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Por Rocío Ayuso Desde Los Angeles  La
encuesta entre votantes del Oscar encargada por el diario Wall Street
Journal, que generó fuertes críticas de la Academia de Hollywood y
numerosos miembros de la industria cinematográfica, dio un veredicto
similar al que se palpa en todas partes: la película que mañana se
alzará con la estatuilla más codiciada será Belleza americana. El
sondeo, publicado ayer, no revela grandes sorpresas, ya que el film de Sam
Mendes es el gran favorito de todo el mundo, al igual que su realizador,
el cual obtuvo según el diario la mayor ventaja sobre sus contrincantes
que cualquier otro ganador en las categorías relevadas. Mejor actriz
también resultó la ganadora del Globo de Oro y preferida de la mayoría,
Hillary Swank (Los muchachos no lloran), mientras que el rubro mejor actor
arrojó como ganador, por un margen muy estrecho, a Denzel Washington (El
huracán), también ganador del premio de la Asociación de la Prensa
Extranjera en Hollywood. Mejores actriz y actor de reparto resultaron
Angelina Jolie (Inocencia interrumpida) y Michael Caine (Las reglas de la
vida), dos nombres que también vienen sonando muy fuerte a la hora de
elegir, aunque la candidatura de Caine es disputada muy de cerca por Tom
Cruise, por Magnolia.La polémica encuesta del Journal, a la cual la Academia acusó de potencialmente �arruinar� la gran noche de Hollywood, se realizó entre 356 votantes �de un total de 5607�, número que el diario califica como �muestreo respetable, aunque de ningún modo científico�. El diario salió al cruce de las críticas señalando que ésta no es la primera vez que un medio realiza una encuesta entre votantes: hasta 1958 y durante una década, la publicación especializada Daily Variety hizo lo propio, acertando con precisión docenas de premios. Al mismo tiempo, criticó la actitud de las autoridades de la Academia, las cuales enviaron cartas a sus miembros exhortándolos a no responder al sondeo, y sugirió que los miembros que consultaron a la Academia acerca del muestreo fueron impulsados a falsear sus respuestas. Mientras tanto, la lista de invitados creció con la misma rapidez que el nerviosismo con la [FrontPage Image Map Component]proximidad de la fiesta de mañana, día en el que mil millones de espectadores de todo el mundo estarán pendientes de saber los ganadores de los Oscar de esta 72 edición. Los últimos artistas convidados a esta celebración anual del cine incluyen a Anjelica Houston, Diane Keaton o Winona Ryder, que se unen a una lista en la que también tomarán parte Steven Spielberg, Jane Fonda o Roberto Benigni, entre otros. En total, más de medio centenar de estrellas para entregar y celebrar los logros de los 23 ganadores en las respectivas categorías. Entre ellos, los españoles Antonio Banderas y Penélope Cruz tienen la misión de entregar el premio a la mejor película extranjera, honor que desearían otorgar a su amigo y compatriota Pedro Almodóvar, candidato por Todo sobre mi madre. Al margen de que se cumpla su deseo, no se puede decir que se vayan a marchar de la ceremonia con las manos vacías, a la vista de los regalos que la Academia les tiene preparados como forma de agradecimiento por tomar parte de la fiesta. Entre las ofrendas de la cesta hay un reloj cronómetro valorado en 1700 dólares, un brazalete de 850 dólares, un bolígrafo de 450 dólares y un corazón de cristal de 185 dólares. También hay cámaras digitales, noches de placer en el hotel Ritz Carlton, acceso ilimitado a Internet o un autógrafo del legendario jugador de béisbol Joe DiMaggio. Eso, además de vodka y chocolates para hacer mucho más llevadera la tensión de la espera que, a medida que se aproxima el momento, aumenta desmesuradamente. Cada uno de los candidatos pasa las últimas horas que quedan hasta su victoria, o derrota, calmando los nervios de la mejor forma que conocen. En el caso de Michael Clarke Duncan (Milagros inesperados), los Oscar �son una fiesta incluso antes de su celebración�. Otros, como Almodóvar,prefieren aprovechar su estancia en Los Angeles haciendo algo inusual en sus vidas, como asistir a un partido de básquet de los Lakers, que cuenta entre sus más fanáticos seguidores con Jack Nicholson o Sean Penn. Al menos hay quien, con la proximidad de la fecha de entrega de los galardones, puede al fin descansar, como es el caso de los encargados de publicidad de los diferentes estudios: cerrado el plazo de votación para los Oscar, al fin terminó su labor de orquestar unas campañas de publicidad millonarias para atraer la atención de los miembros de la Academia por sus películas. Ahora la suerte está echada. Las gradas ya están dispuestas, la alfombra roja ha comenzado a desplegar un camino que a muchos de los candidatos les parecerá un paseo entre nubes y las azaleas que perfumarán este recorrido ya están en su lugar. Tan sólo falta la presencia de los aficionados (que este año no pudieron hacer guardia desde varias horas antes, dados los grandes carteles que prohibían toda presencia no autorizada cerca de las puertas), las estrellas y esas estatuillas anheladas para que dé comienzo lo que ya en grandes letras anuncia la gran bandera roja, colgada del edificio donde se puede leer �72 edición de los premios de la Academia�, más conocidos como los Oscar.
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Luego de la ceremonia, la Academia tiene preparada la cena de gala
más fastuosa de Hollywood, el �Governors Ball�, en el inmenso
Hall de Exposiciones del Auditorio Shrine. Los 1650 invitados �ganadores,
nominados, presentadores, ejecutivos� estarán bien atendidos: entre
los insumos figuran 20 kilos de caviar, 13 kilos de trufas, 5400
platos, 6000 copas y 960 botellas de vino y 50 kilos de café. El
servicio y la seguridad estarán a cargo de mil personas.