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La diferencia de dos goles con que se acabó el partido en Arroyito fue poco premio para Central que al cabo del primer tiempo estaba tres goles arriba gracias a una magnífica noche de Maceratesi y había ampliado el margen cuando promediaba la segunda parte. Dos distracciones, dos llegadas y así achicaron los paraguayos que, a esta altura, con la mitad de los partidos disputados y todos perdidos, ya son el peor equipo de la Libertadores. Para elogiar el triunfo de Central hay que empezar por la voluntad de su entrenador de poner una formación ofensiva a rajatabla. Desde la elección de los nombres en la formación inicial se denunció la intención de Bauza. Ganar, hacer la mayor cantidad de goles posibles para asegurarse una buena diferencia en caso de que haya que definir el pasaje a segunda ronda por esa vía. Y luego, esa intención se corroboró en el campo. Colegiales es un equipo flojo, es cierto. Pero hay que hacer tres goles en un tiempo, en estas épocas de tantos recaudos tomados por equipos que se saben inferiores. Pizzi hizo la jugada del primer gol con una entrada por izquierda y cedió a Maceratesi que superó a Oviedo con un remate desde fuera del área. Diez minutos después Latorre puso un tiro libre en el pecho de Maceratesi que mató la pelota con el pecho y, sin dejar que tocara el piso, tiró a la red. El dominio de Central era absoluto. Hasta daba la sensación de que sobraban los tres del fondo que había dejado Central y entonces no extrañaba que llegara el tercero, más bien sonaba raro la demora en volver a gritar. El tercero llegó sobre el fin del primer tiempo cuando Ezequiel González limpió la defensa paraguaya y dejó solito a Maceratesi �en aparente offside� para que éste tocara al arco vacío sin problemas. El dominio rosarino mantuvo la presión sobre la zona defensiva de los paraguayos. El cuarto liquidó definitivamente el partido cuando un perfecto derechazo de González superó a Oviedo. Con el partido resuelto y sabiendo que las obligaciones domésticas no dan descanso, Bauza sacó a Pizzi, Maceratesi y a Moreno y Fabianesi con lo cual coincidió la ausencia de los hombres que habían tenido mejor rendimiento con cierta relajación general que permitió la tibia reacción de Colegiales con un excesivo premio de dos goles. El primero de Martínez en evidente posición adelantada y el segundo con un afortunado disparo desde afuera del área de Denis. Lo mejor de Central ya había pasado. Los hinchas se fueron contentos y preguntando cómo iban los otros rivales de la zona, América y Cristal que, a medianoche, aún estaban jugando.
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