Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


"Brusa tenía incorporado el concepto de impunidad"


Duros alegatos de la acusación del Concejo de la Magistratura. El juez está cuestionado por haber atropellado a una persona en el río y haber huido. También por su acción durante la dictadura.


El juez Víctor Brusa está al borde de ser destituido.


Por Irina Hauser
t.gif (862 bytes) 
El juez federal Víctor Brusa parecía no estar donde estaba. Bronceado, vestido con un traje gris y camisa blanca sonreía, charlaba por lo bajo con sus abogados y asentía amablemente. Incluso guiñaba un ojo cuando detectaba a alguien conocido entre el público que colmaba la sala de audiencias donde se desarrolla su juicio político, la misma donde se juzgó a los ex comandantes. Esa fue la actitud que mantuvo aun en los momentos más escalofriantes del alegato con que los miembros de la acusación pidieron que Brusa, quien según los registros de la Conadep participó en actos de tortura durante la dictadura, sea "desplazado como juez". El suspendido magistrado santafesino refutó ante el Jurado de Enjuiciamiento que su remoción "comprometería el funcionamiento del Poder Judicial todo".

  La decisión del jury se conocerá el 30 de este mes. Pero ya quedó preanunciado que Brusa no tendría escapatoria: la semana pasada el tribunal decidió, después de haber oído a menos de la mitad de los 130 testigos citados, suspender el resto de las declaraciones. El abogado Juan Gersenobitz y los diputados Melchor Cruchaga (Alianza) y Miguel Angel Pichetto (PJ), que son los miembros del Consejo de la Magistratura que formularon la acusación por mal desempeño, sostienen que debe perder sus fueros por "el desprestigio" que lo envuelve a raíz de su actuación durante el Proceso y por las sospechas que la propia Justicia tiene de que atropelló con su lancha a un nadador en la laguna Setúbal, que huyó sin atenderlo y trató de manipular el expediente en su favor. 

  Para dar cuenta del punto de partida de "un proceso de 20 años de deslegitimación social" de Brusa, Cruchaga abrió el Nunca más en la página 196 y ejemplificó con uno de los relatos referidos a centros clandestinos de detención de Santa Fe. "En el mes de noviembre de 1977 Rubén Viola  --leyó el consejero-- es sacado del penal de Coronda para ser trasladado a la Comisaría 4ª (...) Luego de varias sesiones de tortura es interrogado por el secretario del juzgado federal Dr. Brusa (Legajo Nº 7474 y Nº 7519) en la misma comisaría; cuando el declarante mencionó al magistrado los apremios que había sufrido, éste se rió y le aconsejó que no insistiera en eso porque lo podrían tratar peor aún".

  "La conducta de quienes torturaron o colaboraron con torturas no prescribe", advirtió Gersenobitz para contrariar argumentos exhibidos con anterioridad por la defensa. Y dando un salto hacia los hechos de la laguna Setúbal, comparó la conducta de quien abandonó herido al bañista Miguel Angel Pedernera, con la de alguien que "se paseaba por centros clandestinos haciendo firmar declaraciones arrancadas bajo tortura". Al respecto, Pichetto dijo: "El pasado siempre vuelve. Brusa tenía incorporado el concepto de impunidad". 

  Los acusadores también reprocharon a Brusa haberse puesto al frente de la causa sobre el accidente, en la que él mismo estaba bajo sospecha. "Fue juez y parte", señalaron, a lo que sumó maniobras destinadas a que la jueza subrogante renunciara al caso y que se dilatara el trámite expediente. Todo eso, manifestaron, "acentuó su actitud desvaliosa" como magistrado. "Un juez que demora a la Justicia cuando a él le puede llegar, no puede ser juez", exclamó alzando los brazos, el diputado Cruchaga. 

  Pese a la gravedad de los cargos, Brusa no dejó de compartir bromas susurradas con sus abogados, su hermano Horacio, y los defensores oficiales Néstor Ghirlandenghi y Carlos Casas Noblega. Para ellos al magistrado cuestionado no lo condena su pasado sino "un producto de la posmodernidad llamado quinto poder". En su alegato, proclamaron la inocencia con una compleja explicación que incluyó la proyección de transparencias referidas al episodio de la laguna. Un despliegue más parecido a un proceso penal que a un juicio político. Incluso amenazaron con apelar una posible condena ante la Corte Suprema, tribunal con el que el Consejo de la Magistratura está en pleno enfrentamiento (ver aparte).

  "Estoy en el Poder Judicial y anhelo seguir en él", enfatizó Brusa ante el jurado que decidirá su suerte. En las antípodas, los consejeros  aseguran "haber acreditado un estado de sospecha, de deslegitimación que no le hace bien a la Justicia por lo que Brusa debe ser desplazado como juez". En ese caso, se trataría del primer juez removido por la modalidad de juicio político que dispuso la reforma constitucional de 1994 para reemplazar el procedimiento que llevaba a cabo el Congreso. Para que se concrete la destitución deberían votar por ella 6 de los 9 miembros del tribunal.

 

Juicio a la Corte Suprema

Las relaciones entre la Corte Suprema y el Consejo de la Magistratura parecen estar en franco deterioro. Las asperezas se acentuaron cuando el martes pasado el alto tribunal dispuso recortarle al órgano judicial facultades disciplinarias sobre sus propios empleados y cuestionó la demora en la designación de jueces para los 60 cargos vacantes. En principio, el Consejo aceptaría un proyecto del Ministerio de Justicia para implementar un sistema de designación de jueces provisorios mientras siguen en trámite los concursos. De todas maneras, nada quita que algunos consejeros estén verdaderamente irritados, especialmente un grupo mayoritario que tiene a la cabeza a Ricardo Branda y Augusto Alasino. Aunque aún no circula ningún proyecto, están revisando alternativas para promover el juicio político contra la Corte. Una posibilidad que analizan es la decisión con que el tribunal permitió el año pasado la continuidad del ministro Carlos Fayt quien, según algunas interpretaciones, supera la edad fijada por la Constitución para la jubilación de los jueces.

 

PRINCIPAL