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Por qué quedó en off-side
el decreto para la TV

El Gobierno se exponía a un desprestigio sin tener la seguridad de que los canales abiertos estuvieran en condiciones de comprar los derechos. Existían además derivaciones extraterritoriales.

Los jugadores de la Selección, esta noche por cable o en diferido.
Para el 2006, acaso haya una ley como la del Parlamento Europeo.


Por P. V.

t.gif (862 bytes) El gobierno De la Rúa no utilizó la vía del decreto para forzar a que el partido de esta noche se vea en directo por un canal de aire no sólo porque juzgó impropia la maniobra, sino porque sabía que ni siquiera un decreto podía desmadejar la intrincada cobertura legal que protege a los dueños de los derechos, exponiéndose a un cierto desprestigio sin la seguridad de lograr el cometido: que todo el país pudiera ver el partido en directo.
En 1994, la administración Menem obligó a los dueños de los derechos a comercializarlos a valores de mercado, dándole prioridad a la TV abierta, mediante el decreto 304/94, derogado en 1996 porque el Congreso no legisló la materia. Esa obligación de comercializar no puede aplicarse al caso actual, en el que la AFA vendió los derechos al consorcio TyT (Traffic y Torneos) en 15 millones de dólares, y éste lo revendió a Cablevisión y Multicanal en 40 millones. Darío Lopérfido, secretario de Comunicación, reconoció ayer a este diario que el canal oficial, ATC, no podría participar en una puja de derechos por esos valores. Eso fue lo que pasó con los derechos de TV del Preolímpico de Londrina, que ningún canal compró a causa de su elevado valor, 2.500.000 dólares.
Pero el problema no lo sufrieron solamente los canales abiertos. Algunos cables de ciudades del interior, que compiten con Cablevisión y Multicanal, intentaron conseguir esos derechos, acudiendo a la AFA. Allí, de acuerdo con algunas denuncias realizadas ante la Comisión de Defensa de la Competencia, eran derivadas a TyC, y de allí a una empresa llamada Enequis SA, que negaba ser titular de esos derechos. La pista que siguió el Gobierno llegó a Dayco Holdings Ltd, con domicilio en Libertador al 4900, que había distribuido una carta de intención entre los cables que no competían con Cablevisión y Multicanal, pero que se negaba a ofrecer los derechos a los competidores.
Esa carta de intención mencionaba como tribunal de litigio los de Miami, Florida. De esta manera, un decreto del Gobierno bien podría haber terminado en vía muerta �la obligación de comercializar habría chocado contra una barrera económica prohibitiva�, o sometido la cuestión a un litigio en territorio norteamericano.
La idea que germina en la administración nacional es impulsar una legislación como la adoptada por el Parlamento Europeo en junio de 1997, conocida como �Televisión sin Fronteras�, cuyo artículo 3 bis reza: �Cada Estado miembro podrá adoptar medidas, de conformidad con el derecho comunitario, para asegurar que los organismos de radiodifusión televisiva sometidos a su jurisdicción no retransmitan de manera exclusiva acontecimientos que dicho Estado miembro considere de gran importancia para la sociedad (...). El Estado miembro determinará también si los acontecimientos deben ser transmitidos total o parcialmente en directo o en caso necesario y apropiado, por razones de interés público, total o parcialmente en diferido�. Una legislación parecida podría proteger a los hinchas televidentes en las eliminatorias del Mundial 2006.
Estos entuertos no son exclusivos de la Argentina. En Bolivia sucede lo mismo: PSN, dueña de los derechos, se los vendió a los cables Supercanal y Multivisión. Como en ese país el cable no está tan difundido, sólo uno de cada cien bolivianos podrá ver a su selección. En Uruguay, los montevideanos podrán ver el partido Uruguay-Bolivia si se venden más de 50 mil entradas en el Centenario o si el gobierno decreta la transmisión �de interés público�, indemnizando a PSN.
En Perú, los derechos de transmisión de los nueve partidos en Lima los compró Telefónica, a través de su sistema Cable Mágico, en 10.800.000 dólares a la Federación Peruana de Fútbol mediante un acuerdo directo tras no prosperar las licitaciones abiertas. Posteriormente, Telefónica logró acuerdos bilaterales con los canales 4 (América Televisión), 5 (Panamericana TV) y 7 (la empresa del Estado) �los tres de señal abierta-, en virtud de una obligación en el contrato firmado con la FPF.

 

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