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A 6 MESES DE LA MASACRE DE RAMALLO, LA POLICIA PIDE PERDON
�Nos miran con otros ojos�

Un jefe policial le entregó la carta a la viuda del contador asesinado. Allí pide perdón por �el dolor que el uniforme les ha causado�. Liliana Perret agradeció el gesto, pero dice que nunca perdonará �a los que tiraron y mataron�.

Liliana Perret, la viuda del contador asesinado, junto a su hija. �Pedir perdón es fácil, hacer un mea culpa no�, dice.


Por Cristian Alarcón

t.gif (862 bytes) Los fieles de la parroquia Cristo Redentor de Villa Ramallo no sabían por qué entre los habituales devotos esta vez resaltaba el uniforme de un jefe policial de la Bonaerense. Lo sospecharon apenas el cura pidió, en la misa en la que cada mes ruega por las almas de los muertos en la masacre, que se dieran la paz. Liliana Perret, la esposa del contador asesinado Carlos Santillán, en la ceremonia junto a sus dos hijos, casi no tuvo tiempo de asimilarlo. Sintió que alguien le tocaba la espalda, y al darse vuelta, el uniformado, recién designado jefe de la Departamental San Nicolás, le entregó una carta y le dio un abrazo. En la misiva dirigida �a una madre y sus hijos�, pedía perdón en nombre de la fuerza, por �el inmenso dolor que el uniforme les ha causado�. Se espera que en los próximos días varios de esos uniformados sean procesados por el homicidio de los dos rehenes y un delincuente. �Quiero que por favor se entienda �le dijo ayer a Página/12 Liliana Perret� que yo sólo agradezco el gesto de quienes no estaban ahí y quieren limpiar su imagen. Pero yo no estoy perdonando a aquellos que tiraron y mataron, no voy a tener paz hasta que digan �yo maté, yo me equivoqué, fulano me mandó�. Pedir perdón es fácil, hacer una verdadero mea culpa no�.
�Queremos decirle que a partir de esta tragedia, sentimos que no somos los mismos, ya que hasta nuestras familias nos miran con otros ojos, pese a que prácticamente la totalidad de la fuerza se hallaba muy lejos del lugar de los acontecimientos.� Así reza uno de los párrafos centrales de la carta, firmada y entregada por el comisario inspector José Ferrari, quien asumió la jefatura policial de San Nicolás el 6 de este mes. Ferrari, en diálogo con Página/12 explicó: �La idea de escribir esa carta es algo que nació en mí desde el primer día después de ocurrido Ramallo�. El 17 de setiembre de 1999, cuando los tiros de la policía mataron a uno de los delincuentes, Javier Hernández, al contador Santillán y al gerente Carlos Chávez, Ferrari era director de investigaciones de San Martín. �Ese día me acosté a dormir cansado, preocupado por lo que pasaba y a la madrugada me despierta mi mujer más temprano de lo normal y muy mal: �ustedes son todos unos asesinos�, me dijo.�
Ferrari dice que le �costó mucho explicarle que no tenía nada que ver y que formaba parte de una fuerza que había actuado de esa manera�. Cuando fue trasladado a San Nicolás y se enteró de que se haría una marcha y una misa por las víctimas en el pueblo, decidió concretar su idea. �La hicimos entre cuatro o cinco, cada uno hizo su versión y después acordamos. Mis propios compañeros me dijeron te van a escupir, te van a tirar piedras�, contó. El texto final de la carta dice: �Desde lo más profundo le decimos que habríamos estado orgullosos de haber dado la vida para que el luctuoso episodio que hoy causa un dolor irreparable en la familia no hubiera ocurrido. Sabemos que esto puede ser creíble o no, pero le juramos por Dios, que es el Ser Supremo, y por nuestros hijos que son terrenales, que lo habríamos deseado�.
Ferrari no elude hablar sobre los policías que dispararon contra los rehenes: �Somos conscientes de que hay responsables sin lugar a dudas, pero estamos convencidos de que no lo han hecho con intencionalidad, pero esto será juzgado en este mundo por la ley de los hombres y con el tiempo, que es inclaudicable, por el Señor�. La carta termina: �Desde ya, y entendiendo el inmenso dolor que el uniforme les ha causado, pedimos perdón�.
�Es fácil entregar una carta hecha por computadora y pedir perdón �le dijo ayer a este diario la viuda de Santillán�. Yo agradezco ese gesto pero no puedo dejar de estar muy enojada. No tengo armas sanas para luchar contra esta gente, estos tiradores, contra el poder, contra el juez.� En la misa en la que recibió además de una carta para su familia, una copia para la familia Chávez �que todavía no fue recibida en San Nicolás, donde viven ahora la esposa y las hijas del gerente�, Liliana estaba con sus hijos. �Hay que entender que somos personas diferentes y en mi casa la carta a nadie le cayó bien. Ellos ni siquiera se muestran reconfortados por esto�, contó.
�En mi caso que quede claro �pidió� que no porque dije �disculpo�, no tengo dolor con los que dispararon, que lamentablemente son uniformados. Que por favor se entienda que sólo agradezco el gesto de los que no estaban ahí, que querían limpiar su imagen. Pero yo no estoy perdonando a aquellos que tiraron y mataron, no voy a tener paz hasta que digan �yo maté, yo me equivoqué�, o quién los mandó�. Yo no sé si cuando los tenga en frente voy a decir los perdono, pero que alguno se haga cargo. Con esta carta puedo tener un alivio, pero no voy a tener paz. Le hablo de la paz de los hombres, porque paz espiritual tengo de sobra.�

 


 

LA POLICIA DEFINE DONDE PODRAN ESTAR LOS PERIODISTAS
Qué hacer cuando hay rehenes

Con el fin de controlar y poner orden en las coberturas periodísticas en casos de tomas de rehenes, el jefe de la Policía Federal, comisario Rubén Santos, recomendó a los medios que desalienten �cualquier intento individualista que ponga en riesgo la vida de los periodistas o de terceros�. En una circular dirigida a los directores de los medios, el jefe policial anunció que de aquí en más, en casos de este tipo, se dispondrá �un anillo de seguridad�, ubicado a no menos de cien metros del lugar del hecho, donde podrá trabajar la prensa, y advirtió que quienes no respeten las indicaciones serán �desplazados� por personal policial. La decisión implica un giro de 180 grados respecto de la anterior gestión policial, durante la cual hasta se autorizó a dos periodistas a llegar con sus cámaras hasta el lugar donde un captor había tomado rehenes, para negociar con el asaltante, en un caso ocurrido en noviembre en las oficinas del Conicet.
A través de una circular, Santos informó de qué manera se delimitará la zona de conflicto, conformando tres anillos de seguridad:
  Una zona de control absoluto, delimitada por inmuebles, vehículos o cualquier otro ámbito ocupado por los captores y los rehenes. En ese área, la policía procurará evitar que los delincuentes logren desplazarse con sus rehenes. La zona sólo será penetrada por el grupo táctico como último recurso �para ejecutar un asalto de emergencia, cuando la actividad negociadora no permita disuadir a los captores y corra riesgo la vida de los rehenes�.
  Una zona de control relativo, que consiste en un anillo con un radio de 100 metros desde la zona anterior, aunque podrá ampliarse a criterio del personal policial. Esta área estará delimitada por cintas o un vallado policial, y sólo podrán tener acceso los grupos tácticos y los negociadores.
  Una zona segura, tercer anillo de seguridad donde se establecerá el centro de operaciones policiales, los equipos sanitarios y de apoyo, y el centro de información a los medios, �desde el cual cumplirán su cometido los periodistas�. Este perímetro se ubicará a no menos de 100 metros del anterior. El lugar estará vedado para los curiosos: no podrán entrar allí vecinos ni transeúntes.
De acuerdo con la comunicación, las previsiones tienen como objetivo �asegurar la zona de conflicto para preservar vidas humanas, no sólo de los rehenes sino también de vecinos, transeúntes, periodistas, personal policial y de los propios delincuentes�. �Los medios periodísticos deben respetar fielmente las zonas delimitadas�, exhorta la resolución. Y advierte que �el personal policial se encontrará facultado para desplazar a aquellos periodistas que no respeten los límites demarcados o las indicaciones que se efectúen�.

 

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