|
La
reunión de gobernadores justicialistas con Menem primero, y con el
presidente Fernando de la Rúa después, alejó de las tierras del
caudillo Angel Vicente Peñaloza al primer mandatario y sus principales
colaboradores. Cejas Mariño, de familia radical "de toda la
vida", aseguró a este diario que fue más blanco de bromas que de
felicitaciones y que no tuvo mucho trabajo. Por si acaso, dice que prefirió
no utilizar el despacho del gobernador "porque me pareció una falta
de respeto porque los riojanos eligieron a Maza para que condujera la
provincia. Yo sólo cumplo con el mandato de la Constitución".
La gobernación interina de
Cejas Mariño no es una simple casualidad. La llegada al gobierno nacional
de Fernando de la Rúa hizo que el peronismo riojano evaluara como
oportuno colocar entre las autoridades de la Legislatura unicameral a un
diputado del mismo signo del Presidente. La estrategia no es alocada,
sobre todo si se tiene en cuenta que serán permanentes las negociaciones
entre la Nación y la provincia en torno de los recursos necesarios para
llevar adelante la administración local.
El aliancista dice que no lo
sorprendió tener que conducir la provincia, porque "alguna
experiencia tengo". La experiencia a la que se refiere el legislador
es la de haber sido intendente de Peñaloza --una localidad ubicada a 140
kilómetros de la capital riojana-- entre 1978 y 1981. Cargo que con el
tiempo le redituó una jubilación de 4400 pesos: "Es por ello que no
cobro mi dieta de legislador", se justifica antes de afirmar que el
paso por la administración pública es un mal recuerdo: "Fui
intendente durante la dictadura y, sin duda, fue un error o un pecado de
juventud fruto de la inexperiencia. Tenía 25 años y recién me había
recibido de médico. Yo no sabía nada y además en nuestra provincia poco
se sintieron los efectos de la dictadura", dice sin acordarse de los
asesinatos en 1976 del obispo Enrique Angelelli y los sacerdotes Carlos de
Dios Murias y Gabriel Longeville.
Pero para disipar alguna duda,
Mariño recuerda que es un radical de pura cepa: "Mi padre fue
ministro del gobernador Emilio Torres Brizuela, durante la presidencia de
(Arturo) Frondizi". Lo cierto es que Cejas Mariño se sentó, al
menos por unas horas, en el sillón en que los radicales no asientan sus
posaderas desde la presidencia de Arturo Illia, cuando en los comicios de
julio de 1963 el radical Juan José Del Camino triunfó en virtud de la
proscripción que sufría el justicialismo. Desde ese entonces, y cada vez
que hubo elecciones, la provincia siempre la condujo el PJ.
El día de Cejas Mariño como
gobernador interino fue, según sus propias palabras, "una jornada
tranquila". El mandatario interino firmó dos decretos, uno
declarando de interés provincial la implementación de un programa
especial de trabajo en beneficio de veteranos de Malvinas y otro
promulgando una ley de la Legislatura que declaró la Emergencia Meteorológica
en las zonas inundadas en el interior de la provincia.
"Firmé los decretos y me
fui hasta mi hábitat natural: la Legislatura. Me pareció una falta de
respeto utilizar el despacho del gobernador", dijo antes de confirmar
que no le disgustaría competir en el 2003 por la gobernación que siempre
ostentó el justicialismo.
|