RECAUDADORES
Por Antonio Dal Masetto |
Esta noche en el bar se comenta el extraordinario acontecimiento de la
visita de dos inspectores de la ex DGI, actualmente denominada AFIP, a la
librería de las Madres. Los parroquianos están entusiasmados con la
actitud de la señora Hebe que, blandiendo un escobillón, puso en fuga a
esos truhanes de mano pesada con los débiles y lamezapatos con los
poderosos. En realidad no se supo si los recaudadores eran verdaderos o
falsos, pero éste es un detalle que, a criterio de los parroquianos,
carece de importancia. Auténticos o truchos no hace diferencia, están
cortados con la misma tijera.
�Nunca supe de un objeto tan humilde como un escobillón que se
convierta en una espada justiciera� dice uno.
�Un buen golpe en la mollera es lo mejor para restablecer los justos
límites �dice otro.
�Señores, yo creo que ésta es una de esas señales que todo el mundo
está esperando y el ejemplo va a prender como paja seca. Estoy seguro de
que en unos días cada argentino bien nacido se va a lanzar a la compra de
su propio escobillón personal.
�¿Unos días? Ya está ocurriendo. Esta mañana fui al súper y se
habían agotado los escobillones. No quedaban ni los caros.
�Si me permiten �dice el parroquiano Anselmo�, yo tuve una
fabriquita de artículos de limpieza y me fui al tacho. Las máquinas
todavía están y el taller también. En este momento no tengo una moneda
partida al medio, pero si alguien quisiera asociarse podríamos montar una
empresa para fabricar escobillones. Es un proyecto perfecto: la
posibilidad de ganarse el sustento fabricando un objeto de tan digna
aplicación.
�Mejor que empresa yo sugeriría una cooperativa que es más
transparente.
�Yo me prendo.
�Yo también.
�Igual que el amigo Anselmo, tampoco dispongo de dinero, pero soy
habilidoso para las cosas manuales, puedo aportar mi capital de trabajo y
encargarme de la producción.
�Yo fui vendedor toda la vida, puedo vender desde monos a ascensores.
Así que si no se oponen me ofrezco como responsable del departamento de
ventas.
�Socios, ¿qué características tendría nuestro escobillón? ¿Los
pelos de qué van a ser, de cerda o de plástico?
�Eso no tiene mucha importancia, lo que vale es la parte dura, la de
madera. Por supuesto, que no vamos a desmerecer nuestro producto
fabricando algo berreta, habrá que pensarlo bien. De todos modos la
condición primera es que sea un objeto eficaz y contundente.
�Socios, no se olviden de que los malvados de las últimas horneadas
vienen con cabezas muy duras. La madera común tiene tendencia a romperse
si se la emplea con el adecuado entusiasmo. Sugiero que usemos quebracho,
que es prácticamente indestructible.
Aprobado por unanimidad.
�Y por las dudas yo propongo que le pongamos punteras de metal, como a
los zapatos de trabajo.
Aprobado por unanimidad.
�Socios, acabo de vislumbrar un pequeño inconveniente y es la
imposibilidad de llevar el escobillón con uno a todas partes. La
necesidad de uso puede aparecer en cualquier momento.
�Hago esta propuesta bajo el amparo del más sublime de los inventores,
Leonardo da Vinci �dice nuestro filósofo Espoleta�. Utilicemos el
principio del moderno paraguas retráctil, que se adapta a la cartera de
la dama y al portafolio del caballero. Un sistema de bisagras y varillas,
unbotón pulsador y zácate, en una fracción de segundos el escobillón
está armado, listo para cumplir su noble cometido.
Aprobado por unanimidad.
�¿Cómo se va a llamar el artefacto?
�Si no hay oposición me postulo como responsable del departamento de
publicidad �dice el publicista Philippe�, y como primer aporte
propongo que nuestro escobillón tenga este nombre: Ni se te ocurra.
Aprobado por unanimidad. Vítores y brindis general.
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