Por Diego Schurman
Se trepó al acoplado de un trailer. Entregó las manos al cielo con los dedos en �V�. Y delante de cientos de trabajadores regaló su primera promesa.
�Ahora vamos a dar pelea. Vamos a marchar al Congreso en apoyo a los senadores que rechazan la reforma laboral.
Apenas asumida la titularidad de la CGT rebelde, Hugo Moyano convocó ayer a la segunda protesta contra el gobierno de Fernando de la Rúa. El camionero se distanció formalmente de esta manera de la fracción acuerdista del sindicalismo, que prefirió seguir alineada detrás de la CGT de Rodolfo Daer.
La convocatoria de Moyano se dio en el marco de un extenuante congreso celebrado en el microestadio de Ferro, donde fue ungido jefe de una flamante CGT combativa.
El camionero dejó en claro que continuará con la política de confrontación materializada en los primeros días de febrero con la marcha a Plaza de Mayo. Su objetivo es repetir la modalidad de la protesta el día en que los senadores traten la reforma laboral en el recinto.
Los rebeldes tienen depositadas grandes expectativas en los legisladores justicialistas. Son varios los emisarios de Eduardo Duhalde, consustanciados con Moyano, que ejercen lobby en el Congreso para desvirtuar el contenido de la iniciativa que ya logró media sanción en Diputados. Habrá que ver la actitud que asumirán los senadores cercanos a Carlos Menem, a quienes el ex presidente les pidió que votaran la ley a �libro cerrado�.
Moyano protagonizó innumerables encuentros en las últimas semanas para buscar consenso dentro del PJ a su candidatura. Pero también mantuvo contactos con Enrique Nosiglia, un consultor de cabecera de la dirigencia sindical. Los rebeldes buscaron del operador radical �en un encuentro en la casa de Dante Caputo� un gesto de �prescindencia� del Gobierno en la pelea por la sigla CGT.
A la luz de los hechos no lo lograron. El Ministerio de Trabajo rehusó enviar veedores al congreso de Ferro, dejando en claro que para el oficialismo la única CGT es la que integran los �gordos�, como se conoce en la jerga a Daer, Armando Cavalieri, Luis Barrionuevo, Carlos West Ocampo y Oscar Lescano.
En la Casa Rosada son muchos los que están convencidos de que la división es funcional ya que debilita el poder de los gremios. Otros, en cambio, sostienen que Moyano estaría más contenido en una central unida.
Premios y castigos
El congreso de los rebeldes sesionó durante diez horas. Y estuvo presidido por el cervecero Saúl Ubaldini. Ese papel estaba reservado originalmente para Raimundo Ongaro y Lorenzo Miguel. Pero los dos pegaron el faltazo. El ex titular de la CGT de los Argentinos no quiso fotografiarse con su rival histórico. El líder de los metalúrgicos adujo problemas de salud.
Los organizadores de todos modos pudieron avanzar con otra de las sorpresas que tenían programada para la jornada: la proyección de un tramo del documental Sinfonía de un sentimiento que Leonardo Favio realizó sobre el peronismo.
Como en los viejos tiempos, Ubaldini habló ante un abanico de sindicalistas que colmaron el estadio Héctor Etchart. Estuvieron los representantes del transporte y también los del sector industrial, a través de los metalúrgicos que responden a Miguel y los mecánicos de José Rodríguez.
La curiosidad fue la ausencia de Gerardo Martínez, una de las figuritas más buscadas de la jornada por haber militado históricamente junto a losdirigentes acuerdistas. De todos modos, el titular del gremio de la construcción (Uocra) no les falló a los rebeldes. Y la decisión de último momento de enviar a su gente le aseguró un lugar al sindicato en el flamante cuerpo directivo de la CGT combativa.
El mecánico Rodríguez y la azafata Alicia Castro también fueron premiados. El dirigente de Smata ocupará la secretaría adjunta y operará de señuelo para los gremios que prefirieron quedarse con Daer. Es sabido que Rodríguez tiene buenas relaciones con los acuerdistas y que podría tirar redes para unificar las dos CGT.
La secretaría administrativa otorgada a Castro, una de las más aplaudidas en Ferro, tiene más de gesto que de estrategia. Desoyendo las órdenes de la Casa Rosada, la legisladora de la Alianza rechazó abiertamente la reforma laboral. En el Gobierno no esperaron ni un día para presionarla con frases públicas y privadas de desacuerdo (ver aparte).
Del juego de presiones también fueron víctimas los representantes de Utedyc. Según contaron los propios congresales que llevaron su apoyo fraternal a Moyano, el acuerdista Barrionuevo los amenazó con hace valer sus influencias políticas para que le intervengan la obra social, endeudada en 28 millones de pesos.
Enemigos y enemigos
Desde hoy Moyano enviará telegramas de cesación en los cargos. Varios de ellos son estratégicos, como los dos del PAMI que actualmente ocupan los barrionuevistas Domingo Petrecca y Reynaldo Hermoso.
Para la próxima semana el camionero proyecta desembarcar en la sede de Azopardo e Independencia, acompañado de escribanos. La orden es no romper ni un cristal. Es decir, no habrá una toma por la fuerza. Por las dudas, los acuerdistas reforzaron la seguridad del edificio.
Seguramente las dos CGT se sumergirán en una pelea leguleya. Además de lo simbólico, la pelea incluye el manejo del aporte de los gremios.
Los rebeldes insisten en que el Gobierno no puede desconocer el congreso ya que el 7 de marzo enviaron una recusación al ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, donde se planteó que la suspensión del congreso dispuesta por los acuerdistas era �ilegal�. Entienden que, si en algún momento se planteó la suspensión del congreso, Flamarique sabía de su existencia.
El ministro no estuvo ausente en Ferro. Las barras se acordaron de su familia. Pero en el documento dado a conocer al promediar el acto se puntualizó que los enemigos reales no son los representantes del �gobierno democrático� sino �los verdaderos detentadores del poder: el capital financiero internacional, el FMI y el Banco Mundial�. A ellos adjudicaron la confección de la Ley de Reforma Laboral.
Por eso Moyano, cuando se trepó al camión estacionado en la puerta de Ferro, repitió como un disco rayado: �Vamos a darle pelea�. Sus seguidores no quisieron ser menos, y lo despidieron con un sutil aliento: �Hugo, Hugo, Hugo, huevo, huevo, huevo�.
Día triste para Daer
El titular de la CGT acuerdista, Rodolfo Daer, calificó la jornada de ayer como un �un día triste� para el movimiento obrero al considerar que la fractura �favorece a los grandes grupos económicos que someten al pueblo argentino�.
Daer, que no reconoce a Moyano como el nuevo secretario general de la central sindical, prometió �seguir trabajando� por la unidad del sindicalismo y exhortó al Gobierno a �crear a la brevedad un diálogo social entre las fuerzas del campo popular�, entre los que incluyó a Moyano y a los dirigentes que lo acompañan.
�Mis enemigos no son los dirigentes, son los grandes grupos económicos�, subrayó, al tiempo que ratificó la realización del Comité Central Confederal del próximo viernes 24 y el congreso del 11 de mayo �donde vamos a seguir levantando la bandera de la unidad, que no vamos a arriar porque no queremos ser funcionales a quienes someten la voluntad democrática del pueblo�. |
Cuatro miradas expertas sobre dos centrales obreras |
�Dinosaurios�
Torcuato Di Tella, sociólogo, profesor universitario.
�Hay una larga historia de divisiones en la CGT que expresan diferencias de opinión en la masa de afiliados, la clase obrera. El monopolio del peronismo dentro del movimiento sindical era perjudicial, porque consolidaba las situaciones antidemocráticas. La división contribuye a la democratización interna porque, aun cuando la situación parece ser una serie de sindicatos contra otros, en realidad dentro de cada sindicato se van a enfrentar las dos corrientes. Para el gobierno esta fractura es positiva, debilita un frente peronista duro. Para el movimiento obrero es parte de un proceso de liquidación de la vieja guardia de dinosaurios burócratas, que antes de morir se pelean entre ellos. Esta disputa va a acelerar su muerte. El reemplazo tiene que ser generacional y también ideológico. El principal actor del cambio va a pasar por la posición encarnada por Moyano y Palacios. La CTA tiene que fusionarse con el sector combativo de la CGT.�
Cambio de roles
Nelson Castro, periodista.
El panorama después de la fractura va a depender de cuál sea la relación de fuerzas que mantengan las dos tendencias de la CGT. Moyano, que había sido apoyado por la Alianza, ahora paradójicamente está más cercano al Partido Justicialista. Hay que seguir con atención la relación entre el Gobierno y la CGT de Daer & Cía, a la que varios miembros de la Alianza, cuando eran oposición, criticaban. Si tenemos en cuenta la fuerza con la cual salió Moyano, al gobierno esta fractura mucho no le conviene. Porque el sector disidente tiene más fuerza, ha juntado algunos gremios de mucho peso. Moyano salió con fuerza de la división, el MTA ha sumado organizaciones. La CTA va a tener una actitud opositora, porque sus afiliados están siendo afectados por la reducción del Estado. El Gobierno, que antes sostenía que Daer y Cía. estaban desprestigiados, ahora queda atado a las negociaciones con ese sector. Eso no es muy coherente con lo que venía diciendo y haciendo cuando eran oposición.�
�No tienen un Balza�
Julio Bárbaro, dirigente del justicialismo porteño.
�La fractura de la CGT no es grave porque en los últimos años careció de política. Su dependencia del menemismo dejó a Daer y a sus amigos carentes de toda representatividad. La ruptura revela vitalidad, la unidad fue hasta hoy una expresión de decadencia. La relación con una CGT dividida favorece al gobierno de Fernando de la Rúa. Además, el sindicalismo no tiene el prestigio necesario como para enfrentar a un gobierno. Esto consolida al MTA y deja a la CTA como una expresión marginal. Lo central es que el movimiento obrero hace años que carece de una figura que le devuelva el crédito frente a la sociedad. El movimiento obrero argentino necesita de su equivalente al general Balza que le devolvió el prestigio al Ejército. El liderazgo de Hugo Moyano es una tendencia naciente: tiene autoridad política porque confrontó con Menem. Rodoldo Daer, en cambio, quedó pegado al menemismo.�
�Un clásico�
Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría.
�La CGT ha estado más tiempo dividida que unida. Estuvo dividida en la época de Frondizi, la de Onganía, existieron divisiones durante el Proceso y también en los gobiernos de Alfonsín y Menem. La división entre duros y negociadores es un clásico. Los duros golpean al gobierno y los negociadores o dialoguistas terminan obteniendo ventajas que después alcanzan al sindicalismo en su conjunto. El MTA liderado por Moyano se alejó de la CGT ya en el primer gobierno de Menem. La posición más sensata ha sido la del gremio de la construcción, que fue equidistante argumentando que la división de los dirigentes no era útil para resolver los problemas de los trabajadores. Los sectores sindicales que hasta enero estaban más próximos al oficialismo ahora pasan a estar en la oposición. Los aliados de Menem son los aliados sindicales de De la Rúa. Moyano no se ha fortalecido porque corre el riesgo de quedar tan aislado como el Perro Santillán.� |
LAS REPERCUSIONES DE LA RUPTURA EN EL GOBIERNO
Como si no hubiera existido
Por F.C. y J.N.
El Gobierno dejó en manos de un funcionario de segunda línea la función de aclarar en forma oficial que el congreso de la CGT disidente que consagró a Hugo Moyano, en verdad, no había existido. �Nunca fuimos notificados�, explicó el subsecretario de Relaciones Laborales, Enrique Espínola Vera. Fue la reacción que se permitió la Casa Rosada ante la fractura de la central obrera entre un sector dialoguista y otro rebelde. Una realidad que, aunque pueda parecer lo contrario, en el Gobierno aseguran que no les conviene.
Los funcionarios y dirigentes de la Alianza coincidieron en lamentar la fractura sindical. �A mí me hubiera gustado que esto no sucediera�, explicó el ex presidente Raúl Alfonsín. �No es bueno. Pero creo que la división responde a una interna sindical que poco tiene que ver con consideraciones ideológicas y se vincula a una lucha de intereses�, respondió el jefe del bloque de diputados, Darío Alessandro. �El Gobierno siempre está dispuesto a dialogar con todos�, señaló anoche el ministro de Economía, José Luis Machinea.
El ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, evitó pronunciarse sobre el tema y delegó la explicación de por qué el Gobierno no reconoció al congreso de la CGT disidente. �El Ministerio no puede emitirse sobre algo que para nosotros no está oficialmente hecho. No nos notificaron en tiempo y forma como establece la ley�, sostuvo Espínola Vera, justificando así la decisión de no mandar un veedor para que compruebe la legitimidad del congreso de ayer. Pero, más allá de las explicaciones técnicas, lo cierto es que la consecuencia política de esta posición es clara: para la Casa Rosada, el secretario general de la CGT sigue siendo Rodolfo Daer, el mismo con quien consensuaron la reforma laboral, y no Moyano, el que encabezó la primera huelga contra el gobierno aliancista.
Cerca de Fernando de la Rúa explicaban ayer que el Presidente está convencido de que la fractura no conviene a los intereses del Gobierno, una idea que, aunque suene extraña, tiene varias explicaciones:
Moyano como jefe de una central obrera podría convertirse en un peligro para el Gobierno, sin ninguna contención de otros gremialistas que supieran cuándo se hacía necesario aflojar la cuerda y sentarse a negociar. �Nos puede hacer un paro cada diez minutos�, explicaban.
Al mismo tiempo, los funcionarios del Ministerio de Trabajo temen a la posibilidad de que las dos centrales obreras actúen como palancas, entrando en una competencia por ver cuál de las dos es más opositora.
La tercera explicación es estratégica. En la Casa Rosada aseguraban ayer que el Gobierno necesita de un movimiento obrero fuerte para que actúe de contrapeso frente al lobby empresarial.
Finalmente, en el Gobierno aseguraban que la división gremial podría traer un nuevo problema en su búsqueda de interlocutores válidos, un inconveniente que viene padeciendo con el justicialismo atomizado.
Para el Frepaso, la fractura había dejado un inconveniente adicional: la inclusión de la diputada Alicia Castro en la conducción de la CGT rebelde. �En algún momento Alicia va a tener que decidir si es oficialista u opositora�, explicaba uno de sus compañeros de bloque. La azafata ya había dado la nota liderando la oposición interna al proyecto de Reforma laboral, lo que le generó quejas de sus compañeros, que en las dos reuniones de bloque de esta semana le reclamaron que aclare en breve su �doble pertenencia�. Pese al enojo, en la Alianza aseguraban que �por el momento� no tenían previsto ningún tipo de sanción.
�Flamarique es un
hincha fanático de Rodolfo Daer�
Hugo Moyano juntó en una frase a sus dos enemigos favoritos.
El líder del MTA dialogó con Página/12 y explicó qué hará con la sede de la CGT, con el Senado, con el Gobierno.
Hugo Moyano junto a quien fuera líder de otra CGT rebelde, el cervecero Saúl Ubaldini. |
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Por D. S.
El vestuario de Ferro era pura sonrisa. El sindicalismo rebelde festejaba a su flamante secretario general con besos y abrazos. Pero el camionero Hugo Moyano se dio tiempo para explicar a Página/12 el proyecto que encarará al frente de la CGT.
�El lunes o martes iremos a tomar posición de la sede. Si ellos no están dispuestos a entregarla levantaremos una acta con escribano y nos retiraremos para después concurrir a la Justicia. Igual, lo importante no es el edificio sino los trabajadores.�
�¿No le importa que el Ministerio de Trabajo no haya mandado veedores y desconozca el congreso?
�Nosotros respetamos todas las normas así que tendremos que recurrir a la Justicia porque evidentemente (Alberto) Flamarique ha tomado partido. Más que ministro de Trabajo parece secretario general de la CGT donde está Daer. Diría que Flamarique es un hincha fanático de la CGT de Daer. Y que le está devolviendo los servicios prestados.
�¿A qué se refiere?
�Las gauchadas que le hicieron Daer y compañía al pactar una ley que perjudica a los trabajadores. En cambio, nosotros vamos a dejar de lado estas prácticas que se venían haciendo tiempo atrás donde tres o cuatro decidían por todos los trabajadores. La nuestra es la CGT legal y estatutariamente conformada. Y vamos a dar la cara, a pesar de que yo sé que no soy muy pintón. Yo puedo ir a una plaza, a un acto. Hay otros que no lo pueden hacer.
�¿No están preocupados por lo que haga la CGT de Daer, que también piensa convocar a su propio congreso de renovación de autoridades?
�No. Eso es un capítulo terminado. El congreso que ellos convocaron es éste y no vinieron. Nosotros tenemos cosas más importantes que discutir sobre lo que va a hacer Daer. No es que le escapemos a la unidad. Seguramente en algún lugar nos vamos a encontrar. Que quede claro que lo que discutimos acá es una práctica, nosotros creemos que está agotada. Pero ahora estamos preocupados en recorrer todo el país y seguir el camino de lucha para mejorar la situación que viven millones de argentinos.
�¿Qué piensa que va a suceder en el Senado con la ley de reforma laboral?
�Creemos que se va a rechazar.
�Flamarique dice que el PJ la va a aprobar.
�También dijo que el PJ iba a votar a favor en Diputados y votó en contra, al igual que algunos dirigentes de su propio partido. Flamarique tiene la desesperación de aprobar esta ley porque de ella depende su cabeza. Si fracasa, o sea si sufre modificaciones profundas o es rechazada, quizás Flamarique se tenga que ir a su casa.
�¿Usted confirma que Luis Barrionuevo presionó a los representantes de UTEDYC para que no participen del congreso?
�Sí. Lo dijeron los propios delegados de UTEDYC. Y no fue sólo Barrionuevo. También el ministro de Trabajo los llamó y les dijo que iban a tener problemas. Por eso es que los compañeros vinieron a participar simbólicamente como delegados fraternales.
�A usted lo respaldó el duhaldismo dentro del PJ. ¿Hay otros sectores que le han acercado su apoyo?
�Tuvimos apoyos explícitos e implícitos. Por ejemplo, del intendentes de La Matanza, Alberto Balestrini y de gobernadores como Juan Carlos Romero, de Salta.
�¿Qué pasa si a pesar de estos apoyos el Gobierno los ignora?
�No puede ignorarnos. No por casualidad aparecen más de 70 organizaciones en el congreso y más del 50 por ciento de los delegados. Porque el padrón de la CGT no es el que Daer dice. Si en el padrón está Cetera y Ate y otros gremios que no están más en la CGT sino en la CTA. En ese padrón también figuran 130 mil ferroviario cuando no creo que lequeden ni 5 mil. Figuran 160 mil textiles y no creo que en la realidad lleguen a 15 mil. Figuran 50 mil petroleros y yo no se si le quedarán 1500. Si el padrón de la CGT fuera real hoy la desocupación en la argentina sería cero. Yo espero que el Gobierno no espere perder el consenso para hablar con nosotros. Desde la Pastoral Social, empresarios nacionales y un grupo de dirigentes sindicales le ofrecemos al Gobierno una mesa de consenso. Si lo desecha y prefiere negociar con los aquellos sindicalistas que negociaron todos los gobiernos �desde los militares hasta Alfonsín, pasando por Menem� desaprovechan una gran oportunidad.
�¿No se sintió usado por la CGT que lanzó su candidatura, sabiendo que es un combativo, para fortalecerse en las negociaciones que mantenía con el Gobierno?
�Yo creo que fue al revés. Aquellos que creían que me iban a usar me terminaron instalando y acá estoy como secretario general de la CGT.
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