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Bill y Hafez se reúnen en Ginebra

Assad y Clinton estrechan sus manos en la reunión de 1994

Es para ayudar a la reactivación de las negociaciones de paz sirio-israelíes. Es la primera vez en seis años.


Por Ferrán Sales
 
Desde Jerusalén
t.gif (862 bytes) El presidente norteamericano Bill Clinton y el sirio Hafez El Assad se reunirán el próximo domingo 26 de marzo en la localidad suiza de Ginebra para intentar reactivar el proceso de paz y reanudar las negociaciones que el régimen de Damasco y el gobierno de Israel dejaron bloqueadas el pasado 10 de enero. La celebración de la cumbre fue anunciada el lunes por el mismo presidente Clinton en la capital de Bangladesh, Dhaka, la primera etapa de un viaje por Asia que inició el domingo, y en el transcurso de la cual visitará además India y Pakistán.

  "Al finalizar mi visita a Bangladesh, India y Pakistán, tengo la intención de ir a Suiza para encontrarme con el presidente Assad", anunció Bill Clinton a la prensa internacional, al tiempo que aseguraba no querer levantar demasiadas expectativas, recalcando que "vamos a esperar para ver qué sale de estas discusiones". La reunión de Clinton con Assad en Ginebra sustituye a una cumbre tripartita que la Casa Blanca había planeado en un principio celebrar en la misma localidad suiza y a la que iban a asistir el primer ministro israelí Ehud Barak, el presidente Hafez El Assad y el mismo presidente norteamericano, pero que finalmente quedó desestimada por consejo del Departamento de Estado, a la vista de las dificultades planteadas por los representantes de Siria e Israel.

  Ante el fracaso de la celebración de la cumbre tripartita, la Casa Blanca ha venido trabajando en un proyecto mucho más modesto: una reunión cara a cara entre Assad y Clinton, pero a la que en todo caso el Departamento de Estado norteamericano no quería ir a ciegas, por lo cual, al tiempo que ultimaba los detalles del encuentro en Ginebra, se ha venido negociando con sirios e israelíes sobre la reanudación de las conversaciones interrumpidas en enero, cuyo anuncio se espera que se haga oficial el domingo al finalizar el encuentro.

  El proceso que ha permitido llegar a este punto ha sido complicado y tortuoso, ya que el régimen de Damasco reclamaba como condición para sentarse en la mesa de negociaciones el compromiso previo por parte del gobierno de Ehud Barak a retirarse de las alturas del Golán y replegar su ejército hasta las fronteras de 1967, en la misma orilla del lago Tiberiades, a lo que los israelíes se negaban, asegurando que en todo caso este acuerdo sería el fruto definitivo de un proceso de negociación y no una condición previa. "El final de las películas es el 'The End' y no su principio", había explicado gráficamente Shimon Peres, el ministro de Cooperación Internacional, a un diplomático occidental.

  La noticia de la cumbre Assad-Clinton fue recibida favorablemente ayer por el gobierno israelí, según se desprende de un comunicado oficial emitido por el Consejo de Ministros, al tiempo que reiteraba su decisión de "pagar un precio por la paz y la seguridad", una fórmula habitualmente utilizada en los últimos meses por el gobierno de Barak para dar a entender que están dispuestos a retirarse de los alturas del Golán, devolviéndolas a Siria.


POR CULPA DE PAKISTAN E INDIA
Clinton tuvo un día bomba

Era un día de paso y se convirtió en un mal presagio. El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, inició ayer su visita al subcontinente indio

viajando desde Nueva Delhi, donde llegó el domingo, hasta la capital de Bangladesh, Dhaka. Allí lo esperaba el mal tiempo. Primero su servicio secreto cancelaba por problemas de seguridad el destino principal del día, un pueblito de granjeros en el norte del país; luego la fiscalía de Pakistán anunciaba oficialmente que pedirá la pena de muerte para el ex primer ministro Nawaz Sharif; y el gobierno de la India confirmaba públicamente por primera vez que no sólo tiene la capacidad para construir bombas nucleares, sino que está preparado para lanzarlas.

  Pakistán ayudó a importunar la jornada. La fiscalía paquistaní que dirige la acusación contra el ex primer ministro Nawaz Sharif y seis miembros de su gobierno por terrorismo, secuestro e intento de asesinato del actual gobernante, el general Pervez Musharraf, anunció oficialmente que pedirá la pena de muerte contra todos sus acusados. Clinton visitará Pakistán el próximo día 25 y, justamente, una de las peticiones que hará al general, en el poder desde el golpe militar de octubre del año pasado, es que no aplique la pena capital contra Sharif y los acusados aunque el tribunal los declare culpables.

 

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