Por Facundo Martínez
Boca
corre serio riesgo de perder al juvenil Adrián Guillermo, hasta 1998 una
de las promesas más firmes surgidas de sus divisiones inferiores. Todo
comenzó con un tire y afloje en relación con la firma del primer
contrato del jugador. Ahora Boca puede quedarse sin él pero no por uso o
abuso de la patria potestad �como en el caso de Fabrizio Coloccini, que
se fue al Milan� sino por una compleja operación que incluye desde
papeles robados hasta firmas apócrifas, según quién cuente la historia.
Tras casi un año y medio de inactividad, debido a una sucesión de
lesiones, Boca decidió enviarlo al Badajoz, donde actualmente juegan
varios juveniles del club, para que el delantero se pusiera en forma, ya
que Bianchi lo había descartado para esta temporada. Cuando el entrenador
anunció que no lo tendría en cuenta esta temporada, el chico y su
representante Carlos Aloisio comenzaron una batalla contra los dirigentes,
responsabilizándolos de la decisión de Bianchi, al suponer que la
determinación se debía a que el juvenil no aceptaba las condiciones del
primer contrato como profesional. Boca les ofrece a todos los juveniles un
contrato por cinco años, de aumentos progresivos (un sueldo de 1500 pesos
mensuales y una prima de 30.000 pesos anuales por el primer año, 3500 y
60.000 pesos por el segundo, 5700 y 60.000 pesos por el tercero, y así
sucesivamente), que Guillermo no estuvo dispuesto a firmar. Las
manifestaciones del jugador al respecto obligaron a Bianchi a aclarar que
su decisión era exclusivamente futbolística.
Un descuido de Boca �no envió a ningún representante del club al
Badajoz cuando, según dicen en el club, se firmó el convenio del
préstamo- convirtió a esa situación rutinaria en una compleja disputa.
En Boca aseguran que el jugador les pertenece y que el 1º de julio,
cuando termine el préstamo, debe regresar al club. Pero Aloisio afirma
que Guillermo pertenece al club de la segunda división española hasta
que caduque el préstamo.
�Adrián Guillermo firmó todo lo que tenía que firmar y todos los
convenios son perfectamente válidos. Pero Carlos Aloisio en vez de traer
los documentos a Boca los retuvo. Boca le acaba de enviar una carta
documento diciéndole que los devuelva. De todo esto hay testigos, porque
se firmó en Badajoz, y lógicamente esto va a terminar en la Justicia�,
le dijo a Página/12 Gregorio Zidar, vicepresidente segundo del club y
presidente del departamento de fútbol juvenil.
Por su parte, el empresario Aloisio le manifestó a Página/12: �El
jugador hoy tiene sólo un contrato profesional con el Badajoz. No firmó
ningún contrato en Boca, ni ningún convenio de transferencia a
préstamo, como figura en la AFA. Y los padres están preocupados porque
apareció una firma del chico en un convenio de transferencia y le piden a
la FIFA que les presenten los originales. Lo que apareció fue un fax en
el que la firma del chico no es suya. Los originales los tiene Boca. El
chico dice que la firma no es de él y que no firmó absolutamente nada�.
Zidar contestó: �Boca no falsifica firmas. La cosa es simple: el señor
Aloisio (por Settimio) y su sobrino (Carlos Aloisio) son dos empresarios
en absoluta decadencia que para resolver el problema de este chico, que ya
tiene conflictos desde hace un año y medio, encontraron esta forma de
firmar un contrato cuando se fue a préstamo. Pero la gente del Badajoz
nos envió una carta diciendo que toda la documentación fue firmada
allí, delante del secretario técnico del club. El problema de Boca es
haber confiado en Aloisio. Si hubiésemos mandado los papeles por DHL
(sic) no habría ningún problema�. Para recuperar al juvenil, Boca no
va a esperar a que se venza el préstamo, además de la carta documento
que se le envió al empresario, el club tiene pensado denunciar a Aloisio
penalmente. �Puede pasar cualquier cosa, pero la posición de Boca es
muy firme, porque tiene muchos elementos de juicio a su favor. Esto es una
estafa. Esto es undelito porque Aloisio ha retenido indebidamente
documentación del club�, aseguró el dirigente.
Según su representante, el delantero quedaría libre en julio y podría
jugar en cualquier club, y en caso de que Boca lo quiera estaría en las
mismas condiciones que cualquier otra institución. �La situación de
Guillermo es así: él era un jugador inscripto en Boca, sin contrato, y a
partir de enero del 2000 se convirtió en jugador profesional en Europa. Y
eso significa que cuando venza el contrato con el Badajoz queda como
cualquier jugador libre, y en condiciones de jugar en cualquier otro club.
Encima, los padres de Adrián están que arden porque hay un papel con
firmas apócrifas. Y hasta se podrían iniciar acciones legales. Depende
de cómo reaccione Boca. Esto ya está en manos de los abogados.�
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