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![]() Siempre que pudo, Ocanto Ramírez le apuntó al Servicio Penitenciario Bonaerense y llegó a decir que durante la toma uno de los guardias, al que identificó como Diego Schmall, le entregó estupefacientes para que se los diera a los apóstoles Víctor Esquivel Barrionuevo y Marcelo Brandán Juárez. �Por teléfono me avisaron que había cosas para entregar. Yo tenía una faca y había entrado Schmall. Se acercó, me dio comida, cigarrillos, tres paquetes de levadura para hacer pan y drogas que eran para Brandán y Esquivel�. Agregó que el guardia le dijo que �las mandaba �el jefe� y yo se las entregué a Cacho Perales�, el preso que presuntamente daba las órdenes en el hospital donde estaban los rehenes. Luego de sentarse frente a los jueces, visiblemente nervioso, Ocanto pidió ayuda: �Antes de declarar quisiera que se me den las garantías hasta que cumpla mi condena�. Aseguró que ya tuvo inconvenientes en el penal de máxima seguridad de Melchor Romero, donde está alojado: �Hace poco me entregaron dos facas para que me mate y puede ser peor cuando termine el juicio y todos se olviden de mí�. Tan arrepentido está Ocanto Ramírez que hasta se cambió el nombre. Aclaró que se llama Rubén Darío y no Daniel Antonio, como figura en las actas del juicio. Esos nombres son los de su hermano. El primer apóstol que declara relató que cuando empezó el motín él estaba �en la cancha de Sierra Chica�. Lo llamaron desde los pabellones para decirle �que todo estaba podrido y que tomara rehenes o si no me mataban�. El que lo amenazó fue �El Negro Teté�, cuyo verdadero nombre es hasta hoy desconocido por todos, incluyendo los jueces y el fiscal. Ocanto se encargó de remarcar que su objetivo fue conseguir �ropa y mantas� para los rehenes. Sostuvo que con él colaboraron los también acusados Jaime Pérez Sosa y Marcelo González Pérez. Como los líderes del motín señaló a los internos conocidos como �Cacho� Perales, �Caramelo� Palacio Chávez, Iñapil Cristalde y el ya nombrado �Negro Teté�. Los tres primeros murieron en distintos hechos ocurridos tiempo después del desastre. Si bien admitió que los apóstoles Brandán Juárez, Esquivel, Miguel Acevedo y Jorge Pedraza estuvieron rondando el comando general, ubicado en la zona del hospital, benefició a los dos primeros al asegurar que los vio en el mismo lugar la noche en que fue asesinado Agapito Lencina, en otro lugar del penal. Brandán y Esquivel están acusados por ese crimen. Ocanto fue custodio de los 17 rehenes que tuvo el motín, muchos de los cuales reconocieron que él les dio un trato �cordial� o �amable�, aunque siempre andaba con una faca en la mano.
Motín, pero de guardias
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