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Nadie se le tiró al cuello a
la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, ni hubo
insultos para el de Trabajo, Alberto Flamarique. En tono cordial, los
gobernadores plantearon sus quejas en tres puntos: la continuidad de los
planes Trabajar, la necesidad de coordinar la ayuda social y la distribución
de los créditos internacionales para atender las situaciones de
emergencia. De la Rúa les respondió con el ofrecimiento de diagramar
juntos la asistencia.
El encuentro empezó a las
18.15 en Gobierno. El primer justicialista en hablar fue el santacruceño
Néstor Kirchner, que se plantó claramente en una actitud diferenciadora
del resto. Explicó que nunca había recibido un llamado de Fernández
Meijide ni del ministro de Economía, José Luis Machinea, desde que
asumieron y que en su provincia sólo habían recibido ayuda de ATN las
tres intendencias que pertenecen a la Alianza.
Los funcionarios del Gobierno
--Fernández Meijide, Flamarique y José Luis Machinea-- respondieron lo
que sería la constante de la reunión: el feroz recorte de la asistencia
que se pautada en el Presupuesto 2000 que dejó en alrededor de un tercio
de su monto los planes que se venían entregando hasta el año pasado. La
solución del Gobierno --hasta que llegue la reactivación que volvió a
anunciar el titular de Hacienda-- es gastar mejor y con mayor
transparencia, por lo que a los gobernadores les conviene firmar el
"Compromiso Social" que, entre otros puntos, propone:
* Un padrón único de
beneficiarios: que evitará la posibilidad de superposición o fraude en
el manejo de los beneficios.
* Transparencia absoluta: una
base de datos con la información de compras y licitaciones a fin de
asegurar el máximo rendimiento de los recursos.
* Pacto Federal Educativo: sancionar uno nuevo.
El "Compromiso" estará
incluido dentro del Plan Integral contra la Pobreza que Fernández Meijide
anunciaría hoy en la reunión de gabinete. Este plan llega con algún
retraso y su demora había provocado un runrún de críticas contra la
ministra, a quien en Gobierno le piden un mayor protagonismo para que la
política social contrarreste las exigencias planteadas por el ajuste económico.
Luego de Kirchner habló Carlos
Ruckauf. Papel en mano, Ruckauf aclaró que Kirchner no había estado en
la reunión de la mañana en la que los gobernadores justicialistas
consensuaron lo que reclamarían en la Rosada. Fiel a su papel del más
delarruista dentro los peronistas, Ruckauf explicó su convencimiento de
establecer un "paraguas político" en la discusión social.
"Porque si al Gobierno nacional le va bien a las provincias nos irá
bien, si al Gobierno le va mal a las provincias también", razonó.
Con todo, Ruckauf advirtió
sobre los problemas que podría acarrear la discontinuidad de los planes
Trabajar. Concretamente, dijo que la conclusión de los gobernadores era
que habría "conflictos sociales". El salteño Juan Carlos
Romero le ponderó a De la Rúa el compromiso social que les planteaba
pero le explicó que se les había muy difícil mantener en paz sus
provincias porque cada vez que llamaban a uno de sus ministros le respondían
que no tenían plata para darles.
Ruckauf y el cordobés José Manuel de la Sota se fueron 20 minutos
antes de que terminara el encuentro aduciendo una reunión. El santafesino
Carlos Reutemann se quedó hasta el final, pero luego no participó de la
conferencia de prensa. Es que los tres eran mirados por sus pares con
recelo por el papel de interlocutores privilegiados que les había
otorgado De la Rúa. Ayer los otros gobernadores pudieron dejar en claro
que entre ellos no había representantes y que todos exigían un trato
igualitario.
Así, en la sala de conferencias de la Rosada, De la Rúa y su
gabinete compartieron el escenario con Kirchner, el puntano Adolfo Rodríguez
Saá o el pampeano Rubén Marín, que parecían contentos por la situación.
Cuando habían salido todos, un ministro aseguraba que la reunión no había
tenido la pólvora prometida. "En términos políticos, diría que
ellos están discutiendo su liderazgo y ver quién toma la posta de la
protesta", decía. LOS
GOBERNADORES JUSTICIALISTAS SIGUEN LIMITANDO EL PODER DE MENEM Por
A.H.M.
Los gobernadores iniciaron un largo lunes reuniéndose con el ex
presidente Menem en la sede del Consejo Nacional del Partido Justicialista
(PJ). El cónclave buscaba unificar el discurso opositor y establecer una
postura de igualdad entre todos los mandatarios para achicar la diferencia
que Carlos Ruckauf, Carlos "Lole" Reutemann y José Manuel de la
Sota le llevan al resto en la carrera presidencial. Tanto el bonaerense
como el santafesino dijeron "presente". El cordobés, en cambio,
debió faltar para afrontar de cuerpo presente la protesta de los
trabajadores estatales de su provincia reforzados por la presencia del
secretario general de la CGT rebelde, Hugo Moyano.
Junto a Reutemann y Ruckauf se
ubicaron los gobernadores que integran el Frente Federal Solidario: Adolfo
Rodríguez Saá, de San Luis; Angel Maza, de La Rioja; Julio Miranda, de
Tucumán; Juan Carlos Romero, de Salta; Carlos Juárez, de Santiago del
Estero; Eduardo Fellner, de Jujuy; Carlos Rovira, de Misiones y Gildo
Insfran, de Formosa. Por el lado del menemismo se ubicaron el gobernador
pampeano Rubén Marín, los senadores Eduardo Bauzá y Eduardo Menem, y el
diputado César Arias. Además de De la Sota, hubo dos gobernadores ausentes por
motivos bien diferentes. El fueguino Carlos Manfredotti debió permanecer
en su provincia ya que la Legislatura trataba una ley de emergencia económica.
El santacruceño Néstor Kirchner prefirió desairar nuevamente a Carlos
Menem, ya que por la tarde sí se trasladó a la Casa Rosada para hacerle
escuchar sus quejas a De la Rúa.
Por entusiasta consenso de
todos los asistentes, el PJ resolvió apuntar sus cañones a los dos
ministros del Frepaso, Graciela Fernández Meijide, de Desarrollo Social,
y Alberto Flamarique, de Trabajo, a quienes en un posterior encuentro con
Fernando de la Rúa acusaron de "manipular políticamente" los
planes sociales (ver nota aparte).
Las quejas de los mandatarios
provinciales se centraron en la gestión del gobierno aliancista
pero haciendo blanco en Fernández Meijide y Flamarique. "Estamos en
manos de improvisados, en mi provincia tengo 11 mil evacuados y Graciela
llegó con cinco mil bolsas de ayuda, cuando yo le dije una semana antes,
la cantidad que tenía", se quejó el veterano Carlos Juárez. Detrás
de él se hizo escuchar el formoseño Insfran, que dijo que "está
designando coordinadores de los planes sociales en todas las provincias, y
los tipos son de la Alianza y además le reparten todo el dinero a los
intendentes de la Alianza o lo que es peor me puentean y hablan con los
intendentes del partido", a lo que el salteño Romero agregó:
"Estoy de acuerdo en que debe haber auditores del gobierno nacional,
pero no pueden ser estos comisarios políticos los que decidan a quién
hay que darle la plata y cuánto hay que darle". El bonaerense
Ruckauf eligió otra víctima: el titular de Educación Juan José Llach,
a quien acusó de "no girar los fondos para pagar el aumento docente.
Tuve que sacar la plata del presupuesto de la provincia". Como
resultado de esta catarsis colectiva, acordaron que por la noche le
reclamarían a De la Rúa "la descentralización de los planes
sociales del área de Desarrollo Social, y la definición de los planes
Trabajar". Al finalizar el encuentro, Romero, Reutemann y Juárez le reclamaron a Menem una reunión urgente con Granillo Ocampo para obligarlo a dejar la candidatura. Ante el silencio del riojano, Eduardo Bauzá y Eduardo Menem citaron a Granillo Ocampo quien, hasta el cierre de esta edición, resistía en su lugar, aunque con un respaldo escasísimo, ya que a la hora del reclamo de los gobernadores, Menem sólo hizo silencio.
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