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Un final de película: encontraron los Oscar robados en la basura

Un hombre que buscaba cajas para una mudanza halló las 53 estatuillas en el basural de un supermercado de Corea Town, en Los Angeles.

Esta edición de los Oscar estuvo llena de contratiempos


Por Rocío Ayuso 
Desde Los Angeles
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Las estatuillas de los Oscar extraviadas la semana pasada, y dadas por perdidas por la policía, aparecieron ayer de modo milagroso, en una resolución como de película. Los galardones más famosos del planeta fueron encontrados de casualidad, en un contenedor de basura en la parte posterior de un supermercado, en Corea Town, Los Angeles, por un hombre que revolvía cajas, supuestamente porque debía mudarse. La Academia de Hollywood comprobó horas después la autenticidad de las estatuillas, todavía envueltas en su embalaje original. El hombre que ayer, por un momento, tuvo en sus manos más Oscar que cualquier estrella, se llama Willie Fullgear y tuvo un tic de la época: no avisó a la policía, sino a un canal de televisión. En las cajas se encontraron 53 estatuillas de las 55 que habían sido robadas el viernes pasado. A última hora de la noche, la policía dijo haber detenido a dos sospechosos del robo. La tesis de la policía es que dos delincuentes de poca monta habrían robado los camiones sin saber qué carga llevaban, para abandonar luego el contenido al darse cuenta de que estaban en un ojo de tormenta.

  El descubrimiento de las 53 estatuillas --de 35 centímetros de alto y cuatro kilogramos de peso cada una-- en un lugar destinado a la basura de un supermercado fue ayer una noticia recurrente en todos los noticieros estadounidenses, acaso porque agregó más misterio al robo inicial. Los Oscar se evaporaron luego de que el martes pasado fueran enviados, por camión desde Chicago, por la empresa que los fabrica. El robo se dio por consumado el viernes, agotados todos los plazos para que llegaran a Beverly Hills, donde tiene su sede la Academia. La policía no tuvo en ningún momento indicios sobre quién o quiénes estaban detrás de la sustracción. La aparición de los sospechosos, a última hora de ayer, empezó a echar luz al respecto, pero no demasiada. La firma transportista Roadway Express había ofrecido 50.000 dólares como recompensa a quien recuperara los galardones, y se supone que Fullgear los reclamará. El valor de los Oscar no es comercial, sino emocional. El costo de cada uno es de 300 dólares, pero Steven Spielberg llegó a pagar 550.000, en una subasta por uno que ganó Clark Gable. La Academia no supo contestar si en la ceremonia del domingo se entregarán las estatuillas encontradas ayer o las que contra reloj se mandaron a hacer para sustituir a las robadas.

  Lo que sí está seguro es que la recuperación de los Oscar confirma que esta edición debe ser considerada la más llena de contratiempos de la historia. La misteriosa desaparición de más de 4000 papeletas destinada al voto de jurados, la divulgación parcial de la lista de los candidatos antes de tiempo por Internet y los intentos del The Wall Street Journal de publicar un sondeo con los nombres de los posibles ganadores precedieron a la historieta de las estatuillas más preciadas del mundo del espectáculo abandonadas en un basural.

  La policía de Los Angeles estaba molesta hasta ahora con el tratamiento periodístico del tema, e incluso con la actitud de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas "Esto es un robo y existe una investigación, por lo que hay que actuar con cautela", afirmó David Powers, de la policía de Los Angeles apenas descubiertos los Oscar, cuando los cronistas bromeaban afirmando que un cartonero parecía haber sido más efectivo que docenas de detectives. Sin embargo, no se puede decir que la cautela haya dominado hasta el momento en un robo que parece sacado de un guión de Hollywood. La Academia fue la primera en tomarse la situación con humor una vez robadas las estatuillas, bromeando sobre la posibilidad de "un triángulo de las Bermudas de los Oscar" en el que no sólo desaparecieron papeletas y galardones, sino que podría llegar a desaparecer el maestro de ceremonias Billy Crystal. "No nos vamos a poner a llorar. Tampoco es el fin del mundo. No los necesitamos para esta ceremonia y está fuera de nuestras manos hacer algo al respecto", confesó el director de la gala dominical, Bruce Davis.

  Lo que está confirmado es que en el momento del robo, las estatuillas no contaban con ninguna vigilancia especial. Estaban embaladas en cajas en las que no se indicaba su contenido. Tampoco existió mucha cautela durante la aparición de estos objetos, localizados en la basura en la parte trasera de un supermercado, cuando el famoso por un día se interesó por una caja para su supuesta futura mudanza y descubrió en el interior de una 53 de las estatuillas en perfecto estado. "Cuando la abrí... ¡vi un Oscar! ¡Todo el mundo sabe lo que es eso!", señaló Fullgear, que primero se llevó las cajas a su casa y desde allí llamó no a la policía, sino a una emisora de televisión local que, una vez con las cámaras en el lugar, se puso en contacto con los investigadores. "Tengo más Oscar que cualquier otra estrella", bromeó Fullgear.

 

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