Por Roque Casciero
Hubo
un tiempo que fue hermoso, en el que los hermanos John y Tom Fogerty
lideraron una banda de rock bien norteamericano, bien rutero y bien crudo.
No era un dechado de virtuosismo ni sutileza, pero impactaba como pocas.
Se llamaba Creedence Clearwater Revival, duró apenas cinco años �entre
1968 y 1972�, pero en ese lapso sacó siete álbumes que están entre
los más clásicos de la historia del rocanrol. CCR vendió 120 millones
de placas y llenó de hits los charts del mundo, incluyendo los
argentinos. Pero Tom se fue del grupo en 1971 y los miembros restantes
apenas publicaron un disco más. Después se disolvieron y nadie supo de
sus vidas sino ocasionalmente, cuando alguno de ellos decidía grabar
algo. En Creedence siempre se miró a los Fogerty, pero había una base
monolítica conformada por el bajista Stu Cook y el baterista Doug
Clifford. A fines de los �90, la base decidió que era buen momento para
armar su propia versión de CCR. Los buenos de Stu y Doug Cliffords
reclutaron tres músicos y cambiaron por �Revisited� el �Revival�
del nombre original. Con la nueva formación ya han venido a la Argentina
en tres oportunidades, siempre con éxito.
¿Por qué estaba lleno el Gran Rex un martes a la noche? Hay dos formas
de ver el fenómeno de Creedence Clearwater Revisited. Una es pensar en
que Cook y Clifford son dos caraduras que lucran con los temas que compuso
John Fogerty y que la nueva versión es sólo una banda de covers agravada
por el hecho de tener miembros originales del grupo. Los detractores
pueden agregar que hacen canciones de hace treinta años, que no
evolucionaron en su sonido y montones de otros argumentos. Para ellos, la
calificación que figura más arriba es, sin dudas, una exageración y una
injusticia. Pero ellos no fueron a ver a los Revisited.
Quienes llenaron el Gran Rex, además de algunos jovencitos con remeras de
La Renga (CCR es una de las principales influencias de Chizzo y
compañía), eran nostálgicos de ese tiempo que fue hermoso, algunos con
las chapas voladas hace años, otros empeñándose en mantener el pelo
largo a pesar de las canas, de traje o con apretados atuendos de
motoqueros. Para ellos, tener a Cook y Cosmo Clifford enfrente es como un
sueño hecho realidad. Además, la garganta del cantante John Tristao
parece haber recibido el mismo tratamiento de aguarrás y papel de lija
que la de Fogerty, al punto que obliga a preguntarse si los científicos
que clonaron a Dolly anduvieron metiendo mano en las cuerdas vocales de
este gordo reemplazante del antiguo líder.
Todos los músicos la pasan bárbaro durante el concierto de los
Revisited. El baterista y el bajista, porque nunca antes obtuvieron
semejante atención de parte del público; el guitarrista Elliot Easton
(ex The Cars), porque puede hacer solos punzantes a placer; el cantante,
porque ocupa el lugar con el que debe haber soñado más de una noche; y
el tecladista Steve Gunner, porque lo dejan hacer unas introducciones más
bien innecesarias.
Y el público también disfruta, porque los Revisited pueden estar viejos,
pero continúan con la tradición del rocanrol a pura polenta que
caracterizó a los Revival en su época. La lista de temas comprime
veintitrés hits que uno ya escuchó hasta el hartazgo, pero que hacen
mover hasta al más amargo: �Born on the Bayou�, �Green River�,
�Suzie Q�, �Who�ll stop the rain�, �Midnight special�, �Proud
Mary�, �I put a spell on you�, �Fortunate son�, �Have you ever
seen the rain�, �Travelin band� y�Up around the bend�, entre
otros. Todo suena igualito que en los discos en los que cantaba John
Fogerty y, en caliente, la ilusión del viaje hacia el pasado funciona a
la perfección. Eso es todo, aunque no es poco.
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