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ESTA SEMANA SE INAUGURA EL CENTRO DE DETENCION DE LA CIUDAD
Contraventores detrás de las rejas

Los obreros trabajan a todo vapor para que la cárcel esté lista en la fecha prevista

Hasta ahora, quienes cometían infracciones graves al Código de Convivencia recibían, como máximo, pena de arresto domiciliario. Desde el jueves irán a la cárcel que se inaugura frente al Teatro Colón. Entre otros serán alojadas allí prostitutas y travestis que no acaten la orden de retirarse de las calles.


Por Mariana Carbajal
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A partir del jueves, quienes cometan infracciones graves al Código de Convivencia, como portar armas sin autorización, profanar tumbas, o ingresar a un espectáculo deportivo o artístico con elementos que pueden ser utilizados para agredir cumplirán una pena de arresto en la nueva cárcel de contraventores que inaugurará el gobierno porteño. También serán alojadas allí prostitutas y travestis que, a pesar de ser advertidas por la policía, insistan en la oferta de sexo en la vía pública. El centro de detención estará ubicado frente al Teatro Colón y tendrá como particularidad un pabellón especial para travestis. Además, en dos meses está prevista la apertura de un gimnasio, un laboratorio de idiomas, una sala de computación y una biblioteca, para que los detenidos puedan matar el tiempo libre.

  Desde que entró en vigencia el Código de Convivencia, dos años atrás, los jueces del fuero nunca aplicaron el arresto en una cárcel --una de las penas previstas en la norma-- debido a la falta de un lugar específico para alojar a los infractores. Sólo se impusieron detenciones domiciliarias. En ningún caso, el arresto en el nuevo Centro de Detención podrá superar los 30 días, tiempo máximo previsto por el Código para mantener tras las rejas a un contraventor. Si el magistrado lo dispone, la detención podría cumplirse sólo los fines de semana o feriados, para evitar que el infractor abandone su actividad laboral (ver aparte).  Organizaciones de defensa de los derechos de minorías sexuales se movilizaron en las últimas semanas contra la apertura de esta cárcel: temen que sea utilizada para encerrar exclusivamente a gays, travestis, lesbianas y transexuales.

  Ayer, un centenar de obreros trabajaba a todo vapor para poder cumplir con el plazo fijado por el gobierno porteño para la inauguración. "Falta mucho, mucho", se quejaba el subsecretario de Legislación y Justicia, Hugo Germano, durante una recorrida por el lugar con Página/12. La nueva cárcel funcionará en un edificio oculto detrás de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal, en Viamonte 1155. Por un contrato de comodato de dos años, la Corte Suprema de Justicia cedió a la ciudad los seis pisos que hasta 1989 eran la Unidad 22 del Servicio Penitenciario Federal, donde estuvieron alojados el ex teniente general Jorge Rafael Videla y José López Rega. 

  Las paredes están recién pintadas de amarillo patito. Las rejas de los pabellones, de gris. Además de uno para travestis, habrá otros dos, para mujeres y varones. "Pero es un edificio flexible. Si por ejemplo, un día se detienen barrabravas y se considera que para resguardar la seguridad de otros infractores hay que separarlos, se los separará y se los puede ubicar en la sala de requisas", explicó Germano.

  En esta primera etapa serán inaugurados el subsuelo, la planta baja,  el primero y el cuarto pisos, con una capacidad máxima para 25 detenidos. Cuando la obra de remodelación esté finalizada --en 60 días más-- la cárcel podrá albergar hasta un centenar de contraventores. Para ese entonces, la terraza será techada con una estructura de vidrio y se transformará en un gimnasio, se abrirá una biblioteca, una sala de computación y otra de idiomas, donde los detenidos podrán aprender inglés, italiano y francés. El presupuesto total de la obra es de 200.000 pesos. Hasta el momento se gastaron 125.000.

  Germano detalló que en cada piso se instalará un teléfono público. Los pabellones de detención estarán calefaccionados y tendrán ventiladores de techo. Los detenidos podrán recibir visitas en una sala especial, habilitada en la planta baja. "Un médico clínico permanecerá en el lugar las 24 horas y habrá una línea directa con el Hospital Muñiz, por si es necesaria la atención de urgencia por alguna enfermedad infecciosa", precisó el funcionario. 

  El subsecretario de Legislación y Justicia no quiere llamar al lugar "cárcel". "Es un centro de detención de contraventores, donde no se necesitan las mismas medidas de seguridad que en un penal, porque es para personas que cometieron infracciones y no delitos", agregó. Sin embargo, la custodia estará a cargo de 140 efectivos del Servicio Penitenciario Federal, que por estos días están terminando un curso de capacitación dictado por el Consejo de la Magistratura, a través de su Escuela de Formación Judicial. Como condición para trabajar allí, el gobierno porteño impuso que ninguno de los oficiales, suboficiales y guardias tengan antecedentes de participación en la represión durante la última dictadura militar. En las clases están recibiendo conocimientos básicos sobre el Código de Convivencia, psicología y derechos humanos, entre otros temas.

 

Quiénes y por qué

  Los travestis y prostitutas podrán ser detenidos y trasladados a la nueva cárcel de contraventores si persisten en la oferta de sexo, a pesar de haber sido advertidos para que cesen en esa conducta por efectivos de la policía o fiscales contravencionales. Pero "no podrán estar detenidos sin sentencia del juez del fuero más de 48 horas, según lo establece el Código de Convivencia", explicó a Página/12 el subsecretario de Legislación y Justicia del gobierno porteño, Hugo Germano.

  También podrán ser detenidos, sin sentencia previa, aquellos infractores cuya conducta implique un "riesgo inminente", por ejemplo, si un barrabrava porta un arma sin autorización y dispara al aire, señaló el funcionario. "En esos casos, se le aplica la coacción directa y se lo detiene en el momento. Después, el juez reunirá las pruebas y dictará la pena que corresponda", agregó Germano. Nunca el arresto podrá superar los 30 días.

  El Código de Convivencia da a los magistrados una batería de penas, entre ellas apercibimiento, multas, clausuras, prohibición de concurrencia e inhabilitación. La detención está prevista para casos excepcionales. La norma dice que "sólo corresponde el arresto como pena principal de aplicación directa cuando su imposición sea imprescindible en razón de que el grado de culpabilidad haga inadecuada cualesquiera de las restantes penas previstas" en los siguientes casos: portación de arma propia sin autorización; profanación de tumbas; cuando se arrojen papeles encendidos en un espectáculo público, se lleve o se permita ingresar elementos con los cuales se pueda ejercer la violencia en una estadio; o se suministren bebidas alcohólicas donde se desarrollen espectáculos deportivos o artísticos masivos o en sus adyacencias, entre cuatro horas previas a la iniciación y una hora después de su finalización.

 

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