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![]() �Yo nací junto con este cine�, cuenta Daniel Peralta, uno de los dueños del Los Angeles, quien llegó al mundo en 1947, junto con la inauguración de la sala que entonces administraba su padre. Desde 1965, el cine de Corrientes y Callao estuvo dedicado a los chicos, y hasta 1993 proyectó exclusivamente películas de Walt Disney. Ese año el Los Angeles, que tenía 1400 localidades, tuvo que achicarse: la planta baja quedó para una hamburguesería, y el primer piso se transformó en cuatro pequeñas salas con un total de 700 butacas. �Somos un cine independiente, no tenemos el poder de un circuito: a uno le cuesta la decisión de cerrar y sigue luchando, pero llega un momento en que no da más�, dice Peralta. El proyecto de declaración de la Legislatura porteña �que firman los diputados Fernando Finvarb, Roberto Arellano, Guillermo Oliveri, Rubén Gabriele y Lilia Saralegui�, �manifiesta su voluntad de que el Poder Ejecutivo formalice convenio con los propietarios, a efectos de que se proyecte cine o se represente teatro destinado al público infantil, fundamentalmente para escuelas o niños carecientes de recursos�. El diputado Finvarb explicó a este diario que el proyecto apunta a �reconocer un mojón de la identidad de la Ciudad de Buenos Aires�, y contribuiría que �no claudiquemos en preservar nuestro patrimonio arquitectónico e histórico�. Finvarb precisó que �para eso debe haber una contraprestación que le permita al cine seguir funcionando: los propietarios hablan de entre ocho y diez mil pesos mensuales. Quizá no sea mucho, dadas las dimensiones del cine�. El diputado señaló que �la decisión no le corresponde a la Legislatura: debe dirigirse al Ejecutivo comunal a efectos de que lo formalice si lo cree factible�. Desde el Ejecutivo porteño, Ricardo Manetti, director de Promoción Cultural, dijo a este diario que �tal vez podríamos contratar algunas funciones para chicos carenciados o escuelas, según las posibilidades presupuestarias�. Esta repartición viene desarrollando el Programa de Recuperación de Cines de Barrio, para salas cinematográficas en desuso que sean propiedad de entidades sin fines de lucro. El primer cine recobrado fue El Progreso, inaugurado en la década del 30 y perteneciente a una sociedad de fomento de Villa Lugano. En noviembre del año pasado volvió a las carteleras, y ofrece también funciones gratuitas, de cine y teatro. El próximo en recuperarse será el viejo cine Alba, en Moreno 2967, al que se le restituirá el nombre Eva Perón. La sala, con más de mil butacas, pertenece a la Unión Tranviarios Automotor (UTA). La última baja entre las salas porteñas fue �hasta ahora�, la del Grand Splendid, de Santa Fe y Callao, que pasará a una cadena de librerías. Inaugurado en 1919, era el cine más antiguo de Buenos Aires y en él se proyectaron las primeras películas sonoras. En julio del año pasado había cerrado su vecino el Capitol, que se convirtió en una disquería. La caída de estas salas corresponde al desplazamiento del público a los complejos de salas múltiples, en su mayoría instalados en los shoppings. Seis de cada diez entradas se venden en ellos. En conjunto, la gente va más al cine: en enero y febrero de este año se vendieron casi9 millones de entradas, 350.000 más que el año pasado. Los complejos múltiples son administrados por cuatro firmas, todas ellas extranjeras.
LA INUNDACION AVANZA EN
VARIAS PROVINCIAS
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