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Con algunos retoques al dictamen oficialista, Diputados le dio media sanción ayer al proyecto de ley de Emergencia Económica. Aunque votaron en contra, el justicialismo y Acción por la República dieron quórum, que la Alianza no había alcanzado la semana pasada al no poder reunir a su propia fuerza en el recinto. Así quedó habilitada la aprobación de una norma que permitirá al Estado postergar juicios, remover a funcionarios públicos de jerarquía, rescindir contratos firmados por la gestión menemista y cancelar con bonos los compromisos que la Nación tenga a favor de las provincias. Se trata de una de las normas más demandadas por Fernando de la Rúa desde que asumió la Presidencia de la Nación, como herramienta para emprolijar las cuentas públicas. �Esto da más previsibilidad a la economía y, por lo tanto, permite bajar la tasa de interés�, sentenció ante este diario desde el recinto Raúl Baglini, titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, quien defendió el dictamen de la Alianza con un discurso de 50 minutos que sirvió para abrir la sesión de ayer. �Tenemos que enfrentar 19 mil millones de pesos por sentencias judiciales adversas�, advirtió Darío Alessandro, jefe del bloque oficialista, al cerrar la lista de oradores. La iniciativa aliancista tiene dos puntos que irritan al justicialismo. Uno, que el principal argumento invocado por la Alianza para establecer estas reglas excepcionales sea el supuesto desquicio de las cuentas públicas que dejó la gestión anterior. Otro, que la ley dará muchas atribuciones al Poder Ejecutivo, habilitándolo a la rescisión de contratos suscriptos por el gobierno de Carlos Menem. Los puntos centrales de la iniciativa que recibió dictamen favorable son: Se declara la emergencia económica financiera del Estado por el término de un año, con la posibilidad de ampliarse a dos. Se faculta al Poder Ejecutivo a disponer la rescisión de los contratos, sean de obra, de servicios, de suministros o consultoría celebrados antes del 10 de diciembre. El Poder Ejecutivo podrá reubicar al personal de su ámbito a fin de obtener una racionalización de los recursos humanos existentes, y dentro de la zona geográfica del empleado. El PE nacional queda autorizado a dejar sin efecto por razones de servicio la asignación de funciones ejecutivas, gerenciales o equivalentes, cuyos titulares gozarán de estabilidad en el mismo nivel en el que se desempeñaban. El personal alcanzado por dicha medida tendrá derecho a recibir una indemnización equivalente a un mes del suplemento que percibía por el ejercicio de esa función. Se suspenderán los plazos procesales de los juicios contra el Estado hasta que el tribunal de oficio o el letrado comuniquen a la Procuración del Tesoro nacional su existencia, carátula, radicación, estado procesal y monto pretendido. La Procuración del Tesoro de la Nación tendrá 20 días hábiles a partir de la notificación para tomar intervención que ella considera pertinente. Vencido este plazo, se reanudarán los términos procesales. Se consolidarán las deudas posteriores al 31 de marzo de 1999 hasta el 1º de enero del 2000 con un bono a 16 años para las obligaciones con proveedores y de 10 años para las obligaciones previsionales. Se exceptuarán de este régimen las obligaciones asumida por el Estado con los jubilados originadas en el régimen de cancelación que se hubiera previsto realizar en efectivo, y las deudas con la Ciudad de Buenos Aires y el Instituto Nacional de Reaseguros. Faculta al PE nacional a proponer el saneamiento de las deudas de la Nación con las provincias mediante un bono de consolidación de deudas.
ORGANIZAN UN GRUPO DE CHOQUE DE ESPECIALISTAS EN SERVICIOS PUBLICOS Por Cledis Candelaresi
A escasos tres meses de abandonar el gobierno, el justicialismo resolvió vigorizar su propuesta para crear una comisión parlamentaria bicameral que fiscalice el funcionamiento de los entes de control de las empresas privatizadas. Por el contrario, el Gobierno sostiene el criterio de reafirmar la potestad que el Poder Ejecutivo tiene sobre esos órganos, sin abrir el juego al Congreso. Sin embargo, aquella iniciativa no es ajena a los legisladores aliancistas, muchos de los cuales meses atrás estamparon su firma en un despacho favorable al proyecto que el diputado Mario Cafiero intentará motorizar en la Cámara Baja.
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