|
Pisanú se hizo famoso desde
que se promocionaba en la prensa a través de sus pacientes famosas, entre
ellas, su ex esposa y modelo Daniela Cardone, la conductora de TV Andrea
Frigerio y Zulemita Menem. El juicio que lo tiene como protagonista estará
a cargo del magistrado en lo Correccional Eduardo Etcharrán. Se estima
que la semana próxima podría conocerse la sentencia. Pisanú será
juzgado junto al anestesiólogo que participó en la intervención quirúgica,
Enrique Leandro Stelmaszewski. Procesados desde el 4 de marzo de 1998 por
la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional, los dos médicos están
acusados de ser responsables de las lesiones que sufrió Alicia tras la
operación.
Ahora, se les imputa haber
actuado con "negligencia" al permitir el traslado de la paciente
desde el quirófano a una habitación común, cuando la mujer no se
encontraba completamente recuperada y, entre otras características,
presentaba "dificultades de respiración", según declararon
ante el juez varios testigos, entre ellos una enfermera, una médica y la
instrumentista del equipo de Pisanú, que en los próximos cuatro días
desfilarán por el tribunal. Pisanú alegará que la responsabilidad del
traslado es exclusiva del anestesiólogo. La familia de Alicia, en cambio,
considera que también le alcanza a él, por haber sido el jefe del equipo
médico que la operó y con quien la mujer acordó la intervención.
Aquel día, cuando fue llevada
a una habitación común, Alicia sufrió un paro cardiorrespiratorio. Se
sospecha que no habría recibido atención médica adecuada. En esos
momentos, tanto Pisanú como Stelmaszewski ya se encontraban lejos del
centro médico. Al dictarles el procesamiento, los camaristas de la Sala
IV evaluaron que el hecho de que ambos hayan abandonado la clínica pocos
minutos después de concluida la operación "presupone una
imprudencia".
Durante el paro
cardiorrespiratorio, Alicia perdió irrigación de oxígeno en el cerebro
y quedó con un daño neurológico irreversible, que le impide dominar sus
músculos, entre ellos los que permiten el habla. A fuerza de un
persistente trabajo de rehabilitación con un fonoaudiólogo y un kinesiólogo,
hoy la mujer puede emitir ciertos sonidos que sólo su familia interpreta,
y ha perdido la rígida posición fetal que tuvo en un principio: ahora
puede sentarse y dar algunos pasos con ayuda. Pero sigue condenada al
cuidado de terceros.
La fatídica operación fue el
15 de agosto de 1996 en la Clínica Excelsitas, del barrio porteño de
Belgrano. Era la primera vez en sus 42 años que Alicia entraba a un quirófano.
"Estaba obsesionada con dos arrugas que tenía alrededor de la boca y
un día me dijo que se las quería sacar", recordó su marido, el
contador Luis Piagentini, con la tristeza clavada en el corazón. Hasta la
operación, Alicia era una exitosa profesional y dirigía la sucursal de
la agencia de seguros San Cristóbal en la ciudad santafesina de Santo Tomé,
donde vive el matrimonio. Tienen tres hijos de 23, 21 y 18 años. La vida
de toda la familia cambió radicalmente después de esta cirugía estética.
Tras el paro, Alicia permaneció
en coma durante varios meses, internada en terapia intensiva. Aunque en un
principio los médicos que la atendieron le diagnosticaron un estado
vegetativo persistente, el neurólogo del Instituto Fleni Marcelo Merello
dictaminó luego que tenía un cuadro rarísimo, conocido como
"status bipalidal", que consiste en una combinación de
espasticidad y una alteración generalizada del tono muscular. Pisanú y el anestesiólogo serán juzgados por el delito de "lesiones culposas", provocadas por "mala praxis médica", cuya pena oscila entre un mes y dos años de prisión o una multa de 1000 a 15.000 pesos y la inhablitación para ejercer la medicina de 1 a 4 años.
|