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Ríndete, ADN, estás rodeado

Un desconocido fue acusado en Nueva York en base a su código genético. Ahora, ese ADN está procesado por 16 violaciones.


t.gif (862 bytes) No se conoce su cara ni su nombre. Tampoco se sabe dónde buscarlo. Y sin embargo, su ADN está acusado. Por primera vez, en Nueva York fue procesado un hombre en base a su código genético. Se trata del llamado �violador del East Side� a quien se le atribuyen por lo menos dieciséis violaciones en esa zona de Manhattan. El procesamiento se realizó sobre tres de esos delitos, evitando así que corran plazos legales de prescripción.
El gran jurado imputó al hombre apenas cuatro días antes de que vencieran los plazos sobre el primero de los ataques citados, según explicó el fiscal de distrito de Manhattan, Robert Morgenthau. La policía cree que el hombre sigue libre.
Ya en 1991 se emitió en Kansas una orden de captura basada en el ADN de un sospechoso, pero no se pudo detener al acusado. En Estados Unidos los procesamientos a �John Doe� �el nombre que se usa para delincuentes no identificados� son clásicos en casos de fraude en los que no se conoce el nombre real del presunto criminal o cuando hay una descripción física precisa pero no se obtienen los datos filiatorios. La regla es que el procesamiento es legal siempre que contenga una descripción suficiente del sospechoso: el ADN sin duda cumple con esa exigencia, sostienen los especialistas.
Los fiscales creen que el número de procesamientos basados únicamente en el ADN crecerá rápidamente en los próximos años. �Este es un tipo de acusación muy nuevo, muy creativo�, comentó Linda Faristein, la jefa del sector crímenes sexuales en la fiscalía de Manhattan.
Hasta ahora, el ADN ha permitido eliminar a dos sospechosos de los ataques en el East Side, según explicó el teniente Thomas Carney: en uno de los casos se tomó el ADN en forma subrepticia, y tras confirmar que no coincidía con la evidencia fue exonerado. La posibilidad de que el ADN de otra persona sea igual al del violador buscado es �de una en 240 mil millones�, dijo Morgenthau.
El violador atacó a todas sus víctimas en el East Side después de las dos de la madrugada. Su último golpe fue hace un año y medio y algunos investigadores creen que podría haber dejado la ciudad. Pero al menos el procesamiento asegura que el trabajo de investigación no se pierde si eventualmente el hombre es identificado por su nombre.
El ADN del violador obtenido en cuatro sitios distintos ya ha sido comparado. Los casos fueron relacionados a partir de patrones semejantes en la forma del ataque, el lugar y las víctimas elegidas. Pero aún falta mucho trabajo.
Según la policía hay unos 12.000 casos de violación en la ciudad de Nueva York en los que aún no se ha realizado el test de comparación de ADN. Si el código genético del �violador del East Side� aparece en otros casos habrá nuevos procesamientos.
Las técnicas de análisis genético están provocando toda una revolución en materia criminal. Recientemente, un crimen de 20 años de antigüedad pudo resolverse con la comparación del ADN: el material obtenido a partir de unas manchas de sangre encontradas en el departamento de una víctima coincidió con el de un hombre preso por otro delito. La información le fue entregada a Lakisha Gregory, de 22 años. Su madre, Diane, fue asesinada a la misma edad que ella tiene ahora. Veinte años después, pudo conocer el hombre del homicida.

 


 

HALLAZGO DE UN FOSIL DE UN REPTIL
Una serpiente con patas

El País de Madrid

Un fósil de hace 92 millones de años de una serpiente con patas, procedente de un yacimiento cerca de Jerusalén, tira por tierra la idea de que las serpientes surgieron del mar. El fósil, bautizado Haasiophis terrasanctus, es el segundo animal de este tipo encontrado en ese lugar, pero mientras el primero, el Pachyrhachis, dio lugar a la hipótesis del origen marino de la serpientes, que habrían evolucionado a partir de lagartos nadadores gigantes y sería el eslabón entre ellos y las auténticas serpientes, ahora el segundo, el Haasiophis, tira por tierra esa teoría y relaciona ambos especímenes con serpientes actuales como la pitón y la boa.
El análisis de Haasiophis y sus implicaciones para la historia evolutiva de las serpientes se presentó en la revista científica Science. Los autores del trabajo, Olivier Rieppel (Del Museo Field de Chicago) y Eitan Tchernov (Universidad Hebrea de Jerusalén), consideran que las reducidas patas del animal representan una regresión evolutiva de las patas seguramente ya muy reducidas de su inmediato ancestro.
Los investigadores reconocen que es difícil decir cómo las utilizaría el animal, ya que son tan pequeñas en relación con su cuerpo que no podrían tener función alguna de locomoción. ¿Entonces? Las pitones modernas tienen rudimentarias extremidades, poco más que unas garras de cartílago con hueso que el animal utiliza en el apareamiento y, a veces, para luchar. Riepple y Tchernov plantean que tal vez Haasiophis utilizaba sus patas de modo similar.

 

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