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UNA VERSION TELEVISIVA DE "LAS MIL Y UNA NOCHES"
Había una vez una princesa


El especial, que dura cuatro horas, agrega a la fascinación de las historias originales
una poderosa batería de efectos especiales.

En escena, el sultán Schariar y Sherezada, la sultana más famosa


Por Verónica Abdala
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Es probable que los cuentos de Las mil y una noches sigan fascinando a lectores de todas las edades, culturas y nacionalidades porque "la gente necesita de las buenas historias tanto como el pan". Al menos ésa es la teoría que los autores de la adaptación ponen en boca de uno de los personajes de la versión para televisión que estrena el domingo 26 la señal Hallmark Enterteinment. Relatos como Aladino y la lámpara maravillosa, Alí Babá y los cuarenta ladrones, o Los siete viajes de Simbad el Marino han cobrado, de hecho, una vida independiente del corpus que integraron originalmente. Es que a lo largo de los siglos, los cuentos reunidos en Las mil y una... --cuyo origen, se calcula, data del año 2000 a.C., época en que se transmitían oralmente-- han cautivado a millones de personas con la misma eficacia con que la joven sultana Sherezada (interpretada en esta versión por la necesariamente hermosa Mili Avital) logra en la ficción atraer la atención del sultán Schariar, en su obstinada lucha por escaparle al destino. Según la tradición de su cultura y de su tiempo, a quien se hubiera convertido en la esposa del sultán le esperaba la muerte, tras la noche de bodas.

  Las historias surgen, en ese marco, como la única posibilidad que tiene la sultana de distraer a Schariar y a sus guardianes de su macabro propósito. Sherezada le narrará al marido una historia por noche, en un esforzado intento por mantenerlo, como ella dice, "atrapado". Su maestro, en esa empresa (que para quien no lo sabe culminará con final feliz) será un viejo y sabio cuentacuentos (rol que encarna el actor Alan Bates), quien le irá revelando las claves del complejo arte de narrar. O de enseñarle a la gente, como él dice, "el cómo y el por qué vivir". Desde este punto de vista, el relato de Las mil y una noches puede pensarse en sí mismo como una reflexión sobre la naturaleza del hombre y sobre las razones de la literatura.

  El programa, de cuatro horas de duración, presenta cinco historias que se desarrollan a partir de las palabras de la sultana: Aladino y la lámpara maravillosa (Jason Scott Lee como Aladino y John Leguizamo como el genio de la lámpara), Los tres hermanos, El jorobado, Alí Babá... (interpretado por Rufus Sewell) y Amín Abdur. Y se emitirá en dos partes: la primera, el domingo 26 de marzo a las 22, y la segunda, el lunes 27 a la misma hora. Para la filmación de cada una de las historias, que en la ficción transcurren en diferentes tiempos y lugares, fue necesario reproducir mediante múltiples decorados la geografía de la China (Aladino), el golfo Pérsico (El jorobado), Bagdad (Alí Babá) y El Cairo (Amín Abdur). Esas imágenes, a su vez, fueron ilustradas con impresionantes efectos digitales: se puede ver, por ejemplo, cómo el rostro de un personaje se transforma hasta alcanzar las facciones que más se corresponden con la descripción que de él hace la sultana (al estilo del video de Michael Jackson del tema Black and White). O a dos monstruosos reptiles dignos de Jurassic Park que, en el cuento de Alí Babá..., custodian la montaña que al grito de "¡Abrete Sésamo!" deja al descubierto su corazón de monedas de oro.

  Las dimensiones que alcanzó la producción enriquecen una puesta que rescata, entre otros componentes esenciales de los relatos, una dosis importante de misterio. En total, se utilizaron 4740 trajes, elaborados por cuarenta artesanos turcos, supervisados por un grupo de diez sastres y modistas italianos. Si se estirara el total de la cantidad de tela utilizada exclusivamente para el vestuario, cubriría un terreno de cuatro kilómetros y medio de largo, graficaron los representantes locales de la señal a Página/12. Las escenas fueron filmadas en la región de Capadocia, en Turquía, en un terreno cubierto de ceniza volcánica y de rocas en forma de cono, donde se construyeron 48 escenarios. Antiguas iglesias, monasterios y ciudades enteras bajo tierra fueron labradas de esta roca porosa. Allí fue albergado durante las semanas que duró la etapa de producción el elenco y el equipo técnico, compuesto por 235 personas.

 

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