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 Raúl
Alfonsín se refirió ayer a una de las preocupaciones centrales del
Gobierno. El ex presidente denunció la existencia de lobbies empresarios
contra la gestión de la Alianza y dijo que �se les están dando peleas
muy duras y muy fuertes� a los intereses de los grandes grupos
económicos. Aunque no dio más precisiones, lo cierto es que Alfonsín
volvió así a uno de sus temas de siempre, el mismo que le complicó el
último tramo de la gestión. Como para que no queden dudas, el jefe del
radicalismo agregó: �La economía sigue siendo el primer problema
político� de la Argentina.En un reportaje concedido a la agencia DyN, Alfonsín señaló que Fernando de la Rúa �está procurando recuperar la dignidad y la decisión nacional� y, en referencia a las presiones que recibe el Gobierno, añadió: �Estos no son debates que se sepan, son debates muy duros, son debates a puertas cerradas para que podamos seguir siendo un país como el que debe ser. Hay presiones que se nos hacen, hay lobbies empresarios. Se están dando peleas muy duras y muy fuertes para que el gobierno sea algo de todos�, sostuvo. Alfonsín no precisó sus declaraciones sobre la voluntad de los lobbies empresariales de condicionar al Gobierno. Sin embargo, el ex presidente se refirió a una serie de temas que se vinculan con su definición sobre las presiones del poder económico. Elecciones porteñas: �Es importante comprender que De la Rúa es el hombre que en estos momentos necesitamos. La sociedad argentina necesita cierta tranquilidad, cierta certeza y ciertas seguridades que De la Rúa brinda. Supongamos que ganara Cavallo en la Capital, todo el mundo estaría crispado con las noticias. Sería lamentable para la Nación en su conjunto.� Seguridad: �Yo le doy absoluta razón a nuestro candidato Aníbal Ibarra cuando sostiene la necesidad de aplicar la ley con el rigor que corresponde. Nosotros no podemos dejar de ser democráticos para combatir el delito. Todo esto de (Rudolph) Giuliani es una gran equivocación de todos. El delito disminuyó en Estados Unidos porque disminuyó la desocupación, no por el gatillo fácil. Son modas que vienen de pronto, pero hay que procurar discutir y esclarecer.� El Gobierno: �Creo que se ponen algunas cosas en movimiento. Por ejemplo, medidas de salvataje para las pequeñas y medianas empresas, y economías regionales. Es importante. No digo que sea la solución definitiva, pero es un respiro muy fuerte que se les va a brindar con un esfuerzo muy importante. Los anuncios sobre las viviendas para los sectores de menores ingresos, la lucha por salvar a Aerolíneas Argentinas, por ser transparente en todo su accionar. Creo que es muy importante lo que se logró en la industria automotriz en el Mercosur. Y también el tema de los programas sociales que se conocieron, que tienen un gran sentido federal. Lo que pasa es que la situación sigue siendo grave.� Reforma laboral: �Yo diría que habrá que esperar un tiempo para ver quién tiene razón. Si el Gobierno se da cuenta de que no tiene razón, tendrá que recapacitar y tomar otras medidas. Es necesario evitar que en la futura negociación, producto de la reforma, se hagan algunos abusos y se termine reduciendo el salario.� Convertibilidad: �Es una trampa muy fuerte porque nos quita la posibilidad de hacer política. Pero si la sacamos, puede ser un desastre porque tendríamos que pagar 30 mil millones de pesos más por año de deuda. Esto produciría una caída del salario, habría menos poder de compra en la Argentina y se podría incrementar la recesión. Estamos en un problema gravísimo por no haber salido en su momento, después de haber logrado la estabilidad.�
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