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Pisanú admitió que no está
inscripto como especialista

El médico del jet set empezó a ser juzgado por mala praxis. Dijo que no resultaba necesario tener el título de cirujano plástico.

Rolando Pisanú con sus abogados, al llegar a los tribunales en el primer día del juicio.
Lo demandó una paciente que tras la intervención sufrió un paro y quedó discapacitada.


t.gif (862 bytes) �No es necesario estar inscripto como cirujano plástico para poder ejercer la profesión.� La definición fue lanzada ayer desde el banquillo de los acusados por Rolando Pisanú, el médico publicitado como uno de los cirujanos plásticos más famosos del país. Lo dijo en la primera jornada del juicio oral que se le sigue por �lesiones culposas�, presuntamente provocadas por �mala praxis de la medicina�, a una mujer que después de su intervención quedó discapacitada. Expertos consultados por Página/12 consideraron que la ausencia del título de especialista en cirugía plástica no habilita al médico a �anunciarse� como cirujano y que tal irregularidad debería ser sancionada �como observación� por el Ministerio de Salud.
Pisanú está procesado junto a Enrique Stelmaszewsky que fue anestesista y asistente del médico durante la operación hecha a Alicia Romagnoli el 15 de agosto de 1996 en la clínica Excelsitas. La mujer, en aquel momento una exitosa ejecutiva, fue sometida a lipoaspiración, lifting facial y retoques en la nariz por el famoso cirujano. Durante el posoperatorio, Romagnoli sufrió un paro cardiorrespiratorio que le produjo daños cerebrales irreversibles por falta de oxigenación, que la dejó incapacitada en un ciento por ciento.
Procesados desde marzo del �98 por la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional, Pisanú y Stelmaszewsky fueron interpelados ayer en la primera jornada del juicio a cargo de Eduardo Etcharán. En términos generales, ambos intentaron desvincularse de las acusaciones por mala praxis. Para hacerlo, el médico aseguró que las dolencias de la mujer sobrevinieron después de su trabajo. Con esta estrategia su defensa intentaba correr la responsabilidad hacia el anestesista, los médicos y enfermeras de guardia. Pero aquí, Stelmaszewsky abrió el paraguas: la paciente, dijo, reaccionó bien después de la operación, incluso respondió con gestos algunas preguntas. De acuerdo a este argumento, los males que paralizaron a Alicia fueron responsabilidad de las guardias sucesivas.
Aunque la etapa instructiva recogió testimonios que contradicen esta postura, la situación de médico de cabecera podría hacer responsable a Pisanú por todo el proceso. Al menos así lo infiere Jorge Guerrisi, jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Argerich y docente de la UBA. En diálogo con este diario indicó que �el médico es el responsable de todo el equipo quirúrgico. Se considera que el cirujano �sigue� es responsable hasta que esté dado de alta el paciente�.
El otro punto sobre el que giró la primera jornada, el de la ausencia del título de especialista, ubicó en una situación más crítica a Pisanú.
Dos veces debió responder sobre su inscripción en Salud Pública. �¿Usted está inscripto como cirujano plástico?�, preguntó el fiscal. Después de responder que �no�, el médico justificó: �No es relevante la inscripción, no es necesaria para ejercer�. Nuevamente el fiscal quiso saber más detalles sobre ese aspecto irrelevante y Pisanú volvió a decir que la habilitación sólo se trataba de un �trámite menor, burocrático�.
Según pudo saber este diario, la consideración de Pisanú sobre la inscripción no sería correcta. Para Fortunato Benain, especialista en ética médica y cirugía plástica, �para que justamente un médico pueda anunciarse como especialista tiene que autorizarlo Salud Pública�. Para el experto, el aspirante debe contar con determinados requisitos que lo habiliten como cirujano al momento de publicitarse como tal. �Si esta autorización no existe �continúa Benain� le cabe una observación del ministerio.� Guerrisi, en coincidencia, afirma que Salud Pública debe avalar al médico como especialista en cualquier campo.
Lejos ahora de su época de glamour, Pisanú fue hasta antes que el caso Romagnoli saliese a la luz uno de los cirujanos plásticos más famosos del país, cuyo nombre aparecía vinculado al jet set. Por sus manos pasaron su ex esposa, la modelo Daniela Cardone, la conductora de TV Andrea Frigerio y Zulemita Menem. Alicia Romagnoli, hasta el �96 exitosa ejecutiva en la ciudad santafesina de Santo Tomé, lo buscó por dos arrugas ubicadasalrededor de su boca. La intervención fue el 15 de agosto de ese año, hoy la mujer está en silla de ruedas.

 


 

REMUEVEN AL PERSONAL DE OLMOS POR UN PRESO FUGADO
El que se quema con leche

Curado por las denuncias en torno de las salidas irregulares de presos en la provincia, el gobierno bonaerense intenta evitar nuevos escándalos penitenciarios. Ayer, las autoridades provinciales decidieron remover al personal de la Unidad Penitenciaria 26 de la localidad de Olmos por la fuga de un preso que gozaba del régimen de salidas transitorias e iniciaron sumarios para establecer las responsabilidades del personal carcelario en el hecho.
Marcelo Alejandro Echegaray Otero cumplía una pena de 11 años de prisión por robo en la Unidad Penitenciaria 26 de Olmos, ubicada a 15 kilómetros de La Plata. La cárcel tiene un régimen abierto que les permite a los internos salir a trabajar y visitar a familiares los fines de semana. Echegaray tenía una conducta ejemplar que lo había hecho beneficiario del régimen de salidas transitorias. Sus días en prisión estaban contados: en el 2001 iba a quedar en libertad. Pero decidió acortar su estadía en la cárcel. El viernes, recibió la visita de su esposa. Cuando su mujer se retiraba, les pidió permiso a los guardias para acompañarla hasta la esquina a tomar el colectivo. Nunca regresó.
Ante esta situación, el subsecretario de Política Penitenciaria y Readaptación Social, Miguel Angel Plo, instruyó al titular del Servicio Penitenciario Bonaerense a realizar sumarios para establecer las responsabilidades del personal afectado.
El 26 de enero, Salvador Rainieri, condenado a 24 años de prisión, se fugó de la cárcel de máxima seguridad de Sierra Chica. Un mes más tarde, murió en un asalto con toma de rehenes en Villa Urquiza. El caso obligó al gobierno provincial a reconocer que 17 presos que habían salido de penales provinciales con permisos transitorios nunca regresaron a prisión. Acorde a su política de mano dura, el gobernador de la provincia, Carlos Ruckauf, anunció que enviará un proyecto para restringir la libertad condicional o el régimen de salidas transitorias de condenados por delitos graves. Sin embargo, el escándalo había estallado cuando salió a la luz que las salidas de presos se lograban con frecuencias mediante �arreglos� con miembros del Servicio Penitenciario Bonaerense.

 

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