Por Victoria Ginzberg y Nora Veiras
Juana Haydeé Asteinza de Cassataro se presentó ayer ante la Cámara Federal de La Plata para hablar sobre la desaparición de sus hijos Eduardo y Daniel y sus nueras Elba Zulema Arteta y Alicia Ramírez Abella. En medio de su testimonio hizo una declaración que sorprendió al público, los abogados y hasta los jueces presentes en la audiencia en el juicio por la verdad. �Videla va los domingos a una parroquia de la localidad de Tornquist�, dijo la mujer, de 72 años, muy segura. Jorge Rafael Videla está arrestado en su domicilio por su responsabilidad en el plan para apropiarse de los hijos de desaparecidos. A partir de la denuncia de Cassataro, el juez Adolfo Bagnasco investigará si el dictador violó la prohibición de salir de su departamento del barrio de Belgrano. De ser así, Videla tendría que volver a una celda de verdad.
�¿Esto es cárcel? ¿Cuándo vamos a tener Justicia? Lo juzgan por el robo de bebés. ¿Y los 30 mil desaparecidos?�, aseguró Cassataro luego de afirmar que Videla frecuentaba Tornquist. La mujer admitió que no vio a Videla sino que tiene la información por terceros, pero aseguró que puede decir quiénes lo vieron. Se sorprendió, además, por el revuelo que se armó por sus declaraciones. Es que Cassarato pensaba que Videla tenía el permiso para ir a Tronquinst y lo suyo más que una denuncia era una queja hacia la Justicia.
Página/12 se comunicó con el cura de Tornquist, Norberto López.
�Quisiera saber si Jorge Rafael Videla concurre a misa en esa parroquia.
�Sí. Viene a veces.
�El tiene arresto domiciliario. ¿Usted sabe si tiene permiso para salir?
�No, bueno, desde que tiene el arresto no viene. El solía frecuentar la parroquia.
�¿Cuándo fue la última vez que lo vio?
�No me acuerdo. Pero más de dos años. Su hija vive cerca de acá, en un campo.
Este diario habló luego con el secretario del intendente del lugar, Gerardo Pedro Rattero (PJ), quien no se quiso identificar con su nombre. El funcionario dijo sobre el dictador:
�Suele venir. Acá viene seguido. Yo no lo quiero ver ni regalado. Es repulsivo. Tiene a sus nietos acá, los sabe ir a buscar a la escuela.
�¿Cuándo fue la última vez que lo vio?
�El año pasado lo vi algunas veces. ¿El está en cana, no?
�Justamente, le pregunto porque Videla está bajo arresto domiciliario.
�Bueno, hace rato que no se ve. Tengo idea de haberlo visto el año pasado, pero puede haber sido el anterior. Yo a misa no voy, lo veía en la escuela cuando iba a buscar a sus nietos y yo a mis hijos.
�Usted me dijo que suele ir, después que lo vio el año pasado y ahora que fue el anterior. ¿Cuándo lo vio?
�No puedo precisar, creo haberlo visto el año pasado, pero no puedo afirmar nada, puede hacer sido antes.
Videla está preso desde el 9 de junio de 1998, cuando fue detenido por el juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich y actualmente también está a disposición del juez federal Adolfo Bagnasco, quien investiga el plan sistemático de la última dictadura militar para apropiarse de los hijos de desaparecidos.
Los miembros de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata solicitaron ayer a los jueces de la Cámara Federal local que se remitiera la declaración de Cassataro al juez Bagnasco. Además, el fiscal general ante la Cámara de Bahía Blanca �bajo cuya jurisdicción está Tornquist� afirmó que podría comenzar una investigación de oficio sobre el tema.
A pesar de las confusas declaraciones de los habitantes del pueblo, que aseguran primero haberlo visto y luego dicen que fue hace uno o dos años,no cabe duda de que la figura del dictador es conocida en el lugar. La presencia de Videla en la parroquia desató más de una vez discusiones entre el cura y algunos feligreses que se oponían a su presencia. Las visitas habituales del dictador a este pueblo de cerca de seis mil habitantes se deben a que su yerno, Cristian Kleine, es administrador del Hogar Rodolfo Funke �una estancia de entre diez y quince mil hectáreas a 20 kilómetros del centro� que funciona como una �fundación sin fines de lucro para ancianos de habla alemana�, según comentaron algunos vecinos. La hija de Videla es voluntaria en Caritas y dedica mucho tiempo a colaborar con la Escuela Nacional de Tornquist, donde uno de los nietos del dictador fue medalla de oro.
Después de los indultos, algunos habitantes del pueblo impulsaron la declaración de persona no grata contra Videla. Pero esta iniciativa no logró transformarse en un pronunciamiento oficial del Concejo Deliberante. La oposición de un grupo pequeño no logró amedrentar al dictador que continuó con sus visitas al lugar. Es que Videla era casi una figura mítica, hasta hace tres o cuatro años, muchos parroquianos hacían cola en la Iglesia para besar �al general�.
Todo empezó en el mes de junio de 1998
El 9 de junio de 1998 Videla fue detenido por el juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich, y pasó mes y ocho días preso en la cárcel de Caseros, hasta que la Cámara Federal de San Martín le otorgó el arresto domiciliario. Estaba acusado de ser el autor mediato de la apropiación de cinco menores, hijos de desaparecidos, que habían sido entregados a militares o personal de las fuerzas de seguridad y fueron inscriptos falsamente como propios. El mismo día de la detención del militar, Hebe de Bonafini se presentó en el despacho del juez y lo acusó de haber tomado la decisión �por la necesidad de Carlos Menem de aliviar la presión internacional�. Pero la Cámara Federal de San Martín decidió que el expediente pasara a manos del juez Bagnasco, que investiga la práctica sistemática de apropiación de los hijos de los desaparecidos durante la dictadura. Las dos causas no pueden ser anexadas porque la que inició Marquevich se rige por el antiguo Código de Procedimiento penal, pero tramitan en forma paralela. Ese código establece que el llamado a indagatoria implica el procesamiento, es decir que Videla ya está procesado. Pero Bagnasco lo indagó el mes pasado para interrogarlo por todos los casos que componen la práctica sistemática, a excepción de los que corresponden a la Escuela de Mecánica de la Armada. El juez está dedicado a la etapa del proceso que comprende los nacimientos clandestinos ocurridos en jurisdicción del Ejército. Videla es el eslabón superior de la cadena de mandos, que se completa con Carlos �Pajarito� Suárez Mason, Santiago Riveros, Juan Sasiaiñ y Jorge Olivera Rovere. |
En manos de Bagnasco
�Si tengo los elementos para investigarlo no dudaré en hacerlo�, aseguró a Página/12 el juez federal Adolfo Bagnasco. Sin embargo, el magistrado aclaró que necesitaría sumar otros elementos a la declaración de Juana Haydeé Aistenza, por ejemplo, la confirmación de algunos testigos que hayan visto al dictador en Tornquist y avalen lo que afirma la mujer, y el requerimiento del fiscal de la zona, Hugo Cañón. Videla podría volver a la cárcel en los próximos días si Bagnasco comprueba que violó el arresto domiciliario que le había impuesto. Por otra parte, el ex presidente de facto no pidió ninguna autorización al juzgado para salir de su departamento de avenida Cabildo 639. En ese lugar hay un policía en forma permanente pero no para vigilarlo, sino por pedido de los comerciantes de la cuadra por las posibles manifestaciones de repudio que pudieran producirse. Videla no tiene custodia policial porque la ley 24.660 no lo establece. El responsable en este caso es el familiar que aceptó hacerse cargo de su cuidado. Esa norma no fue inspirada para beneficiar a genocidas sino a enfermos de sida. |
Una historia de infamia
Juana Haydeé Asteinza, la mujer que ayer denunció ante la Cámara Federal de La Plata que Jorge Rafael Videla se pasea por Tornquist, tiene dos hijos desaparecidos junto con sus esposas. De casualidad recuperó a sus dos nietas Juliana y Roxana, que fueron abandonadas tras el secuestro de sus padres cuando tenían tres años y un año y nueve meses respectivamente. Eduardo Juan Cassataro y Elba Zulema Arteta (ambos contadores) fueron secuestrados el 22 de febrero de 1977 de su domicilio. Un cura de apellido Astolfi, que a su vez era capellán del Regimiento 7 de La Plata, �nos aseguró haberlos visto en una lista pero posteriormente lo negó�. Su otro hijo, Héctor Daniel, militaba en Montoneros y fue secuestrado junto a su esposa Alicia en enero del �78 y sus dos nietas �a las que narcotizaron y envolvieron en mantas para sacarlas de la casa�. Juliana y Roxana fueron rescatadas meses más tarde de un asilo de La Plata, donde había alojados más de un centenar de niños y adonde �según dijo la señora� �fueron derivadas por un juez de menores de apellido Bazzo�. |
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