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Un operativo sorpresa de la Fuerza Aérea dejó en descubierto el descontrol del tráfico de aviones que pulula en varias zonas del norte del país, el territorio predilecto de contrabandistas y narcos. En apenas tres días y gracias a un radar móvil, los especialistas detectaron más de 30 vuelos no identificados y al menos 15 pistas de aterrizaje nuevas en las provincias de Corrientes y Misiones. Los números son estimativos dado que las cifras oficiales sobre vuelos y pistas �ya existen más de 100 pistas declaradas en esa zona� se conocerán mañana cuando finalice el operativo. �Es un trabajo de investigación que toma su tiempo, hay que saber si estas pistas de aterrizaje que se están fotografiando son nuevas y no las teníamos identificadas en nuestro sistema de información�, explicó el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general Walter Barbero. El operativo denominado �Vigía II� comenzó el lunes y finalizará mañana. Es el segundo de este tipo que se realiza en dos años, con el mismo objetivo de controlar casos de vuelos ilegales y pistas de aterrizaje clandestinas. Para el �Vigía II� la Fuerza Aérea desplegó dos bases: una en Iguazú, donde operaron tres interceptores Mirage III, y otra en Posadas, donde funcionó el centro de control de información y el radar móvil. También utilizaron cuatro aviones Pucará, un Boeing de exploración, dos helicópteros de búsqueda y salvamento, un Lear Jet y un Guaraní fotográfico. Todo este costoso movimiento, más los 200 efectivos que demandó la operación, explica el porqué se realizan tan de vez en cuando, en medio de las estrecheces presupuestarias de las que suelen quejarse. El ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, voló a Posadas para felicitar a los jefes militares y explicó que el objetivo de las Fuerzas Armadas será concentrar los recursos disponibles �en apoyo a las actividades operativas, para generar el grado de entrenamiento máximo y poder actuar disuasivamente�. Fue gracias al relevamiento fotográfico que se comprobó el trazo de las cien pistas declaradas pero también de muchas otras no identificadas, camufladas en el interior de la selva misionera. El hallazgo se produce en un momento oportuno, justo cuando el Gobierno anunció como objetivo estratégico la guerra contra el contrabando y el narcotráfico que tiene como principales entradas las provincias que limitan con Bolivia y Paraguay. Por las dudas, el brigadier Barbero aclaró que el operativo se limitaba a lo establecido en las leyes de Defensa y Seguridad Interior. Es decir, que las irregularidades detectadas son puestas en conocimiento del juez federal, que es quien debe seguir a cargo de la investigación. Voceros de la Fuerza Aérea aprovecharon para lamentarse a raíz de que la licitación por los radares continúe trabada en la Justicia. Aseguran que si contaran con el equipamiento necesario, el control del espacio aéreo sería más riguroso. Los descubrimientos de ayer los hicieron gracias a un radar móvil del tipo TPS43, con un alcance de 400 kilómetros, que ahora será trasladado. El operativo fue sorpresivo hasta para el gobernador de Misiones, el justicialista Carlos Rovira, que se sintió dejado de lado porque no le habían avisado de la llegada de López Murphy ni de los jefes militares. A falta de una invitación, Rovira, como quien no quiere la cosa, se presentó en el comando de control argumentando que �el operativo es nuestro también�. De mal humor, el gobernador no creyó casual la omisión y pidió que el hecho �no vuelva a ocurrir�.
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