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Por Martín Pérez ![]() Instalado en Buenos Aires desde la semana pasada, Salcedo confiesa haber visto con algo de nerviosismo la entrega de los premios en la madrugada del lunes. �Ya sé que era un premio ![]() �¿Cómo fue que conoció a Almodóvar? �Conocí a Pedro cuando me llamó para Pepi, Lucy, Bom..., una película que se fue rodando a salto de mata, cada vez que conseguían dinero para el negativo. Como en aquel momento estaba muy ocupado, le respondí que no podría hacerlo, y al año me volvió a llamar, explicándome que aún no habían comenzado con el montaje. Y como Pedro es un seductor al que es difícil decirle que no, terminé aceptando. A partir de allí hice todos sus films... �¿En algún momento se arrepintió de haber aceptado? �Cuando vi el material en bruto de aquel primer film, la verdad que tuve ganas de salir corriendo (se ríe). Era algo nuevo, es cierto, pero como material era absolutamente un desastre, sin continuidad y mal encuadrado. Pero Pedro me dejó las manos libres, y finalmente nos entendimos mucho. Y todo funcionó porque en el fondo él es un genio, un natural. Y porque a mí me gusta mucho el cine, y lo suyo era un cine totalmente fresco. �¿Cual fue el film más difícil de editar, después de aquel debut? �Laberinto de pasiones. Su montaje fue como la película, una especie de laberinto. Sólo era posible hacerlo llegando a la conclusión de que no existía un diálogo de montaje cinematográfico sino el mejor trozo de plano de cada momento para montar un laberinto. Pero hasta que llegué a esa conclusión, costó un poco... �¿Cómo sintieron los que trabajan con él esa transformación del Pedro de la Movida al Pedro de España? �Yo creo que Pedro siempre representó a España, desde el primer momento. Todos nos mirábamos en su estilo y su desenfado. Especialmente cuando estaba al frente de esa auténtica alternativa artística que fue la Movida, cuyos integrantes no eran ni hippies, ni drogadictos, ni artistas ni nada. Más bien todo al mismo tiempo y cada uno haciendo lo que quisiera. Lo que hay que reconocer es que el cine de Pedro desde el comienzo mantuvo esa búsqueda continua de nuevas sensaciones para sus historias. Ahora tal vez bajó un poco, es verdad, pero hay que reconocer que no se puede estar todo el tiempo en alza. Kika, por ejemplo, creo que fue un frenazo. Pero se recuperó rápido: ya en La flor de mi secreto volvió a aparecer el mejor Pedro... �A partir de ese film, el cine de Almodóvar pasó a ser un cine clásico... �Así fue. Pero es que Pedro comenzó a aprender desde su primer film. Como sabe escuchar y es muy listo, con el tiempo pasó de hacer encuadres ilógicos a convertirse en un gran creador de planos cinematográficos, que con el tiempo incluso tal vez pasen a la historia. Como ese plano desde el suelo en Mujeres al borde de un ataque de nervios, con las gafas en primer término y todo lo demás fuera de foco. A partir de ese film todos han tenido sus escenas memorables, incluso Kika. Ahora bien, si me preguntas cuál de los dos Pedros prefiero, si el actual o el anterior, yo me quedo con el anterior. Pero porque prefiero al Pedro humano que al genio del cine, y la verdad que yo me divertí mucho más con él en la primera época que en esta última... �¿Para usted cuál es el quiebre? �Mujeres..., sin duda. Recuerdo que en aquella época me hicieron una entrevista para los premios Goya, en la que yo dije que Pedro aún no había hecho su obra maestra. Y todavía sigo pensando eso. Todo sobre mi madre es una buena película, con muy buenos sentimientos y muy bien hecha, con todos los ingredientes para merecerse todos los premios. Pero no es su obra maestra. Todavía le queda por hacerla, y tal vez haga varias, quiénsabe. Pero en el caso de Pedro estoy seguro de que lo mejor todavía está por venir.
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