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Por R. C. �Las personas de las primeras filas se creen que, porque tienen mucha plata, se pueden quedar sentadas. Vinieron a un concierto de rock, así que arriba. Si no, no, que se vayan a ver a Julio Iglesias�. Enojado, el baterista Alex González aprovechó el ska de �Me vale� (que canta) para arremeter contra los que no bailaban. Claro, hay un problema: a pesar de la energía que pone y de lo buen músico que es, Alex no toca en Nirvana sino en... Maná. Si le prestara atención a las metáforas que hilvana el cantante Fher Olvera en sus composiciones, se daría cuenta de que algunas están más cerca de la cursilería de Julio Iglesias que de Leonard Cohen o Luis Alberto Spinetta. Entre las dos personalidades fuertes de su baterista y su cantante se debate el grupo mexicano. Por supuesto que las chicas �amplia mayoría entre las siete mil personas que colmaron el Luna Park el jueves por la noche� privilegian los largos rulos y las poses seductoras de Fher por sobre la andanada de golpes de Alex. El cantante les ofrece lo que están buscando: canciones de amor en formato pop. Algunas tienen la impronta de Soda Stereo versión 87 (�Un lobo por tu amor�, �Oye mi amor�); otras suenan más baladísticas (�Vivir sin aire�, �Rayando el sol�) o salseras (�Se me olvidó otra vez�, �Perdido en un barco�). Para que la gente de las primeras filas se levantara, la banda recurrió a varios truquitos: fuegos de artificio, globos, serpentinas, papelitos y las camisetas de River y Boca. Los mexicanos �que con su último disco, Unplugged, vendieron en la Argentina lo mismo que Gustavo Cerati y Fito Páez ¡juntos!� se preocuparon por demostrar en todo momento lo progre que son. Hay quienes aquí los critican por practicar la corrección política a rajatabla, pero, ya se sabe, los que vituperan este tipo de actitudes suelen hacer por los demás mucho menos que los propios objetos de sus ataques. Eso sí, tal vez Fher debería haberse informado un poco más antes dedicar �Desapariciones� (un gran tema de Rubén Blades) a �los que desaparecieron durante la guerra militar que hubo en la Argentina. La gafe pareció demostrar, por si hiciera falta, que a veces con las buenas intenciones, no alcanza.Maná está lleno de ellas.
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