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Ruckauf quiere hacerle la guerra
a Brasil, pero no pone las balas

El gobernador pide un dólar especial para exportarle al vecino, que pagaría el fisco nacional. Y creyendo que el real volverá a devaluarse, propone contramedidas que romperían el Mercosur.

Carlos Ruckauf, gobernador de Buenos Aires, se erige en abogado de la industria nacional, pero sin pelearse con los liberales.


Por Julio Nudler

t.gif (862 bytes) �Si Ruckauf quiere soplar las velitas, que compre la torta�, recomendó Miguel Bein, secretario de Programación Macroeconómica, cuando Página/12 lo consultó sobre el reclamo del gobernador bonaerense, que promueve la fijación de un dólar especial, por encima de un peso, para las exportaciones destinadas a Brasil, con la intención de compensar el impacto de la devaluación del real. Bein aludió así al hecho de que esa medida implicaría un alto costo para el fisco nacional, y no para el provincial. Además, y previendo una nueva corrección cambiaria en Brasil, Ruckauf propone establecer una cláusula gatillo, que dispare un automático aumento de aranceles para la importación de productos provenientes del país vecino, para neutralizar así el desnivel competitivo y evitar una inundación de mercancías brasileñas. Ello implicaría, como es de suponer, la destrucción del Mercosur.
Pocos días después del caso de las jeringas, en el que el gobernador asumió el papel de defensor de una fábrica nacional, y además bonaerense, anulando una licitación ganada por taiwaneses, vuelve a aprovechar políticamente la ansiedad provocada en la opinión pública por la puja con Brasil y el éxodo de empresas argentinas. Para el vicecanciller, Horacio Chighizola, lo que en realidad está proponiendo Ruckauf es devaluar el peso (ver aparte). Sin embargo, la cuestión del tipo de cambio es más compleja que eso, y el propio gobierno de la Alianza se apresta a lanzar un paquete llamado �procompetitivo�, que implicará un refuerzo de la paridad efectiva para algunas exportaciones.
Sin necesidad de alterar el 1 a 1, puede mejorarse el dólar de exportación mediante diversos mecanismos indirectos. Uno es el de los denominados reintegros, que premian al exportador con cierto porcentaje, dándole unas monedas adicionales por cada dólar de venta. También se le puede otorgar financiación a tasa subsidiada para producir lo que va a exportar, o para que pueda ofrecerle mejores condiciones crediticias al importador extranjero. Pero cualquiera de estos mecanismos tiene un costo fiscal, y por ende poco espacio cuando un objetivo central es reducir el déficit, salvo para un ministro optimista y audaz. Si éste piensa que subsidiando el tipo de cambio logrará estimular la actividad y aumentar la recaudación de impuestos, se lanzará al vacío.
El salto que piensa dar José Luis Machinea es mucho más cauteloso. Lo que anunciará es un aumento promedio de 1,5 por ciento en los reintegros, orientado sobre todo a producciones regionales como ajo, cebolla, limón, tabaco, algodón o lana lavada, y algunas chirolas para la industria. La apuesta le costará 45 millones en todo el año. Si esa cifra se compara con las exportaciones totales del país, representa apenas el 2 por mil. Nadie podrá acusarlo de estar aplicando una devaluación encubierta. Pero, según lo expresado a este diario por Bein, el equipo económico oficial se sentiría muy feliz si Ruckauf, con los recursos fiscales de La Plata, quisiese mostrarse más espléndido. �Lo aplaudiríamos�, prometió el programador.
Pasando de la ironía a la bronca, y con cierta envidia por el oportunismo mediático del ex cavallista, Bein fustigó a Juan Schiaretti, ministro productivo de José Manuel de la Sota, por apropiarse del mérito de la decisión de Volkswagen de instalar una planta de autopiezas en Córdoba. �¿Qué incentivos les dio la provincia? �preguntó Bein, respondiendo enseguida su propia cuestión�: exención de Ingresos Brutos y de tasas municipales, y unas becas para trabajadores inexpertos. ¿Alguien puede pensar que es eso lo que decidió a los alemanes? Lo que realmente los convenció fue el paquete de medidas que estamos por lanzar: desgravación para importar bienes de capital, mayores reintegros, un nuevo régimen de administración temporaria para insumos, etcétera.�
Como se ve, la discusión entre la Alianza y los territorios grandes que gobierna el justicialismo es acerca de quién hace las cosas y de quién laspaga, habiendo una coincidencia de fondo sobre la necesidad de políticas activas para atenuar la falta de competitividad. Sin embargo, en relación a Brasil hay sí una diferencia crucial: mientras el discurso de Ruckauf y de otros justicialistas, como Osvaldo Rial, diputado PJ y presidente de la Unión Industrial Argentina, presume que el real se seguirá devaluando y hay que preparar las baterías antiaéreas, Economía insiste en que ocurrirá exactamente lo contrario. Es decir, que el real seguirá revaluándose en términos reales. Chighizola ha ido aún más lejos, poniendo su cargo en juego: el mismo momento en que Brasil devalúe, él renunciará.
Haciendo números, al día de hoy la devaluación real de la moneda brasileña fue de sólo el 16 por ciento, teniendo en cuenta que los precios subieron 21 por ciento en Brasil desde enero de 1999 y que la cotización del dólar �sometida a un régimen de flotación sucia� se planchó por el ingreso de capitales, que acuden atraídos por una tasa de interés del 19 por ciento. Entre las fuertes presiones salariales y el impacto aún no contabilizado del alza del petróleo, es difícil esperar que la inflación se desacelere. Por tanto, a menos que estalle un nuevo brote de desconfianza en los mercados respecto de Brasil, la ventaja competitiva lograda por el vecino con la devaluación seguirá disolviéndose. A pesar de esta visión tranquilizadora, lo que obviamente nadie puede excluir, a la luz de los datos que muestra Brasil y de otras contingencias, es que ese nuevo brote estalle.
En cuanto a Ruckauf, la serie de afirmaciones que lanzó parecen encaminadas a conformar todos los gustos. Por un lado, planteó medidas muy duras frente a Brasil, a nivel de reintegros y aranceles, sin aclarar qué debería hacerse si el socio las rechazara. Por el otro, afirmó que para adoptarlas �no es necesario� salir de la convertibilidad. Y, finalmente, propuso un Maastricht regional, que implica un acuerdo como el celebrado por la Unión Europea para poder establecer la moneda común, y que consiste en fijar pautas macroeconómicas comunes, de celosa ortodoxia. Cuesta encontrar en esas ideas una línea coherente, pero le sirven para atender el malestar de los industriales sin dejar de echarles guiños a los liberales.


El vicecanciller pide silencio

El vicecanciller Horacio Chighizola acusó ayer al gobernador de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, de pretender que se aplique una devaluación del peso, al tiempo que le reclamó al mandatario provincial y a la Unión Industrial Argentina (UIA) que dejen al gobierno �negociar en calma con Brasil�. Según Chighizola, las expresiones de Ruckauf en reclamo de un dólar diferencial para exportar hacia Brasil, y las críticas de la UIA por la forma en que se llevan las tratativas con el país vecino para relanzar al Mercosur, �no ayudan para nada en el momento de una negociación�.
El vicecanciller rechazó de plano la idea de poner un valor especial al dólar para comerciar con Brasil, afirmando que, en otros términos, �lo que pidió el doctor Ruckauf es una devaluación�. �Eso está fuera de toda posibilidad �añadió�. El tipo de cambio fue ratificado por la gente que votó al doctor (Fernando) De la Rúa.� De paso, defendió los aumentos de productividad y condenó los subsidios, precisamente en momentos en que van a establecerse algunos para mejorar la rentabilidad empresaria.
Chighizola aseguró que fijar un dólar diferencial para el intercambio con Brasil �es poner el carro delante del caballo�, y señaló que esa propuesta de Ruckauf, �traducida, es una modificación del tipo de cambio nominal (devaluación), y esto no hace falta tener un título universitario para entenderlo... La mayor preocupación que tengo en este momento, toda mi energía, esta dedicada a la negociación bilateral con Brasil. No estoy para evaluar las posiciones individuales, que respeto por provenir de gobernadores elegidos por sus pueblos, pero no comparto un montón de manifestaciones de ellos�, manifestó.
Por otro lado, también rechazó el hostigamiento que recibe desde hace unos días por parte de los directivos de la UIA, quienes lo criticaron por haber dicho que las medidas de salvaguardia que aplicó el gobierno anterior contra Brasil, por pedido de la central fabril, fueron perjudiciales para el país. �Estar agravando las dificultades, llegar a la agresión personal, a la molestia a nivel de la piel, no colabora con ésta, ni con ninguna negociación�, expresó.

 

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