Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


El Coti es muy malo, pero tiene
una oficina linda, linda, linda

El Centro de Informaciones del comité de campaña de la Alianza funciona en una oficina de Enrique Nosiglia. Las relaciones.


Por José Natanson

t.gif (862 bytes) Fue uno de los radicales más criticados por el Frepaso. Carlos �Chacho� Alvarez habló pestes de él, lo acusó de hacer �negociados políticos� y se ganó una querella por calumnias e injurias. Se lo acusó de antialiancista, de conspirar contra la candidatura a jefe de Gobierno porteño del Frepaso y de operar para que el lugar fuera ocupado por un radical. Los cortocircuitos del pasado, sin embargo, parecen haber quedado atrás: el novedoso Centro de Informaciones que Aníbal Ibarra lanzó el lunes pasado funciona en San José 83, una oficina cedida al comité de campaña por el mismo dirigente que hasta hace poco tiempo generaba sólo críticas en el Frepaso: Enrique �Coti� Nosiglia.
Un par de meses atrás los operadores de Ibarra buscaban un lugar cómodo y céntrico para instalar el comando de campaña. En ese momento, Nosiglia ofreció sus oficinas de San José 83. Como el ex ministro aún mantiene un relación distante con Ibarra, la sugerencia no fue realizada directamente sino a través de Abel Fatala, secretario de Obras Públicas de la ciudad y uno de los principales dirigentes del Frepaso porteño.
Luego de discutirlo, los estrategas de Ibarra decidieron declinar la oferta e instalaron el comité de campaña en un moderno y luminoso edificio de Rivadavia al 600. La explicación sobre el rechazo, en ese momento, fue sencilla: �consideraciones políticas�. Esta decisión no impidió que poco después, cuando nació el proyecto del centro de informaciones, los operadores del Frepaso pensaran en las oficinas de Nosiglia. 
Este diario se comunicó con uno de los integrantes del equipo de campaña, quien explicó que la oficina fue cedida gratuitamente por el ex ministro del Interior y que �el Frepaso no podía hacer diferencias con las distintas líneas internas de la UCR�. 
El edificio en cuestión está ubicado en San José 83, a cuatro cuadras del Congreso. Tiene dos antesalas, dos oficinas grandes, una más chica y una cocinita al fondo. Allí funciona el Centro de Informaciones de la Alianza. Unos veinte militantes atienden diariamente las llamadas al número gratuito e informan sobre los planes de gobierno. Todos los días un candidato explica telefónicamente los planes de la Alianza y allí se actualiza diariamente la página de internet. El lunes pasado, el mismísimo Ibarra se acercó al lugar para presentar el nuevo proyecto.
Ibarra y Chacho Alvarez conservan una visión crítica de Nosiglia, que, sin embargo, no impidió el acercamiento político que se produjo a fines del año pasado, luego de una larga serie de ataques y críticas cruzadas. El ex ministro de Raúl Alfonsín se opuso en un principio a la conformación de la Alianza. Movedizo y esquivo, Nosiglia operó en las sombras contra el acuerdo radical-frepasista que, cuando ya era un hecho, aceptó sólo como un dato transitorio, apostando a que más tarde se desarmaría en favor de lo que siempre consideró como el estado natural de las cosas en la política argentina: una relación de equilibrio entre la UCR y el PJ.
Esta visión, sumada a la imagen de monje negro que cosechó durante su paso por el Ejecutivo, generó una distancia natural con el Frepaso. A principios del �98, poco después de que se conformara la Alianza, Chacho Alvarez lo involucró en �negociados políticos� y lo señaló como el ideólogo de un pacto entre Fernando de la Rúa y Carlos Menem, a lo que Nosiglia respondió con una querella por calumnias e injurias. 
Las rispideces continuaron. El año pasado, junto a su aliado interno Melchor Posse, Nosiglia comenzó a trabajar para sumar dirigentes y punteros del peronismo de la provincia de Buenos Aires, una política que se desarrollaba en paralelo a la campaña bonaerense y que no contaba con la aprobación del Frepaso. La famosa reunión entre Posse y el ex duhaldista Julio Carpinetti, el episodio más notorio de esta estrategia, se realizó justamente en las oficinas de San José. 
El último capítulo del distanciamiento se produjo a mediados del año pasado, antes de la interna del Frepaso por la candidatura a jefe de Gobierno porteño: Aníbal Ibarra acusó a �pícaros del radicalismo� que -según dijo� se movían para complicar su postulación en favor de su rival, el socialista Dante Caputo, y señaló a Nosiglia como el responsable directo de las maniobras. 
La relación comenzó a recomponerse luego del triunfo de la Alianza en las elecciones del 24 de octubre. El Frepaso le reconoció a Nosiglia sus esfuerzos durante la campaña presidencial y el ex ministro despejó cualquier duda sobre sus intenciones de complicar la candidatura de Ibarra para los comicios del 7 de mayo. El año pasado, Página/12 reveló una reunión secreta entre el ex funcionario alfonsinista y Chacho Alvarez, en la que el radical se comprometió a desactivar la querella judicial. 
Nosiglia es amigo de algunos funcionarios importantes �como Fernando de Santibañes y Carlos Becerra�, conserva importantes contactos en el sindicalismo y el PJ y, lo más importante de todo, es el único radical al que De la Rúa y Alfonsín escuchan con la misma atención. Hoy, el aporte de Nosiglia no se limita a las cuestiones edilicias: el ex funcionario es uno de los radicales que trabaja más activamente por la candidatura de Ibarra, al que en la intimidad suele referirse como �el pibe�.

 

PRINCIPAL