Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Porque nunca te prometí un jardín de rosas...  


Augusto Pinochet Hiriart, el hijo mayor del ex dictador chileno, fue denunciado por su ex mujer: "El me torturaba".

Los padres de Augusto junior, Augusto Pinochet senior y Lucía Hiriart, en un lejano Chile de 1998.


Por Florencia Grieco
t.gif (862 bytes) 
Dicen que en casa de herrero cuchillo de palo. Puede ser. Pero también dicen que de tal palo tal astilla. Y parece aún más posible. Sobre todo porque si un hijo recibe las mismas acusaciones a nivel doméstico que las que recibe su padre a nivel mundial es que algún tipo de herencia tiene que haber transmitido el palo a sus astillas. Alguna que vaya más allá de la reproducción del nefasto nombre de Augusto Pinochet. Alguna que, por ejemplo, tache al primogénito de torturador, y le conceda al menos una de las siniestras cualidades que lanzaron a su progenitor a una oscura fama internacional y a una liberación aún más turbia. Porque para ser un Pinochet pura cepa no alcanza con un par de gritos, unas palmaditas, y algunos moretones de recuerdo. Después de todo, hay que dejar bien claro que la disciplina bien entendida comienza por casa.

  Un hijo siempre se parece en algo a sus padres, algo que en el caso de Pinochet se complica. Pero nada parece amedrentar a la primera copia del ex dictador, de 54 años, nombre ídem, voz ídem, y aspecto tenebrosamente ídem también. Al menos eso es lo que demostró haciendo carrera militar durante la dictadura de su padre, y política a partir de su retiro de la Presidencia. Pero el esfuerzo más logrado ha sido en el hogar. Allí, Augusto Pinochet Hiriart sí sabe cómo emular a quien le dio la vida. Para más datos está su ex mujer, quien aseguró que él la torturaba. María Victoria Molina, de 45 años, declaró al diario Ultimas Noticias que los malos tratos de Augusto junior eran constantes: "Mis hijos fueron testigos de esas situaciones que se arrastraron desde 1989. El me torturaba. Me golpeaba. Me pasaba un cuchillo y me decía que me lo iba a enterrar. Algunas veces me tiró contra el refrigerador bajo la amenaza de clavármelo".

  Después de casarse a los 16 años, convivido durante 20 y haber tenido cinco hijos, la ex del vástago mayor de Pinochet senior puso como fecha ejemplar el 2 de agosto de 1992, cuando su entonces marido trató de ahorcarla y sólo se atrevió a defenderla uno de sus pequeños hijos que, en una maniobra tal vez profética, hizo gala de un "arma punzante". "Mis hijos han pasado situaciones terriblemente traumáticas", "los ha lastimado psicológicamente", denunció. Y explicó que el motivo que la decidió a dar publicidad a los violentos modales de Augusto fue que se cansó de que él trate de dar una imagen pública de "víctima" (sin reparar, tal vez, que el hijo sólo estaba tratando de ser como su anciano padre). "Siempre ha sido un `hijo problema`, un `marido problema`. Muchas veces pude haber actuado contra él, pero siempre evité los escándalos." Quien no pudo evitarlos fue él.

  En 1990, inauguró su prontuario protagonizando un escándalo financiero-militar que tuvo como epicentro lo que después se conoció como los "Pinocheques": en una investigación parlamentaria salió a la luz una triangulación de armas por 91 millones de dólares a cargo del Ejército. Tres cheques por algo más de tres millones estaban dirigidos al hijo del ex dictador, a quien la rama de la que su padre fue máximo jefe había comprado parte de las acciones de la fábrica de fusiles Valmoval. Se le prohibió la salida del país, pero la investigación quedó en la nada. Dicen que Pinochet padre le criticó con dureza el affaire y que hasta le habría retirado el saludo. Pocos meses después de que su padre fuese detenido en Londres, en octubre de 1998, dijo que los que lo apresaron eran "bestias humanas". Nuevamente, su padre "se molestó mucho y se enojó. Se puede decir que fue un tirón de orejas", comentó en una entrevista hace un año.     Pero los esfuerzos por conseguir la aprobación del Augusto Pinochet original siguieron perfeccionándose puertas adentro. Tanta veneración  tendría por su padre que su ex mujer, en medio del relato sobre las torturas a las que se vio sometida, reconoció que hablará con el ex dictador para que la ayude. Esta vez tal vez no haya reproches: algo parece haber aprendido de Pinochet padre. Seguramente, el hijo mayor del ex dictador chileno y actual anciano achacoso y repatriado, no logre alcanzar los grados de perversión amplificada de su padre, pero si su intención era parecerse a él, tal vez sonría cuando le pregunten por casa cómo andamos.

 

PRINCIPAL