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Apenas poco más de un mes tiene como antecedente la pesquisa. La
empresa Prosegur, contratada por British para controles y vigilancia de
los equipajes, fue quien dio la voz de alerta. "Nos pidieron
colaboración para detectar a un grupo de empleados, sospechados del robo
de equipajes", indicó un integrante de la Policía Aeronáutica
devenido espía.
Habitualmente, las valijas
despachadas para un viaje se entregan a la línea aérea y luego ingresan
a través de una cinta a la zona de los controles. Es allí cuando el
pasajero pierde el rastro de ese equipaje que, supone, recuperará entero
al final de su viaje. Pero no. Al menos así parecen demostrarlo las
sucesivas denuncias y reclamos que recibe la PAN y las empresas de líneas
aéreas de sus clientes. "El problema surge en las escalas: los
pasajeros recién se dan cuenta allí de los faltantes entre sus
equipajes", señaló una fuente de la PAN.
En Ezeiza, las compañías aéreas
contratan empresas para control y vigilancia de maletas. Mediante las máquinas
de rayos X deben detectar drogas, armamentos o explosivos, entre otros
productos prohibidos. Sólo una parte del equipaje que trasladará el avión
lo chequea además la PAN. British, entre otras líneas, contrata para el
servicio a Prosegur, que provee maleteros y vigiladores. Entre ellos se
camufló el hombre de la Policía Aeronáutica.
El mecanismo del robo
denunciado ahora por la PAN suele ser el modo de operar de los grupos
dedicados al contrabando dentro del aeropuerto.
Cuando las valijas están en la
zona de control, pasan ante una máquina similar a un scanner. "El
vigilador, encargado de monitorear el interior de la valija, descubrió en
una la cámara Pentax y marcó la valija", fue describiendo la
fuente.
Entre el equipaje de British, el rastreo radiográfico alertó al
vigilador --que debía marcar la maleta-- y al espía de la PAN dispuesto
a la encerrona. "El operador deja marcadas las valijas --explicó la
fuente cercana a la investigación-- que después va a recibir el
maletero." El maletero se encarga de cargar las maletas en
contenedores y transportarlas hasta el avión. En ocasiones cuentan con
las dos horas de tiempo del embarque, aunque el robo les lleva menos de un
minuto. La valija marcada, camuflada entre otras, es sigilosamente
abierta. "Si es un candado con combinación --señalan--, por ahí
les lleva un poco más de tiempo, pero si es uno chico, lo fuerzan."
Lo cosechado en este caso
fueron un discman, CDs, auriculares y juegos, además de la cámara. Todo
se iba guardando en una bolsita de lona. "La bolsa quedó sobre el
contenedor y antes de cargar las valijas al avión, lo tiraban a un
costado". A esta opción, los más avezados suman un plan B:
"Cuando los controles en las pistas son fuertes --precisó una fuente
gremial--, el robo puede hacerse directamente en las bodegas de los
aviones mientras se acomoda el equipaje".
El problema siguiente será
cargar el botín y sacarlo del aeropuerto, para lo cual hay que evitar los
controles de salida. El paso para los espías será ahora detectar aliados
internos y externos, y trabajar sobre otros sospechosos.
"Aparentemente existirían otros grupos de esta característica con
conexiones y sobre esto trabajamos", aseguran.
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