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¿Por qué el voto debe ser secreto?

Una iniciativa de un diario neoyorkino reveló que la gran mayoría de los académicos están  de acuerdo en cambiar las reglas de los Oscar.

Parte de la escenografía para la fiesta, llegando al Shrine Auditorium.
Para muchísimos académicos, los votos no deben ser más de carácter secreto.


Por Elsa Fernandez-Santos
Desde Los Angeles

t.gif (862 bytes) El resultado del sondeo que realizó el diario The Wall Street Journal entre un buen número de votantes de Hollywood, y que provocó la ira de la Academia, es un misterio. Se publique o no la nota, anticipando que votaron los académicos, lo que sí logró el diario neoyorquino es que saliese a la luz el problema de fondo: la gran insatisfacción de muchos de los miembros de la Academia con sus viejas reglas. La Academia de Artes y Ciencias de Hollywood está compuesta por 6316 miembros, de los que votan 5607. Sus miembros se reparten en 1321 actores, 460 productores, 407 ejecutivos, 404 escritores, 400 técnicos de sonido, 358 relaciones públicas, 354 directores, 351 directores de arte, 249 músicos, 220 montadores, 319 realizadores de cortos, 197 técnicos de efectos especiales, 165 directores de fotografía y, finalmente, 402 que pertenecen a pequeños departamentos y al �grupo de cortesía� (esposas de los jefes de los estudios). 
Desde hace algunos años, muchos académicos piden que se cambien las reglas del juego, que los votos dejen de ser secretos y se conozca por cuánto gana cada película. Una parte de Hollywood quiere desempolvar los archivos y saber cómo fue la trastienda de cada votación, que se destripen las entrañas de los premios que, inexplicablemente, dejaron fuera a Alfred Hitchcock, Greta Garbo, Marlene Dietrich o Edward G. Robinson (éste último, además, pertenece a la lista de judíos a los que la Academia hizo el vacío durante los años cuarenta y del que sólo se salvó Paul Muni). El año pasado, el triunfo de Shakespeare enamorado sobre Rescatando al soldado Ryan avaló a los académicos que apoyan este cambio. �Todo el mundo asume que la película de Spielberg perdió por muy poco. Pero es una simple suposición, la realidad se desconoce y tenemos derecho a conocerla�, afirma el guionista William Goldman. �La Academia defiende la idea de que la gente no quiere conocer los resultados. Pero el cine es el centro de nuestra cultura, y lo que se vote es importante�. El copresidente de Sony Classics, Michael Baker, añadió: �Sólo queremos saber si la Academia adoró una película o si, por el contrario, ganó por muy poco�. 
Frente a esta petición de transparencia, un veterano académico defiende el silencio: �Sería una malísima idea. Ya se sabe demasiado sobre el funcionamiento de los premios. Los Oscar no deben ser una carrera de caballos. ¿Qué pasaría si se sabe que una película ganó sólo por un voto? Sería insano. Se hablaría todavía más del proceso y los premios perderían credibilidad�. De momento, lo que se perdió es el miedo a decir lo que cada uno vota. Así, el cineasta Peter Bogdanovich, un viejo académico, afirmó que �la objetividad no existe. Nadie está libre de prejuicios. ¿Acaso no votamos muchas veces a un actor no sólo por la interpretación en la película por la que es candidato, sino por otras que no se han reconocido? ¿Acaso algunas películas no nos llegan más porque el tema nos gusta y no porque sean mejores? Y no es verdad que si nos gustan igual dos películas, nos decantaremos por la que produjo un amigo? Sin duda, son muchas las preguntas que debemos hacernos�. 

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