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Un golpe en Ezeiza a la mafia de los maleteros

El control de las valijas de British Airways está en manos de la empresa de seguridad Prosegur

La Policía Aeronáutica detuvo a cinco empleados de una empresa de seguridad que robaban objetos de las valijas de los pasajeros. Los descubrió un policía infiltrado entre los maleteros. Investigan las conexiones de la mafia en el aeropuerto.


Por Alejandra Dandan
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El vuelo 2266 de British Airways estaba a punto de partir. Buena parte de los equipajes despachados atravesaban la máquina de rayos X manejada por un operador de la empresa Prosegur. El monitor detectó en uno una irresistible cámara Pentax y divertidos videogames. La tentación fue grande: la valija quedó marcada y el operador, sin saberlo, también. Un espía de la Policía Aeronáutica seguía cada movimiento, infiltrado entre los trabajadores. Llevaba un mes y medio estudiando quiénes se dedicaban al robo de objetos interesantes de las valijas. Ayer, aquel hombre del monitor fue detenido y con él quedaron en manos de la Justicia otros cuatro compañeros, todos empleados de Prosegur. Aquí, Página/12 cuenta parte de la trama llevada a cabo por los espías y ladrones.  

  Apenas poco más de un mes tiene como antecedente la pesquisa. La empresa Prosegur, contratada por British para controles y vigilancia de los equipajes, fue quien dio la voz de alerta. "Nos pidieron colaboración para detectar a un grupo de empleados, sospechados del robo de equipajes", indicó un integrante de la Policía Aeronáutica devenido espía.

  Habitualmente, las valijas despachadas para un viaje se entregan a la línea aérea y luego ingresan a través de una cinta a la zona de los controles. Es allí cuando el pasajero pierde el rastro de ese equipaje que, supone, recuperará entero al final de su viaje. Pero no. Al menos así parecen demostrarlo las sucesivas denuncias y reclamos que recibe la PAN y las empresas de líneas aéreas de sus clientes. "El problema surge en las escalas: los pasajeros recién se dan cuenta allí de los faltantes entre sus equipajes", señaló una fuente de la PAN.

  En Ezeiza, las compañías aéreas contratan empresas para control y vigilancia de maletas. Mediante las máquinas de rayos X deben detectar drogas, armamentos o explosivos, entre otros productos prohibidos. Sólo una parte del equipaje que trasladará el avión lo chequea además la PAN. British, entre otras líneas, contrata para el servicio a Prosegur, que provee maleteros y vigiladores. Entre ellos se camufló el hombre de la Policía Aeronáutica.

  El mecanismo del robo denunciado ahora por la PAN suele ser el modo de operar de los grupos dedicados al contrabando dentro del aeropuerto.

  Cuando las valijas están en la zona de control, pasan ante una máquina similar a un scanner. "El vigilador, encargado de monitorear el interior de la valija, descubrió en una la cámara Pentax y marcó la valija", fue describiendo la fuente. 

  Entre el equipaje de British, el rastreo radiográfico alertó al vigilador --que debía marcar la maleta-- y al espía de la PAN dispuesto a la encerrona. "El operador deja marcadas las valijas --explicó la fuente cercana a la investigación-- que después va a recibir el maletero." El maletero se encarga de cargar las maletas en contenedores y transportarlas hasta el avión. En ocasiones cuentan con las dos horas de tiempo del embarque, aunque el robo les lleva menos de un minuto. La valija marcada, camuflada entre otras, es sigilosamente abierta. "Si es un candado con combinación --señalan--, por ahí les lleva un poco más de tiempo, pero si es uno chico, lo fuerzan."

  Lo cosechado en este caso fueron un discman, CDs, auriculares y juegos, además de la cámara. Todo se iba guardando en una bolsita de lona. "La bolsa quedó sobre el contenedor y antes de cargar las valijas al avión, lo tiraban a un costado". A esta opción, los más avezados suman un plan B: "Cuando los controles en las pistas son fuertes --precisó una fuente gremial--, el robo puede hacerse directamente en las bodegas de los aviones mientras se acomoda el equipaje".

  El problema siguiente será cargar el botín y sacarlo del aeropuerto, para lo cual hay que evitar los controles de salida. El paso para los espías será ahora detectar aliados internos y externos, y trabajar sobre otros sospechosos. "Aparentemente existirían otros grupos de esta característica con conexiones y sobre esto trabajamos", aseguran.

 

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