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EL SENADO SUSPENDIO A TISCORNIA Y OYARBIDE
Dos menos en la servilleta

Finalmente, los senadores suspendieron a los dos jueces, 
acelerando el proceso de juicio político. Oyarbide acababa de 
renovar su pedido de licencia. Ahora ninguno cobrará su sueldo.

Por Fernando Almirón 

t.gif (862 bytes) El Senado resolvió ayer suspender a los jueces Guillermo Tiscornia y Norberto Oyarbide. Ninguno de ellos podrá ejercer su magistratura hasta tanto culmine el juicio político por mal desempeño de sus funciones que se les sigue en el Parlamento. Oyarbide había renovado hace pocos días el pedido de licencia del que goza desde que estalló el escándalo por haber amenazado de muerte al mozo de un restaurante que aparentemente tenía información sobre la vida privada del juez federal. En cuanto a Tiscornia, la Cámara alta sólo necesitó cinco minutos para fijar el comienzo del fin de la carrera judicial del magistrado al que se lo cuestiona por su actuación en la investigación de varios casos de contrabando y en la denominada �causa del oro�. A partir de ahora, ambos jueces dejarán de cobrar sus sueldos.
La decisión del Senado �que en los juicios políticos actúa como Cámara de Sentencia� implica que Tiscornia no podrá ejercer la magistratura hasta tanto finalice el proceso parlamentario por presunto mal desempeño de su función en las investigaciones por el contrabando de oro y las causas por evasión tributaria que involucran al ex empresario Alberto Samid y a la firma Angelo Paolo. La votación tuvo una única disidencia: la del legislador peronista Héctor Maya. 
Tiscornia, de 45 años, se desempeñó hasta ahora como titular del Juzgado en lo Penal Económico Número 7, y no sólo afronta el juicio parlamentario que podría culminar con su destitución: el Consejo de la Magistratura también analiza varios pedidos de enjuiciamiento al ahora suspendido juez, que encarceló al ex administrador de la Aduana, Gustavo Parino, en un proceso luego anulado por un tribunal oral. En 1996, el ahora suspendido magistrado encabezó la resonante causa conocida como �aduana paralela� y en ese proceso allanó la consultora Latin Trade, perteneciente a un hermano de Domingo Cavallo, dispuso cientos de procedimientos y finalmente encarceló por trece días a Parino. El ex ministro Cavallo sindicó entonces a Tiscornia como uno de los �jueces de la servilleta� del ex ministro del Interior Carlos Corach.
Tiscornia tuvo a su cargo la instrucción de la causa por el contrabando de oro, que durante 1993 y 1994 posibilitó el cobro de reintegros indebidos por exportaciones ficticias. En el marco de esa pesquisa �de la que fue apartado� el suspendido magistrado indagó al empresario Enrique Piana, titular de la compañía Casa Piana y uno de los principales sospechosos por el fraude del oro. El acusado, que ingresó y salió de los tribunales argentinos sin esposas, está preso desde 1998 en Estados Unidos por posible lavado de dinero en las maniobras que aquí se investigaron hasta ahora sin resultados. 
También fue cuestionada la decisión de Tiscornia de sobreseer a la firma Angelo Paolo en un expediente por posible contrabando, así como su labor en la causa en la cual el empresario José �Cacho� Steimberg fue imputado por la presunta importación de autos bajo franquicias para discapacitados pero que en realidad estaban destinados a miembros de la farándula.
Al juez federal Oyarbide, también mencionado como integrante de la �servilleta� de Corach, se le inició juicio político en el Parlamento a pedido de su par Fernando Rodríguez Lubary, que pidió su desafuero para procesarlo por haber amenazado de muerte al camarero argelino Zinedinne Raschem. 
Este caso reveló la vida oculta del magistrado y su relación amistosa con el propietario del prostíbulo masculino Spartacus, Luciano Garbellano. Oyarbide también estaría involucrado en una red de protección a �saunas para hombres� del que también habría formado parte el comisario de la Policía Federal Roberto Rosas, alias �Clavel�. Rosas actuó como represor en el campo clandestino El Olimpo durante la dictadura militar.
�Cuando arreciaban las imputaciones en mi contra, nadie en la calle me gritó �homosexual�. Fue gracias a los ángeles de la guarda que protegen a los corazones sinceros y arrepentidos�, dijo en su defensa el magistrado, al borde del llanto, ante los senadores que en agosto del año pasado no lograron suspenderlo debido al apoyo que recibió de la bancada justicialista. El PJ dejó sin quórum la sesión cuando se estaba por votar su suspensión. Un apoyo con el que ya no cuenta. La decisión se adoptó ayer con el voto de todos bloques parlamentarios, con excepción de los justicialistas puntanos Alberto Rodríguez Saá y Carlos Sergenese.

 

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