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Un hijo siempre se parece en
algo a sus padres, algo que en el caso de Pinochet se complica. Pero nada
parece amedrentar a la primera copia del ex dictador, de 54 años, nombre
ídem, voz ídem, y aspecto tenebrosamente ídem también. Al menos eso es
lo que demostró haciendo carrera militar durante la dictadura de su
padre, y política a partir de su retiro de la Presidencia. Pero el
esfuerzo más logrado ha sido en el hogar. Allí, Augusto Pinochet Hiriart
sí sabe cómo emular a quien le dio la vida. Para más datos está su ex
mujer, quien aseguró que él la torturaba. María Victoria Molina, de 45
años, declaró al diario Ultimas Noticias que los malos tratos de
Augusto junior eran constantes: "Mis hijos fueron testigos de esas
situaciones que se arrastraron desde 1989. El me torturaba. Me golpeaba.
Me pasaba un cuchillo y me decía que me lo iba a enterrar. Algunas veces
me tiró contra el refrigerador bajo la amenaza de clavármelo".
Después de casarse a los 16 años,
convivido durante 20 y haber tenido cinco hijos, la ex del vástago mayor
de Pinochet senior puso como fecha ejemplar el 2 de agosto de 1992, cuando
su entonces marido trató de ahorcarla y sólo se atrevió a defenderla
uno de sus pequeños hijos que, en una maniobra tal vez profética, hizo
gala de un "arma punzante". "Mis hijos han pasado
situaciones terriblemente traumáticas", "los ha lastimado
psicológicamente", denunció. Y explicó que el motivo que la decidió
a dar publicidad a los violentos modales de Augusto fue que se cansó de
que él trate de dar una imagen pública de "víctima" (sin
reparar, tal vez, que el hijo sólo estaba tratando de ser como su anciano
padre). "Siempre ha sido un `hijo problema`, un `marido problema`.
Muchas veces pude haber actuado contra él, pero siempre evité los escándalos."
Quien no pudo evitarlos fue él.
En 1990, inauguró su
prontuario protagonizando un escándalo financiero-militar que tuvo como
epicentro lo que después se conoció como los "Pinocheques": en
una investigación parlamentaria salió a la luz una triangulación de
armas por 91 millones de dólares a cargo del Ejército. Tres cheques por
algo más de tres millones estaban dirigidos al hijo del ex dictador, a
quien la rama de la que su padre fue máximo jefe había comprado parte de
las acciones de la fábrica de fusiles Valmoval. Se le prohibió la salida
del país, pero la investigación quedó en la nada. Dicen que Pinochet
padre le criticó con dureza el affaire y que hasta le habría retirado el
saludo. Pocos meses después de que su padre fuese detenido en Londres, en
octubre de 1998, dijo que los que lo apresaron eran "bestias
humanas". Nuevamente, su padre "se molestó mucho y se enojó.
Se puede decir que fue un tirón de orejas", comentó en una
entrevista hace un año.
Pero los esfuerzos por conseguir la aprobación del Augusto
Pinochet original siguieron perfeccionándose puertas adentro. Tanta
veneración tendría por su
padre que su ex mujer, en medio del relato sobre las torturas a las que se
vio sometida, reconoció que hablará con el ex dictador para que la
ayude. Esta vez tal vez no haya reproches: algo parece haber aprendido de
Pinochet padre. Seguramente, el hijo mayor del ex dictador chileno y
actual anciano achacoso y repatriado, no logre alcanzar los grados de
perversión amplificada de su padre, pero si su intención era parecerse a
él, tal vez sonría cuando le pregunten por casa cómo andamos.
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