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El
acto se transformó en una oportunidad para que el ministro de Educación,
Juan José Llach, recibiera el respaldo implícito de De la Rúa ante la
versión sobre las quejas por los escasos resultados de la gestión del ex
viceministro de Domingo Cavallo al frente de la Educación aliancista.
Luego de recordar una puja entre Sarmiento y Mitre por la distribución de
fondos para educación, De la Rúa dijo que "siempre el problema ha
sido la carencia y la carencia nos obliga a crear este Instituto de
Financiamiento Educativo. Quiero felicitar al ministro no sólo por la
administración de las carencias sino por el trabajo para mejorar la
calidad educativa". Llach suspiró aliviado y luego en rueda de
prensa calificó como "increíble" la versión.
"Este es un punto de
partida para lograr un mayor compromiso de la sociedad con la educación.
Compromiso no sólo de las empresas, sino que pensamos trabajar con las
organizaciones no gubernamentales y también con las familias. Esto no
reemplaza el compromiso del Estado, es un complemento
imprescindible", dijo Llach parado en un estrado. Lo escuchaban con
atención Eduardo Elsztain de Irsa, uno de los holdings aportantes;
representantes del Grupo Exxel (Fargo, Freddo, Havanna, Mastercard,
Musimundo, OCA y Supermercados Norte); Francisco Soldati, cuya empresa no
figura entre las 40 que ya "comprometieron su apoyo". En la
lista figuran también Arcor, Banco Galicia, BankBoston, Carrefour,
Cencosud, Citibank, Coca Cola, Correo Argentino, Dupont, Establecimientos
Las Marías, Fundación Bemberg, Fundación Bunge y Born, Fundación
Luncheon Tickets, Grupo Fortabat, Grupo Planeta Argentina, Banco Roberts,
Indra, La Caja, Laboratorios Bagó, Massalin Particulares, Microsoft,
Nobleza Piccardo, Techint, Pan American Energy, Repsol-YPF, Roggio,
Schering-Plough, Grupo Liberman, Telecom, Telefónica, Unisys y Unitan.
La cantidad de proyectos que se
podrán financiar mediante el IFE dependerá de la cantidad de recursos.
Llach estimó que "se podría aspirar a apoyar unas 100 propuestas en
el 2000. Y, estoy seguro de que cuando se empiecen a ver conseguiremos más
recursos y así se formará un círculo virtuoso para promover más
proyectos". Al costado del estrado lo escuchaba el directorio del
IFE, integrado por Inés Aguerrondo (ex subsecretaria de Educación de la
gestión de Susana Decibe); María Echart (Fiel), Ricardo Ferraro (miembro
de los equipos técnicos del Frepaso); Guillermo Jaim Etcheverry (ex
decano de Medicina de la UBA); Daniel Malcom (rector de la Universidad de
San Martín) y Juan Carlos Tedesco (director de Iipe-Unesco). Tanto Llach
como De la Rúa destacaron que todos trabajarán ad honorem excepto el
director ejecutivo Roberto Cortés Conde.
La asignación de
financiamiento será decidida por el directorio del Instituto sobre la
base de criterios de calidad, innovación, viabilidad y eficiencia en el
gasto y se dará prioridad a las escuelas de regiones o sectores
carenciados. La gacetilla de prensa promete que "la información
sobre los donantes y los destinatarios de los fondos estará a disposición
del público". La implementación de microemprendimientos
productivos, la capacitación de los docentes en informática para mejorar
la calidad de los aprendizajes y propuestas para superar la repitencia y
sobreedad con un esquema de escuela no graduada son algunos de los
ejemplos de los proyectos en elaboración.
"Les pedimos a las
empresas cuántos fondos podrían aportar. Algunos nos preguntan qué
pueden dar, pero yo no quiero una economía del trueque. No quiero el
viejo Plan Social que daba cosas, sino fomentar proyectos que tiendan al
doble turno, a la capacitación, que refuercen la gestión
institucional", dijo a Página/12
Cortés Conde. Llach consideró que, en caso de que la propuesta lo
requiera, a los docentes "se le podría hacer un contrato de obra
para que reciban alguna remuneración extra por el mayor tiempo de trabajo
dedicado, pero esto lo decidirán las provincias". "Sería bueno que todos estos que están acá paguen los impuestos que les corresponde para que luego el Estado los redistribuya. Que no vengan sólo para aparecer en la foto y poner migajas", comentó en voz baja un funcionario radical, molesto con el espíritu de Estado subsidiario que sobrevoló en la ceremonia. El IFE, en el mejor de los casos, será una forma de aglutinar la ayuda social que muchas de las grandes empresas realizan por cuenta propia. Sin embargo, los montos que manejan están muy lejos de servir, por lo menos, para compensar el recorte de casi 100 millones de pesos que sufrió este año el presupuesto educativo.
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