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HISTORICO TRIUNFO DE CHEN SHUI-BIEN CONTRA CHINA Y EL KMT
Cuando las urnas llaman a las armas

El independentista Chen Shui-Bien conquistó la presidencia en las elecciones taiwanesas de ayer, lo que atrae la perspectiva de una represalia militar del continente, que pide reunificación.

Chen Shui-Bien asumiendo su victoria después de los comicios de ayer.
No bien electo, rechazó el concepto de "una China" y dijo que Taiwan es "independiente y soberana".


Por Gabriel Alejandro Uriarte

t.gif (862 bytes) Esto significa guerra. Y una que podría confrontar a dos de las mayores potencias nucleares del mundo: China y Estados Unidos. Al menos, ésa es hipótesis por la que ayer la comunidad internacional centró obsesivamente su atención en la victoria que Chen Shui-Bien logró en las elecciones presidenciales de Taiwan. A nivel interno, su victoria significó que el partido Kuomintang (KMT) perderá el dominio total sobre el Ejecutivo de la isla, que ejerció desde 1949. Pero eso es lo menos. Es que quien rompió ese monopolio es un "independentista". Es decir, alguien dispuesto a acabar con la cortés ficción de que sólo existe "una China", de la cual Taiwan es parte indivisible. Pekín amenazó esta semana con "derramar sangre" si la perspectiva de la reunificación se viera eliminada. Ayer, ante un hecho consumado, el gobierno chino afirmó que "esperaría a oír las palabras" del presidente electo. Las que éste pronunció en su discurso de victoria no pudieron resultar muy agradables para Pekín: Chen rechazó el concepto de "una China" y subrayó que Taiwan era "independiente y soberana".

  La victoria de Chen ayer puede considerarse una anomalía, dado que se debió en gran parte a la división del electorado del KMT. Pero la historia de 51 años de su país podría verse de hecho como una constante anomalía. La historia de Taiwan como tal comenzó en 1949 cuando Chiang Kai-Shek y miles de sus seguidores del nacionalista KMT se refugiaron allí luego de su derrota ante los comunistas en la guerra civil china. Estados Unidos salvaguardó a quienes habían sido sus protegidos en esa guerra civil, lo que garantizó que el avance comunista no llegaría a la isla. Chiang declaró la ley marcial apenas llegó y purgó brutalmente a los disidentes políticos. Siempre tuvo la esperanza de que algún día reconquistaría China continental. La esperanza no era tan disparatada como parece ahora. Tras la intervención china en la guerra de Corea, Chiang contempló un retorno a Pekín de mano del ejército norteamericano. Se decepcionó. Por el resto de su larga vida, Chiang consolidó su control sobre la isla, concentrando el poder económico y político en el KMT. Su hijo lo sucedió en 1975 e inició un período de reforma. En 1987 levantó la ley marcial. Cuando murió en 1988, el actual presidente saliente Lee Teng-Hui ocupó su lugar y siguió la reforma. En 1996 convocó a las primeras elecciones presidenciales libres del país. El mismo se presentó como candidato por el KMT.

  Fue en ese momento que China comenzó a irrumpir muy fuertemente en la vida política de la isla. Pekín había obtenido en 1971 el asiento chino en el Consejo de Seguridad que antes ocupaba la República China (el Taiwan de Chiang Kai-Shek). También logró que la mayor parte de la comunidad internacional reconociera el principio de "una China". Pero la isla seguía resistiendo (merced al apoyo de Estados Unidos) la reunificación. Su creciente éxito económico (que actualmente significa un PBI per cápita de 16.000 dólares) no auguraba bien para una futura reunificación. Tampoco lo hacía la creciente democratización de la isla, la cual antes estaba bajo una virtual ocupación armada del KMT. Para colmo, Lee era visto como un "independentista" del KMT. Esa definición no es redundante. Existe una corriente importante entre los muchos chinos expatriados del KMT en pos de establecer una unión de algún tipo con China. Pero la inclinación de Lee iba en dirección contraria. Por lo tanto, el gobierno chino dejó entender que elegirlo significaría guerra. Unos días antes de los comicios el Ejército Popular de Liberación (EPL) subrayó la amenaza al disparar dos misiles balísticos contra aguas territoriales taiwanesas. Pero el tiro les salió por la culata. Lee fue elegido por una mayoría abrumadora.

  El round entre ambos países que se jugó ayer en las urnas taiwanesas fue similar, si bien más complejo. Lo complejo se debió a que, a diferencia de 1996, el "independentismo" y el KMT aparecieron en listas distintas. El ganador, Chen Shiu-Bian del Partido Demócrata Progresivo (PDP), fue siempre un opositor del KMT. Ya en 1996 triunfó en tomar la alcaldía de la capital Taipei. Esa elección prefiguró su victoria presidencial, ya que en ambos casos se debió a una división del KMT. Ayer, el electorado nacionalista se partió entre el insurgente James Soong (que salió a menos de tres puntos de Chen) y el gris oficialista Lien Chan. Ambos eran moderados hacia China, pero Soong más que nadie. Durante su campaña habló de firmar un tratado de no-agresión con Pekín. Esa moderación impulsó, se rumoreó, a que el mismo presidente Lee apoyara secretamente a Chen. Sea como sea, la división del KMT podría ser permanente: Soong confirmó ayer que fundará un nuevo partido aparte del KMT.   

  Por su parte, Chen intentó ayer moderar su imagen de independentista. "Antes de la asunción (el 20 de mayo), espero hacer un viaje de reconciliación a China", reveló. Invitó además a que el presidente Jiang Zemin y el premier Zhu Ronji "vengan a Taiwan de visita". Sin embargo, el presidente electo rechazó de plano la reunificación bajo el plan "un país, dos sistemas" --por el cual China ya incorporó a Hong Kong y Macao--. Las palabras finales de Chen no dejaron lugar a dudas: "Debemos insistir en la soberanía e independencia de Taiwan. Es nuestra misión". Un dato puede ayudar a entender lo revolucionarias que fueron esas palabras: el año pasado Lee había precipitado una crisis internacional meramente al postular que las relaciones entre ambos países debían ser "de Estado a Estado". Chen no tiene dudas en afirmar que ese "Estado" es independiente.    Pero, ¿puede realmente China hacer algo para impedir su independencia? Una invasión parece imposible. China nunca podría ocultar la movilización de tantos barcos, por lo que Estados Unidos tendría tiempo suficiente para repeler la invasión. Sin embargo, el analista Robert Kagan enfatizó ayer que eso no significaba que China no tuviera planes militares contra Taiwan. Kagan consideró que el plan chino prevía un ataque masivo con misiles balísticos de corto alcance M-9. En los últimos meses China ha estado concentrado esos misiles frente al estrecho de Taiwan. Se estima que hay 200 listos para disparar. Y su número aumenta al ritmo de 50 por año. El ataque misilístico buscaría eliminar de un golpe la mayor parte de las fuerzas armadas de Taiwan. El objetivo no sería invadir el país, sino "forzarlo a revaluar radicalmente sus objetivos y aceptar un nuevo status quo". La apuesta sería que Estados Unidos no se arriesgaría a una guerra general con China para alterar lo que ya sería un hecho consumado en Taiwan. Además, habría una fecha límite: el 2007. En ese año se retiraría de la política el presidente chino Jiang Zemin, quien ha anunciado que la reunificación de Taiwan sería su "legado" para China. Fuentes en Pekín aseguran que existe un "cronograma fijo" para la reunificación. Más allá de lo que diga el presidente electo Chen, China ya parece tener un plan para acabar con la anomalía de más de medio siglo en el estrecho de Formosa.


CLAVES

  Ayer fueron las elecciones presidenciales de Taiwan. El ganador fue el opositor Chen Shui-Bien del Partido Demócrata Progresivo (PDP) con el 39,3 por ciento de los votos. Sus dos oponentes eran del partido oficial Kuomintang (KMT). James Soong, que se presentó como independiente, logró el 36,8 por ciento. El oficialista Lien Chan sólo llegó al 23,1 por ciento.

  Ese resultado es el peor posible para China. Entre los candidatos, Chen es quien más reivindicó la "independencia y soberanía" de Taiwan, isla que Pekín considera una "provincia rebelde" que debe ser reincorporada. Chen se mostró ayer un poco conciliador tras su victoria, pero recalcó que la defensa de la independencia y soberanía taiwanesas era "nuestra misión".

Ahora se teme que China responda militarmente. Se calcula que ya hay 200 misiles balísticos chinos frente al estrecho de Taiwan. Cualquier uso de fuerza por parte de China provocaría una respuesta norteamericana. Y el resultado sería una confrontación entre dos superpotencias nucleares.

 

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