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Por
A. H. M.
 "Es
muy preocupante la situación de la Capital Federal. En todas las
provincias hemos sacado un buen porcentaje de votos. En cambio, aquí
seguimos cayendo, y cada vez más. Hay que evitar el papelón y retirar al
candidato para apoyar a la única fórmula que le puede ganar a (Aníbal)
Ibarra." Palabras más, palabras menos, ése fue el discurso del
gobernador santiagueño Carlos Juárez
en la reunión de gobernadores justicialistas sugiriendo pedirle a
Raúl Granillo Ocampo la renuncia a su postulación para apoyar a la fórmula
Domingo Cavallo-Gustavo Beliz. El pedido no fue bien recibido por Carlos
Menem, quien, en inferioridad numérica, tuvo que ceder y permitir que su
hermano Eduardo y el senador mendocino Eduardo Bauzá se encargaran de
comunicarle la postura de los mandatarios provinciales a su ex ministro de
Justicia. En una reunión en la que se analizaron diversos temas, la
elección porteña del 7 de mayo no pudo quedar afuera. Mientras, Carlos
"Lole" Reutemann explicó en forma detallada su apoyo a la fórmula
de Encuentro por la Ciudad. "Siempre tuve buena relación con
Cavallo, y Gustavo es peronista; tengamos diferencias o no, con él,
Gustavo siempre reivindica su condición de peronista, y nosotros no
estamos en condiciones de seguir perdiendo en la Capital", cuentan
que dijo el gobernador santafesino. Luego, el puntano Adolfo Rodríguez Saá
y Juárez evaluaron que "lo mejor sería bajar al candidato y que
nuestra lista de legisladores lleve la boleta de Cavallo". Según
gente de confianza de Carlos Menem, el ex presidente "no dijo ni que
sí, ni que no", y por esa razón los integrantes del Consejo le
encargaron a Eduardo Menem y a Bauzá que concretaran una reunión con
Granillo para la noche, luego del encuentro que los gobernadores sostendrían
horas más tarde con Fernando de la Rúa. Bauzá lo citó a Granillo a su
despacho y allí le trasmitió el pedido, aunque, para buscar un apoyo y
algún interlocutor que confirmara sus dichos, el senador mendocino reclamó
la presencia de un gobernador, pero la larga reunión con De la Rúa
impidió que alguno se trasladara hasta el Congreso. Granillo dejó el
despacho, mudo, y hasta el cierre de esta edición se especulaba con la
posibilidad de que algunos gobernadores hablaran por teléfono con él y
le recomendaran dar un paso al costado.
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