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Por Maximiliano Montenegro El Ministerio de Trabajo anunciará en los próximos días un plan de empleo para socorrer a los grupos sociales considerados el �núcleo duro� de la desocupación porque, por edad y calificaciones, están condenados a la exclusión en un mercado laboral cada vez más selectivo. Se trata de los 420 mil jefes de hogar mayores de 40 años sin trabajo, de quienes dependen para su subsistencia 1,6 millón de personas; jefes o jefas de familia numerosa; y de los jóvenes menores de 25 años, con experiencia laboral, que están hace más de 6 meses desocupados. La situación de estos marginados del modelo, en especial de los jefes de hogar en edad madura, es tan crítica que en muchos casos pueden pasar de ocho meses a dos años buscando trabajo sin hallarlo. El plan de Trabajo otorgará un subsidio de 100 pesos a las empresas, para que contraten a estos desempleados y los reentrenen en el mismo puesto de trabajo. El Programa de Emergencia Laboral, ya en marcha, también priorizará la calificación en empleos productivos. El 70 por ciento de los jefes de hogar desocupados tiene más de 40 años. Son 420 mil cabezas de familia de las que dependen, en promedio, otros cuatro individuos. Casi la mitad de estos jefes de familia sufre de desempleo crónico, debido a que la edad y la obsolescencia de calificación y experiencia adquiridas son una desventaja a los ojos de potenciales empleadores, quienes prefieren elegir entre una larga lista de jóvenes con mayor nivel educativo. Para comprobarlo, basta considerar la edad promedio en tres de los sectores de mayor expansión en la última década: en la mayoría de las compañías de servicios públicos privatizados no supera los 35 años, mientras que en los supermercados se ubica en los 30 años, y en los restaurantes de comida rápida no llega a 25 años. Así, como se informó en el suplemento Cash el domingo pasado, estos desocupados deben caminar con los clasificados bajo el brazo entre ocho meses y dos años hasta encontrar un salario o un ingreso relativamente estable. Su nivel educativo general es menor que para el promedio de los desocupados. Y su situación es tan desesperante que uno de cada tres declara que, actualmente, se presenta en pocos lugares donde ofrecen empleo por la �falta de dinero para viajar� (ver aparte). En la Secretaría de Empleo, que conduce Horacio Viqueira, estiman que para estos desempleados el plan Trabajar tradicional, que ofrece un subsidio directo a cambio de realizar tareas comunitarias, no hace más que perpetuar la exclusión. Porque acentúa la descalificación de personas que, en teoría, aún tienen por delante una �vida laboral� de 25 años. Por eso, el nuevo Programa de Emergencia Laboral (PEL), que cuenta con un presupuesto de 65 millones de pesos, contará con �un fuerte componente de capacitación con cursos del ministerio en el propio lugar de trabajo o en algún otro lugar cercano�, según explicó Viqueira a este diario. Privilegiará a jefes o jefas de hogar. Y en el futuro la idea sería �hacer el diagnóstico de la demanda de empleo de la zona y, entonces, brindar una calificación específica�. El otro plan, que será anunciado en los próximos días, es el denominado �Incentivo al empleo privado�. También enfatiza el �reentrenamiento� laboral, de modo tal de adecuar la formación de la mano de obra desocupada a los requerimientos empresarios. Sus principales características son las siguientes: Estará orientado a jefes de hogar mayores de 40 años; jefes o jefas de familias numerosas; y menores de 25 años con más de seis meses de desocupados. Se otorgará un subsidio mensual de 100 pesos por cada empleado adicional que contraten los empresarios pyme del sector manufacturero, en establecimientos de menos de 50 personas. Los nuevos trabajadores recibirán, además, cursos de capacitación del Ministerio de Trabajo. A cambio, la empresa deberá pagarle un salario de entre 350 y 900 pesos. * El presupuesto total del programa es de sólo 12 millones de pesos, que aportará Trabajo. Pero se complementará con una cifra similar de la Secretaría Pymes, a cargo de Guillermo Rozenwurcel.
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