos de trabajo. En España se puede contratar a unapersona incluso por una semana y los nuevos trabajos que se consiguen son muy precarios: no hay empresas que tomen personal fijo. El oficialismo argumenta �y las cifras lo confirman� que la desocupación se redujo notoriamente, mientras que el PSOE retruca que la baja en la desocupación no es un fenómeno español: se produjo en Estados Unidos y toda Europa, gracias al crecimiento de la economía. �Ese no es mérito de Aznar -argumentan�. Por el contrario, aquí el gobierno permitió que los nuevos trabajos sean todos a contrato, muy precarios�.
A pesar de las polémicas, los ciudadanos prestaron poca atención a la carrera electoral. Aquí ni siquiera hubo un debate televisado entre Aznar y Almunia �Aznar no quiso� que le pusiera cierto condimento a la competencia. El voto es voluntario �se calcula que votará más del 70 por ciento�, pero la vida continúa: hoy hay fútbol, cine y teatro como siempre.
Tal vez lo que mejor pinte el panorama es un chiste que el viernes publicó el diario El Mundo:
En el dibujo, la vidente está sentada delante de la bola de cristal. El cliente no es otro que José María Aznar, el candidato oficialista.
�¿Y qué va a pasar? �pregunta Aznar ansioso.
�La bola dice que no habrá cambios después de las elecciones. Todo seguirá igual �contesta la vidente.
�Sí, sí, eso ya lo sé. ¿Pero gobernando yo o gobernando Almunia?

 

opinion
Por Juan Marsé *

Siempre me decepciona cuando me preguntan por cómo sigue la campaña de los partidos políticos. Es claro que me ha interesado, pero lo que no me gusta es tener que hablar sobre ello. Los políticos nos preguntan ahora, cuando ellos quieren, pero ¿por qué no nos preguntan por temas que son más importantes como, por ejemplo, la educación? Todo está por hacer.
Siempre he votado y lo haré este domingo. A todo, antepongo mis convicciones democráticas. Y, a pesar de todo, votaré a la izquierda. El "pese a todo" es solamente a título personal. Pero puede decirse que me siento renovado después del pacto entre el PSOE e Izquierda Unida. No soy profeta y, por tanto, no puedo aventurar si se trata de un acuerdo coyuntural, de una confluencia de intereses... De momento me parece algo a considerar.
A las encuestas, sólo les doy el 50 por ciento de credibilidad. Desconfío de ellas. Porque en realidad, sólo me creo la mitad de lo que los periódicos cuentan cada día, no sólo en las encuestas, sino de todo en general. Estuve respondiendo durante una hora a preguntas en una rueda de prensa, y después no ha salido ni una palabra en ningún sitio. Es que sólo se habla de la campaña.

* Novelista español, autor de Ultimas tardes con Teresa y Si te dicen que caí. Declaraciones publicadas en el diario El País.

 

 
La interna de los artistas

La puja entre las figuras populares tiene un ganador apabullante: la izquierda. El acto de cierre de Almunia se inició con un impactante video en el que Antonio Banderas pide el voto por los socialistas. Joan Manuel Serrat hizo campaña y lo mismo ocurrió con Imanol Arias, Víctor Manuel, Ana Belén y Joaquín Sabina.
El Partido Popular sólo consiguió el apoyo de las viejas figuras del teatro de revistas de la época del franquismo y un viejo conocido de los argentinos, el cantante Rafael.
Por supuesto no faltaron quienes miraron para otro lado sin pronunciarse. El más conocido: Pedro Almodóvar. Aprovechó que está en Estados Unidos peleando por ganar el Oscar para Todo sobre mi madre y no emitió opinión.

Mire qué candidatos

El no tan pintoresco Jesús Gil y Gil, ex presidente del Atlético de Madrid y famoso dictador que tantas veces echó a jugadores y técnicos argentinos, resolvió presentarse como candidato de su partido, que obviamente se llama GIL, Grupo Independiente Liberal. Al principio preocupó al oficialismo por su discurso derechista de ultratumba, pero pocos creen que pueda conseguir la banca que busca. Gil quiere conseguir fueros para escaparles a las increíbles imputaciones por administración fraudulenta de su club.
Mario Conde estuvo en la cárcel por un desfalco multimillonario en el Banesto, por entonces uno de los mayores bancos españoles. De la cárcel salió para meterse con todo en la política y espera conseguir una banca.
Otro ex presidiario, José María Ruiz Mateos también estuvo entre rejas. Fue protagonista de uno de los desfalcos más grandes de la historia deEspaña, el escándalo Rumasa. Ya en libertad, el hombre tampoco se priva de presentarse con su propio partido.

 

HABLA JOAQUIN ALMUNIA
�Contra el coto privado de Aznar�

El País de Madrid
Por Jesús Ceberio/ Xavier Vidal Folch
Desde Madrid

Joaquín Almunia Amann (Bilbao, 1948), candidato socialista a la presidencia del Gobierno, exhibe en su biografía una síntesis de muchas cosas de España. De ascendencia familiar mitad árabe y mitad judía, es vasco y está casado con Mila Candela, murciana. Es abogado economista; estudió en Deusto. Fue ministro de Trabajo (con 34 años) y de Administraciones Públicas. Tomó las riendas del Partido Socialist Obrero Español (PSOE) después de 25 años de liderazgo de Felipe González; organizó unas primarias que perdió y asumió el liderazgo electoral por renuncia de Josep Borrell. Ha iniciado la reconciliación de las izquierdas, concretando una alianza con Izquierda Unida (UI). Pero la principal incógnita estriba en el grado de madurez que exhibe.
�La prensa británica ha publicado que hubo una estrategia pactada, por razones de Estado, para cerrar el �caso Pinochet�...
�La actitud del gobierno español ha sido penosa. La llegada de Pinochet a Chile nos ha producido a muchos la sensación de que el gobierno Aznar nos ha estado engañando. Dijo que respetaría cualquier paso que emprendiera la Justicia española, pero la ha entorpecido continuamente. Engañó al afirmar que el gobierno de Gran Bretaña no había mantenido conversaciones con el español. El gobierno nos debe una explicación a los españoles, a todos los demócratas que queremos que Pinochet no quede impune.
�Cada ministerio y cada sector exige más presupuesto. Pero ningún partido se atreve a proponer subir los impuestos...
�Es compatible reducir el déficit y afinar mejor las prioridades del gasto, siempre que se mantenga la carga fiscal �sin necesidad de que aumente, como ha hecho el gobierno Aznar� y crezca la economía. Pero afinar las prioridades implica que otras cosas no se podrán hacer. No soy un candidato de los que va a cada provincia prometiendo el AVE (tren de alta velocidad). Me repugna ese tipo de política, el que Aznar diga que va a bajar los impuestos cuando ya lo dijo hace cuatro años y lo que ha hecho es subirlos.
�¿A qué se dedicaría el impuesto ecológico? ¿Por qué lo tienen escondido?
�No lo tenemos escondido, está en el programa. El principio de que quien contamina paga es eficaz tanto para reducir la contaminación como para sustituir recaudaciones decrecientes en otros impuestos. Pero el gobierno Aznar lo veta en Europa, y refleja así el modelo de crecimiento de la derecha española, que fía todas nuestras posibilidades de competir a que sigamos siendo inferiores, a que nuestros salarios sean más bajos, a que los servicios sean peores.
�Se les critica a los socialistas por establecer pactos y alianzas distintas según sea la situación en cada territorio.
�En un Estado tan descentralizado políticamente, con una fragmentación del sistema de partidos que en cada territorio obedece a razones diferentes, sería impensable que un partido tuviese posibilidad de gobernar sin necesidad de alianza alguna. Y, a la vez, sería impensable que por no pactar con quienes también han recibido apoyo popular se cercenase la posibilidad de gobernar con estabilidad. Aznar dijo en Navarra que estaba muy preocupado porque el PSOE podía estar tentado de coquetear con el Partido Nacionalista Vasco (PNV). ¡Qué hipocresía! Lo que tenía que haber hecho Aznar era no haber roto de forma irresponsable el consenso autonómico.
�Ustedes se distancian de los nacionalistas, pero incluso en la mejor hipótesis para la alianza PSOE-IU, les necesitarán para formar gobierno. �He llegado a un acuerdo con Izquierda Unida, después de haber incorporado en las listas del PSOE a otros progresistas, a Nueva Izquierda. Me presento ante los electores con unos aliados y unos compromisos conocidos. ¿Tiene aliados Aznar? Creo que sí, pero él no quiere reconocerlo públicamente. Niega los apoyos que ha tenido y tiene, y oculta los apoyos que está dando en el Parlamento de Cataluña.
�Todos los españoles tenemos un problema en el País Vasco. ¿Qué haría su gobierno?
�Lo más urgente es tratar de recomponer el consenso, con tres actuaciones simultáneas. Primero, reestablecer el diálogo entre el gobierno español y el gobierno vasco, sean cuales fueren su composición y su apoyo parlamentario. Segundo, recomponer el diálogo y el consenso entre el partido gobernante y el principal partido de la oposición sobre la estrategia contra el terrorismo. Aznar utilizó atentados terroristas para deteriorar al gobierno socialista y yo, desde la oposición, me he negado a utilizar el terrorismo como elemento de lucha entre partidos.
�Su campaña ha tenido dos ejes. Uno, basado en el lema �nosotros somos la izquierda, con nuestros amigos de Izquierda Unida (IU)� y otra, �los amigos de Aznar se apoderan de España�.
�Tanto los más centrados como los más inclinados a la izquierda coinciden en muchos de los objetivos de nuestro proyecto de progreso. Pero lo que une a mucha gente es el deseo de evitar que España sea un coto privado de unos pocos amigos de Aznar encaramados a su enorme poder de decisión.
�Ha parecido que hacían la alianza como de sopetón. En España la izquierda ha tardado en dialogar entre sí más que en otros países.
�En España, a diferencia de lo que ocurrió en otros países tras la caída del Muro de Berlín, la izquierda vinculada al modelo comunista, IU, hizo del gobierno socialista el blanco de sus críticas, y eso retrasó el diálogo hasta 1996.
�¿Qué actitud hubiera tomado un gobierno Almunia ante una guerra como la de Kosovo? ¿Habría escondido la cabeza como hizo Aznar?
�Cualquiera que me conozca a mí y al PSOE sabe lo que haría como presidente ante un conflicto como el de Kosovo. Los compromisos internacionales están ahí y no cabe ninguna duda al respecto.
�¿Cree en una España mestiza?
�Empezamos a serlo. Y hay que defenderlo, hay que hablar de la política para una plena integración de los inmigrantes.
�Usted ha anunciado las 18 decisiones que adoptaría en sus primeros cien días en La Moncloa. De ellas, ¿por cuáles empezaría usted?
�Lo primero, recomponer el consenso en materia antiterrorista. En el ámbito económico, rebajar las tarifas del teléfono y de la luz. En el ámbito del empleo convocar a los interlocutores sociales y pedirles que reanuden el diálogo social para corregir la precariedad del mercado de trabajo.

 

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