Por Diego Schurman
Hugo
Moyano se consagrará mañana secretario general de la CGT. El camionero
asumirá con el respaldo de media central sindical ya que el sector que
responde a la actual conducción de Rodolfo Daer no sólo decidió
desconocer el congreso de renovación de autoridades sino que además
convocará a uno propio para los primeros días de mayo. En otras
palabras, esta semana se formalizará la fractura del sindicalismo
peronista.
Los sectores en pugna se reunieron ayer por segundo día consecutivo para
buscar una fórmula de unidad. A la federación de viajantes llegaron Juan
Manuel Palacios y Daer. Uno en representación del ala rebelde, el otro en
nombre de los �gordos�, como se denomina a los gremios que hegemonizan
la conducción de la CGT. El lunes los mismos representantes habían
buscado en vano una solución al conflicto.
Daer propuso suspender el congreso convocado para mañana en Ferro,
depurar los padrones y llamar a un acto de cambio de autoridades para el
jueves 11 de mayo. Incluso barajó la posibilidad de renunciar
anticipadamente si Moyano desistía de su candidatura.
Pero el camionero no tiene pensado abandonar su sueño de conducir la CGT
y mucho menos prorrogar la fecha del congreso. De hecho ayer mismo
comenzó a consensuar con sus aliados los nombres que conformarán el
nuevo consejo directivo. Era prácticamente un hecho que el mecánico
José Rodríguez será su segundo en la central. Y que el congreso
sindical aprobará una movilización al Congreso de la Nación para el
día en que los senadores traten en el recinto la reforma laboral.
En una demostración de fuerza, los rebeldes se preocuparon en resaltar el
apoyo que el albañil Gerardo Martínez le dio a Moyano. En los últimos
días los �gordos� habían trabajado fervientemente para �recuperar�
al titular del gremio de la construcción.
La inflexibilidad que demostraron ayer las partes llevará
indefectiblemente a una pelea leguleya para ver quién se quedará con la
sigla CGT. No se trata únicamente de un lucha simbólica sino también
operativa y económica. Quien ostente la sigla será el interlocutor del
Gobierno, tendrá la potestad de convocar orgánicamente a las reuniones
internas y manejará las arcas que se nutren del nada despreciable aporte
de los sindicados adheridos.
Por eso, los rebeldes organizaron una inédita cumbre de abogados para
tallar la estrategia legal. El argumento es conocido. El congreso de
mañana fue convocado por los 24 miembros del consejo directivo, cuando la
CGT no estaba dividida y todos se oponían a la reforma laboral. Los
rebeldes aseguran que la decisión de los �gordos� de levantarlo
carece de sustento ya que el estatuto establece que para ello se necesitan
el apoyo de las dos terceras partes de los que lo convocaron. Es decir 16
votos. Y los �gordos� cuentan con 13.
Los abogados Héctor Recalde, Daniel Errante, Hugo Guida, Antonio Baliño
Gustavo Ciampa, Pablo Topet, Jorge Batista y Carlos Arias, entre otros,
buscarán además un �certificado de autoridad� al Ministerio de
Trabajo y si éste no se lo otorga o demora la resolución del tema se
apelará a la vía judicial.
Daer y el resto de los �gordos� �Armando Cavalieri, Carlos West
Ocampo, Oscar Lescano y Luis Barrionuevo, entre otros� insisten en que
el congreso de los rebeldes es �ilegal� ya que no reconoce a varios de
sus miembros como integrantes del consejo directivo. Por eso hoy
anunciarán la convocatoria de un congreso propio para mayo.
Flamarique al Senado
Alberto Flamarique concurrirá hoy al Senado para exponer sobre
reforma laboral en momentos en que el mayoritario bloque justicialista
ha empezado a delinear propuestas propias para modificar el proyecto
oficial, que cuenta con media sanción de Diputados.
El ministro de Trabajo se reunió ayer con legisladores del
oficialismo, quienes se mostraron predispuestos a incluir
modificaciones al proyecto �dentro de un paraguas de razonabilidad�
según palabras del titular del bloque, Raúl Galván. Lo inamovible
para el Gobierno sigue siendo el esquema de �descentralización de
la negociación colectiva�, punto que consideran el cimiento de la
iniciativa. |
El Gobierno mira de afuera
La formalización de la fractura de la CGT no preocupa mucho al
Gobierno. Fuentes oficiales señalaron a Página/12 que el Ministerio
de Trabajo se mantendrá �prescindente� en la interna sindical, ya
que estratégicamente le conviene una central partida antes que unida
y fuerte.
Se trata de una postura contraria a la de la Iglesia, que ayer mismo
hizo una gestión a través de la Comisión Pastoral Social para
acercar posiciones.
Al margen de las operaciones oficiales y las gestiones eclesiásticas,
los sectores en pugna no escatiman nada a la hora de hacer
demostraciones de fuerza. Ayer mismo los rebeldes se fotografiaron con
el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, quien llevó su apoyo
a Hugo Moyano para conducir la CGT. |
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