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CASTILLO DESMINTIO SER EL QUE ESTA EN LA FOTO CON DE LA RUA
�Cualquiera ve que no soy yo�

El periodista Daniel Enz entrevistó, para la revista �Análisis� y para Página/12 a Carlos Castillo. En una larga charla, El Indio dejó desairado a su ex amigo y antiguo jefe. Dejó en claro que nunca fue custodio del Presidente y que no es él quien apareció fotografiado a su vera. Además relató su relación con Rico y su participación en el pacto entre éste y Duhalde.

El Indio Castillo, en la cárcel leyendo un ejemplar de Página/12.
Fue una denuncia de este diario lo que encolerizó a Aldo Rico.


Por Daniel Enz
Desde Paraná

t.gif (862 bytes) Carlos �El Indio� Castillo está preso en la alcaidía de Paraná. Su detención motivó una tapa de Página/12 recordando su histórica relación con el ex carapintada, líder del MODIN y actual militante del peronismo y ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Aldo Rico. La reacción de Rico fue asombrosa y detonó un escándalo político que aún no ha terminado: aseguró que Castillo, como agente de la SIDE, integraba la custodia del presidente Fernando de la Rúa. Exhibió una foto para probar su denuncia. De ahí se sucedieron las desmentidas del gobierno nacional que ayer le dieron un golpe de knock out a la versión de Rico (ver nota aparte). Por si hiciera falta, Castillo, un ex compañero del carapintada en la rebelión de Semana Santa y en el MODIN, fue tajante sobre el tema. Locuaz y socarrón, aseguró que no es quien aparece en la foto al lado del Presidente. Y luego detalló su relación con el ministro de Carlos Ruckauf, enriqueciendo la entrevista con el recuerdo del pacto político entre Rico y Eduardo Duhalde que, asegura, se cimentó en suculentos pagos que él presenció. 
�¿Lo sorprendió Aldo Rico cuando dijo que usted trabajaba para la SIDE, exhibiendo además una foto del 24 de febrero donde se ve a alguien parecido a usted detrás del presidente Fernando de la Rúa?
�Rico será esclavo de sus palabras. Rico supone que el que está parado detrás del Presidente soy yo. Si así fuera, De la Rúa me estaría demostrando que es un tipo inteligente (sonríe). Pero �creo� que no soy yo, porque (el 24 de febrero) yo no estaba allí sino en Paraná. Cualquier persona sensata se da cuenta de que el de la foto no soy yo. Rico es Rico.
�¿Cuándo conoció a Aldo Rico? 
�Yo milité en el peronismo desde joven. En 1987 conocí a civiles y amigos de la militancia que se me acercaron para sumarme. Me decían: �Este tipo habla el mismo idioma que nosotros�. Empezamos las reuniones en la casa de un economista, que tuvo cierta figuración nacional. Venía (Ernesto) Barreiro, porque el grueso de la gente estaba presa por el levantamiento en Campo de Mayo en Semana Santa. En ese grupo había un coronel, Arturo González Naya, que había estado en el levantamiento pero no fue preso y era una excelente persona. En ese momento se creó una estructura de apoyo, de afuera, que se llamaba el Ejército Nacional en Operaciones. Ibamos vestidos de combate al diario de Chascomús, entregando un comunicado de prensa y desaparecíamos. Así era en diferentes lugares del país. Era una especie de acción psicológica. Una vez se organizó una pintada, en todo el país se pintó lo mismo, el mismo día y hasta con la misma pintura. El lema era �Por otro 17, Libertad a Rico, Rico es Patria�. Tuvo mucha difusión. Incluso había un par de periodistas amigos que colaboraban.
�¿Quiénes?
�Uno trabajaba para una cadena de radios de habla hispana y televisión de Miami, que tenía una red de más de 400 estaciones en Estados Unidos. Acá muchas cosas no salían y entonces había que hacerlo en el exterior. Entonces inventamos un reportaje, que es el primero que le da trascendencia internacional a Rico, donde supuestamente dice que �en Malvinas se calentaban los pies dentro de las vísceras de los soldados ingleses muertos�.
�La inventaron totalmente.
�Por supuesto. No sé si alguna vez Rico vio a un inglés en la guerra, pero no importa. Y tuvo una repercusión a nivel mundial. Era un tipo brillante.
�¿Por qué Rico se despegó de usted?
�Pensaba que lo podíamos comprometer políticamente porque llovían acusaciones sobre varios de nosotros. Se despegó muy groseramente. Puedo entender como hombre político esa decisión. Como camarada, como hombre que ha compartido mucho a su lado y además lo fui a buscar cuando estaba preso en Magdalena, no admito que se me haya abandonado. Porque no había nada que nos pudiera involucrar y menos a Rico.
El arte de pesar billetes
�Usted dice que fue testigo de los pagos que hizo la gente del ex gobernador Eduardo Duhalde a Aldo Rico, para lograr el apoyo político necesario en la reforma de la Constitución de Buenos Aires. Cuénteme.
�Yo participo en las reuniones preliminares con gente de Duhalde. Fui junto a (el ex diputado del MODIN) Morello. Como tengo conocimiento de los referentes del peronismo de la provincia de Buenos Aires, fui a comprobar si los interlocutores que venían eran válidos. La primera reunión se hizo en un negocio de antigüedades en Cerrito y Alvear, que es de la madre de Carlitos Guglielmini, que después se mata en un accidente de tránsito. Se cerró el acuerdo y no había nada para tomar. Terminamos tomando dos latitas de naranjada y una lata de sardinas que estaba en la trastienda del negocio.
�Recuérdeme qué establecía el acuerdo. 
�Una serie de cargos políticos, entre ellos uno vinculado con el manejo del dinero del Fondo del Conurbano y el Saneamiento del Riachuelo y el río Matanza; otros cargos políticos en la administración pública de la provincia de Buenos Aires, así como también una garantía en metálico. Como trofeo, en el piso de las oficinas, quedaron los papelitos que atan los fajos. Se hicieron sembrados de papelitos de fajos.
�¿De qué montos hablamos?
�Yo presencié dos entregas de dinero. En la primera estaban todos los fajos de 100 dólares arriba y abajo habían puesto dólares de 50. Entonces contaron así por arriba, dijeron que estaba bien y después se encontraron con que se habían comido como 50.000 dólares. Yo me encargué de averiguar, previamente, en una agencia de seguridad, cuánto pesaba un millón de dólares: 13,560 kilos, en billetes de cien. Era una cosa voluminosa. La primera tanda de dinero estuvo guardada en las oficinas de calle Rivadavia, donde teníamos un tesoro; pusimos gente de guardia.
�¿De qué dinero estamos hablando?, porque se mencionaron algunas cifras...
�Se habló de entre 12 y 15 millones de dólares. 
�¿En cuántas entregas?
�Fueron varias etapas. Las dos primeras fueron 500.000 dólares en cada encuentro. Yo estuve en ambas. Me acuerdo cuando salían de las oficinas, abrazados a sus pechos. 
�¿Quiénes fueron los duhaldistas que llevaron el dinero?
�No me acuerdo los nombres, sino los apodos: el Rengo, el Tuerto, el Pato... Pero yo no quiero hablar más de este tema, porque se estuvo ante el hecho de corrupción más grave de los últimos tiempos en la historia argentina, pero la Justicia no hizo nada. Aquí se le estaba pagando a gente para reformar la Constitución de la provincia de Buenos Aires. Fue una aberración. Y se lo anticipé a Rico: le dije que los cargos políticos no se iban a cumplir porque lo que se arregla con plata no se soluciona con política. Rico mucho no se calentó, porque ya tenía la plata en el bolsillo. Y allí se produjeron los primeros encontronazos en el MODIN, porque se fue Polo y los diputados que teníamos en la provincia. Se fueron porque los dejó fuera del negocio. Tuvieron que poner la cara, levantar la mano y después no les dio ni el vuelto. 

 


 

Beraldi, un policía que
pone en aprietos a Ruckauf

La Policía Federal presentó ayer públicamente al inspector Carlos Beraldi, quien aparece en una foto a espaldas de De la Rúa. Aldo Rico había dicho que ese hombre era Carlos �El Indio� Castillo.

El inspector Beraldi fue presentado en conferencia de prensa. 
El policía no se considera parecido a Castillo. �Es mayor�, dijo.

Por Laura Vales y Raúl Kollmann

Se produjo ayer el gran careo. El gobierno nacional salió con los tapones de punta contra Aldo Rico y demostró categóricamente que el matón Carlos �El Indio� Castillo no fue la persona que integró la custodia de Fernando de la Rúa el 24 de febrero pasado sino que se trató de Carlos Beraldi, un oficial de la Policía Federal que ahora revista en la Comisaría 38ª. Para no dejar dudas, en el Departamento Central de la Policía Federal se realizó una conferencia de prensa en la que se presentó en sociedad al propio Beraldi, en vivo y en directo, y al lado de una gran copia de la fotografía en la que Rico dice que se ve al Indio Castillo. La presentación de Beraldi dilucidó el asunto. Y dejó una cuenta pendiente para Carlos Ruckauf.
�¿Ven que es igualito?�, comentaban los de la Federal. A lo largo del miércoles, el vicegobernador Felipe Solá había respaldado a Rico pidiendo mayores pruebas y advirtiendo que si la vinculación del ex carapintada Carlos �El Indio� Castillo con el gobierno nacional resultara falsa, Rico deberá pedir disculpas porque �su denuncia sería una payasada�. A su vez, en un reportaje exclusivo para Página/12 y el semanario Análisis, Castillo �desde la cárcel� reconoció que �yo no soy el de la foto y Rico va a ser esclavo de sus palabras�. El Indio, hombre de confianza de Rico hasta hace un par de años, está detenido por intento de homicidio, robo, falsificación de documentos y unos diez cargos más. 
El lunes pasado, Página/12 reveló que Castillo, quien estaba prófugo por el intento de asesinato al intendente de Monte Caseros, Eduardo Galantini, había sido detenido en Paraná. La reacción del ministro de Seguridad fue inmediata; convocó a una conferencia de prensa para hablar sobre el crimen de una mujer descuartizada, pero en lugar de referirse al caso y como quien no quiere la cosa repartió una foto de la visita del presidente De la Rúa a la AFIP en la que aparece escoltado por dos custodios. Rico juró y perjuró que uno de los guardaespaldas era su ex matón, El Indio, que -según dijo� ahora trabaja para la SIDE y el gobierno nacional. O sea que quiso demostrar que el acusado de homicidios, aprietes y torturas no es ya su hombre de confianza sino un escudero del Presidente. 
Al día siguiente, el martes, el Gobierno desmintió las afirmaciones del ministro de Seguridad bonaerense e incluso dio a conocer la verdadera identidad del guardaespaldas. Pero Rico no aceptó las explicaciones y volvió a la carga: �La foto es evidente. No voy a hacer más comentarios�. Con Carlos Ruckauf de viaje en Estados Unidos, el vicegobernador Felipe Solá tomó la palabra: �Me parece que el Gobierno no fue contundente. Lo que tiene que hacer es sentarlo a Beraldi y que Beraldi diga �yo estuve allí y acá están los testigos�. Mientras tanto tengo que creer que Rico dice la verdad�.
Eso fue exactamente �y paso por paso� lo que hizo ayer el Gobierno. La Policía Federal convocó a los medios al microcine del Departamento Central y montó allí una ampliación de la foto distribuida por Rico. Después, hizo ingresar a la sala al policía Beraldi. Por si hacía falta, sumó también como testigo al otro guardaespaldas que aparece en la toma, de bigotitos. 
�Como pueden ver �explicó el jefe del departamento de Comunicaciones de la Federal con tono didáctico�, el principal Beraldi, presente en esta conferencia, es quien aparece en la imagen detrás del hombro izquierdo del señor Presidente. Y el inspector Guglielmoni, también en esta sala, es quien se ve detrás de su hombro derecho. 
Sólo faltaba que pusieran entre los dos policías a De la Rúa para que la reconstrucción fuera perfecta. 
Beraldi, un hombre que trabajó durante diez años en la custodia presidencial, soportó con paciencia y algo intimidado la avalancha de fotógrafos y finalmente contestó lo que a esas alturas era evidente para todos:
�El de la foto soy yo �dijo. Y a pedido de un cámara se acomodó en un mejor ángulo para las comparaciones. 
�¿Conoce a Castillo? �preguntaron los periodistas.
�No. Le vi la cara recién hoy, en una foto publicada por Página/12.
�¿Cree que es parecido a usted?
�No. Hay rasgos muy definidos que me diferencian absolutamente de él, como el mentón, la boca y el cabello. Y el de la foto es mayor.
No se permitieron preguntas sobre Rico. 
La pelota queda ahora en la cancha del gobierno bonaerense. Rico indudablemente embistió contra De la Rúa, repartió las fotos, insistió en su postura y quiso demostrar que el Presidente era quien tenía contratado al hampón. Se demostró que era falso. Ahora Ruckauf es el que deberá decidir qué hacer con el blooper de su ministro. Hasta ahora guardó silencio, pero Felipe Solá, a cargo de la Gobernación, adelantó algunos criterios: �Si el Gobierno tiene razón, Rico tendrá que pedir disculpas. Además, el tema pasa a ser grave porque es un ministro del gobierno provincial�.


Todos apuntan al ministro

Eduardo Duhalde fue el primer dirigente del PJ en criticar abiertamente a Rico por su yerro. �Fue un blooper político y deberá reconocer su error�, sostuvo ayer el ex gobernador bonaerense, para quien no hay dudas de que quien aparece en la foto que repartió el ministro de Seguridad no es el Indio Castillo. Duhalde también consideró �inaudito� pensar que Rico mostró esa imagen a sabiendas del equívoco. 
En la Legislatura bonaerense, una decena de diputados de la Alianza reclamaron ayer a Ruckauf que pida la renuncia del ministro �por su falta de responsabilidad e idoneidad� y �su injustificable actitud de realizar denuncias públicas que involucraron al presidente de la Nación en base a pruebas falsas e informaciones totalmente erróneas�. Los diputados Alejandro Mosquera, Aldo San Pedro y Fátima Nader, junto con otros cinco pares del Frepaso, criticaron también al vicegobernador Felipe Solá por defenderlo. Y el titular del cuerpo, el radical Francisco Ferro, le solicitó formalmente a Solá que �cumpla con su palabra� y exija a Rico un pedido de disculpas. 
También hubo voces parecidas en el Congreso nacional, donde los diputados Alfredo Bravo y Jorge Rivas plantearon que la seguridad de los habitantes de la provincia de Buenos Aires �no puede estar en manos de irresponsables� que �aún no han renegado de su pasado democrático� y coincidieron en reclamar la misma renuncia. 

 

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