Carlos
Ruckauf vetó el artículo
que impedía usar declaraciones |
La polémica reforma al Código
Procesal Penal bonaerense fue sancionada por la Legislatura el 22 de
febrero pasado. No fue fácil llegar a un acuerdo en una ley que entre sus
principales objetivos figuraba el de aumentar las atribuciones policiales.
Después de una serie de fallidos intentos de lograr consenso, finalmente
los legisladores de la Alianza, el PJ y el ministro de Justicia Jorge
Casanovas se comprometieron en una redacción final que coincidía en lo
central con el proyecto justicialista. El artículo 294 se refería a las
atribuciones policiales. Entre ellas, además de habilitar a los
uniformados a requisar en el lugar del hecho, el inciso 8 habilitaba al
interrogatorio del detenido, aunque en su última parte se impedía que el
resultado de dicho interrogatorio fuera documentado y funcionara como
prueba.
Pero con fecha 8 de marzo,
Ruckauf le bajó el dedo a las últimas ocho palabritas del inciso, las
que decían: "...y no podrá ser utilizada en el debate", con lo
que el producto del peculiar método histórico policial de interrogar no
podrá ser documentado pero podrá ser tenido en cuenta por los jueces.
"Antes de la reforma al Código, los jueces llamaban al policía al
debate como testigo. Y el policía volcaba esas famosas confesiones espontáneas
que se obtenían bajo tortura --explicó un asesor legal de la Alianza--.
El juez, de acuerdo a la trayectoria del policía, a su legajo, podía
valorar el testimonio como prueba. Con el 294, la policía podía seguir
con la investigación haciendo preguntas que llevaran a descubrir nuevas
pistas, pero lo que obtuviera no sería válido en el juicio. Fue una
especie de límite. Ahora, con el veto de Ruckauf, se abre lo más
perverso: la tortura volverá a ser el método habitual, y se recrea el
negocio policial en las comisarías. Porque, al tener injerencia en el
juicio, modificar un testimonio obtenido en un interrogatorio volverá a
tener su precio."
Ayer, indignación era el
adjetivo más apropiado para el clima que se vivía en el bloque
aliancista. "Ruckauf continúa rompiendo sus promesas", denunció
Alejandro Mosquera, vicepresidente de la Cámara de Diputados. "Sé
que Ruckauf es de convicciones fuertes, pero pensé que respetaba los
acuerdos políticos", afirmó Sigal. Ambos estaban dispuestos a
promover el rechazo al veto. Para lograrlo, la oposición deberá ahora
reunir los dos tercios en Diputados, algo que por el momento asoma como
una misión imposible.
Entretanto, en Capital, el
comisario Rubén Santos sostenía que "contar con algunas facultades
de las que hoy carecemos nos beneficiaría, entre ellas la de poder
interrogar a los sospechosos en el lugar donde se cometió un
delito". Desde la reforma del Código Procesal Penal, en 1991, la
policía no puede tomar declaración a un sospechoso. Como antítesis de
lo que ocurría en la provincia, en Capital la Alianza respaldó el
reclamo. "Las preguntas en el lugar del hecho es distinto a una
declaración tomada en los tribunales. Esto sí es perfectamente
posible", sostuvo Aníbal Ibarra. "No concibo una policía sin
atribuciones para combatir el delito", remató.
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