Por Horacio Cecchi
Una
misteriosa nube de olor a gas, pero que no era gas, recorrió la ciudad
ayer a la madrugada, alarmando a miles de porteños de barrios tan
distantes como La Boca y Villa Urquiza. Las líneas de Defensa Civil, de
la Central de Bomberos, y de emergencias de Metrogas quedaron saturadas
por la cantidad de llamadas que alertaban sobre el olor a gas que no era.
El olor fue siguiendo una ruta: los sucesivos llamados señalaban que La
Cosa se inició en La Boca, progresaba por el Centro, luego Barrio Norte,
poco después Recoleta, más tarde Palermo, y siguió por Núñez, hacia
Villa Urquiza. Metrogas no registró pérdidas en sus cañerías y voceros
de la empresa descartaron que se tratara de gas natural. Durante la tarde,
todos hablaban de un camión transportador de mercaptán, la sustancia que
odoriza el gas, con su tanque pinchado. Pero la empresa distribuidora
demostró que sus camiones no pasan por la ciudad y la hipótesis se
desvaneció del mismo modo en que finalmente lo hizo La Cosa. Anoche, el
gobierno porteño investigaba otra variable más terrenal y práctica: un
circuito clandestino de transporte de sustancias prohibidas.
El primer llamado se registró a las 20. Lo recibieron en Defensa Civil y
provenía de La Boca, más específicamente sobre la calle Puerto de
Palos, entre Wenceslao Villafañe y Aristóbulo del Valle. Diez o quince
minutos más tarde se desencadenaba toda la furia del teléfono, pero ya
no de los boquenses sino de una zona indefinida que avanzaba en dirección
a Recoleta, pasando antes por el Centro y Barrio Norte.
Ante el cariz que estaba tomando el presunto escape de gas, Defensa Civil
despachó treinta hombres trepados en nueve móviles, dispuestos a
detectar la fuga de gas. La central de emergencias de los Bomberos de la
Federal también quedó saturada. Se decidió entonces despachar equipos
de la Brigada Especial de Riesgo Químico, de la División de Protección
del Medio Ambiente, provistos con modernos cromatógrafos.
�Llegábamos al lugar y ya recibíamos avisos de que el olor se había
desplazado hacia otra zona�, dijo a este diario uno de los integrantes
de la brigada. Durante toda la noche los hombres de la brigada recorrieron
los barrios porteños tratando de detectar una de las misteriosas
partículas que conformaban La Cosa. Pero �sólo se pudo detectar que no
era un gas peligroso. Es prácticamente imposible saber de qué gases se
trata porque la composición puede ser infinita y el cromatógrafo sólo
detecta los gases que tiene incorporados a su patrón de lectura�.
El director de Defensa Civil, Víctor Capilouto, intentó llevar
tranquilidad a la población afirmando que �no fue gas lo que sintieron.
Es un producto mercaptán, que se le da al gas para que tenga olor, lo que
percibieron todos�, y acto seguido elaboró su teoría del camión que
lleva carga y no la siente. �Debe ser un transporte con una pérdida,
por el movimiento que fue mostrando. Las llamadas fueron siguiendo un
corredor desde La Boca, siguiendo por el Centro, Recoleta, Barrio Norte,
Palermo, y Villa Urquiza. La última llamada se registró en Morón.�
Según Capilouto, el camión cargado de mercaptán habría seguido su
trayecto por el Bajo, Lugones, General Paz hacia el oeste, desparramando
su estela a su paso. En Defensa Civil aseguraban que el mercaptán había
sido detectado por los bomberos.
Pero la hipótesis se hizo humo junto con la tranquilidad de la población
cuando los bomberos negaron haber detectado el producto evanescente.
Metrogas salió a escena para desvirtuar la posibilidad de un escape de
fluido de las cañerías distribuidoras. �No sé qué es, pero gas
natural no es�, aseguró Orlando Di Pino, gerente de Relaciones
Institucionales. También aclaró la teoría del mercaptán. �La última
entrega que recibimos fue los primeros días de marzo. Está debidamente
registrada. Además, los camiones de nuestros proveedores siguen una ruta
que no entra en la ciudad, están perfectamente protegidos y son
permanentemente chequeados. Y la única planta productora de mercaptán se
encuentra en Carlos Casares.� Aunque doce horas después de haber
aparecido, La Cosa ya se había disuelto, el mal olor había llegado a lo
más alto del gobierno porteño: Enrique Olivera ordenó iniciar una
investigación. Contaba con un dato: hace dos meses La Cosa también fue
registrada, con menor intensidad. Y el olfato de los sabuesos está ahora
dirigido al transporte clandestino de sustancias peligrosas.
LOS CIGARRILLOS NO PUEDEN
REGULARSE COMO DROGAS
Tabacaleras de festejo en EE.UU.
Por M.F.C.
Desde Nueva York
En un fallo que dio
por tierra con la principal iniciativa antitabaco de la administración
Clinton, la Corte Suprema estadounidense decidió ayer que el gobierno no
tiene autoridad para imponer regulaciones a los cigarrillos como lo puede
hacer con una droga adictiva. La decisión del máximo organismo de
Justicia fue considerada un triunfo para las empresas tabacaleras, cuyas
acciones treparon ayer casi un 8 por ciento en Wall Street, alcanzando
así una cotización 15 por ciento más alta que el mínimo que habían
tocado en el curso del último año.
Los analistas estimaron, sin embargo, que en el futuro el Congreso
norteamericano ampliará �de alguna forma� las regulaciones ya
existentes, aunque se descuenta que las tabacaleras harán lobby para
influir en el curso que tome la legislación. �La industria tiene ahora
mayor poder de presión con este fallo�, opinó una experta del Credit
Suisse First Boston.
La decisión, que fue votada en la Corte por cinco jueces contra cuatro,
estableció que la agencia que controla los alimentos y las medicaciones
(la FDA) excedió los límites de su jurisdicción al imponer regulaciones
a los cigarrillos y al tabaco en 1996, después de haber mantenido durante
décadas una política prescindente. Cuando la FDA optó por intervenir en
la regulación del tabaco, el gobierno de Bill Clinton sostuvo que ésta
era la medida más importante que la agencia había tomado en materia de
salud pública en los últimos cincuenta años. La FDA puso límites a la
edad de los compradores de tabaco, exigiendo que toda persona menor de 27
años debía mostrar su documento de identidad al adquirir cigarrillos.
Además, la FDA convirtió en regulación federal la prohibición de
vender cigarrillos a los menores de 18 años.
Las tabacaleras respondieron con un juicio a lo que consideraron una
intromisión gubernamental, y en 1998, una Corte de apelaciones decidió
que la FDA no podía regular en la polémica cuestión del tabaco. Ese
tribunal también sostuvo que la regulación era atribución exclusiva del
Congreso, el que previamente había prohibido fumar en los aviones y la
publicidad de cigarrillos en los medios de comunicación. El Congreso
había ordenado que las marquillas de cigarrillos llevaran leyendas de
advertencia.
En los argumentos que hizo ante la Corte, el procurador Seth Waxman dijo
que la FDA puede regular el tabaco como si fuese una droga porque la
nicotina es �muy adictiva� y actúa como un estimulante, un sedante y
reduce el apetito. Pero ayer la Corte rechazó esa explicación. Y las
tabacaleras festejaron.
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