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Silvina, ese escalofrío que recorre la facultad

Los compañeros de Silvina Vásquez en Ciencias Económicas no lo pueden creer. Cuentan cómo era la chica ��re-linda y estudiosa�� que asesinó a su padre de cien puñaladas.

La casa donde el lunes las dos chicas mataron a cuchilladas al padre.
Cuando Silvina no fue a la facultad sus compañeros se preocuparon.


Por Alejandra Dandan

t.gif (862 bytes) El chico recuerda ahora la broma que le hizo a su compañera. Ella le contestó:
�Mirá que te puedo hacer un daño.
�Ahora sé que si encuentro el auto en llanta, fuiste vos.
�Te puedo hacer más que eso.
El diálogo fue entre un alumno de Ciencias Económicas y Silvina Vásquez. Los dos cursaban una materia en la sede de La Paternal de Ciencias Económicas. Ayer el aula 25 era un revuelo. La mayoría conocía por los medios la historia de las hermanas que asesinaron a su padre de cien puñaladas. Unos pocos sabían que tres veces por semana, la hermanita menor se sentaba con ellos, ahí en la primera fila de Gestión y Costos.
Es tarde, pero la clase no puede empezar. Desde un banco alguien cuenta que fue amiga de Silvina, la chica que además de ir a clases en la UBA, según sus compañeros estudiaba Teología, en la UCA. Por eso les dijo que había dejado Introducción al Derecho Privado. Debía cursar los martes y jueves en un horario que, en la última semana, se le superponía con esos cursos de Teología que tomaba.
Silvina llegaba hasta La Paternal antes de las siete de la tarde. Subía las escaleras y se sentaba en la primera fila, al lado de esas dos chicas que ahora prefieren dejar el aula y seguir hablando con Página/12 en un pasillo. Con ellas Silvina había pensado pasar la tarde del sábado. Tenían que ejercitar macroeconomía. Pero nunca llegó. La llamaron el viernes, no supieron nada. También marcaron el número de la casa de los Vásquez el sábado a la tarde. Respondió el contestador: �Eh, Silvina �le dijeron� no sabemos nada de vos�. Ese mensaje quedó en la grabadora de la casa; allí quedó además el cuaderno de una de sus amigas. 
Una de ellas el sábado rendía un parcial. Silvina le recomendó: �Prendele una vela a la Virgen�. Nadie le preguntaba el porqué de esas recomendaciones. Sabían que era religiosa. A clases llegaba de musculosa, con un rosario al cuello y �bastante sexy� a juicio de sus compañeros. No tenía tatuajes, dicen los chicos, �si no se los hubiésemos visto�. La hermana menor era apreciada en la facultad, sobre todo por su habilidad con las materias. Sabían que estudiar no era inconveniente. �Siempre me decía: vos sabés cual es mi problema�. Para la compañera que esto cuenta el gran problema de la chica que ahora está internada en el Moyano era la mamá muerta. Explican que ese tema la trastornaba: �Se le cambiaba la cara�. 
Son las nueve pasadas y un grupo de cinco sale del aula. Van hasta la puerta, alborotándose. Repitiendo la historia. Llegan a la entrada, oscura. Sobre una rotonda. �Acá la esperaba el papá a Silvina �dice una-, venía en un Gol gris. Por eso miro, estoy asustada.� Fueron seis, cuentan, las veces que Juan Carlos fue a buscar a su hija. Ella lo esperaba, él siempre llegaba con Gabriela, la hermana mayor. A Silvina esa compañía fraterna no le apetecía demasiado. Sus amigos la oyeron comentarlo: �No puede ser que venga siempre mi hermana, no hace nada. Tiene 29 y todavía está en el CBC�, dijo. Muchas veces hablaba del padre, queriéndolo. Les decía: �Sabés todo lo que hizo por mí�. El ritual repetido, alguna vez falló. Uno noche, papá Juan Carlos no la pasó a buscar en horario. Sus amigos la acompañaron un rato después se fueron, pero ella prefirió esperar. 
Nadie habla de salidas en grupo con ella. Si había programa de fiestas en la agenda de Silvina, las hacía con gente del secundario. Repetía temas de Ricky Martin y Luis Miguel en ratos libres. Hubo alguna vez una invitación a un cine hacia una de sus compañeras. �Le dije que no �dice ahora�, menos mal.� Esa sensación de miedo, ese susto se respira entre sus comentarios. La apreciaban, es cierto, pero piensan sobre todo en lo que ha pasado en esa casa de Saaveedra donde ese señor al que saludaban cada noche, quedó tirado con el cuerpo cubierto de tajos. Silvina quería estar de novia. Lo dicen ellos, entre murmullos. Y se preguntan mientras tanto, por qué no lo hacía. �Era re linda�, dice una. Ella dice también que todos, en la sede, se daban vuelta cuando pasaba y si quería �podía tener al que quería�. Pero no. 
El lunes no la vieron en el aula. Se preocuparon, hacía tres días que no sabían nada. �Pensábamos que había sido algo del papá: porque tenía problemas de presión.� De hecho algo de eso había ocurrido.

 

Aún no pueden declarar

Los investigadores esperan que Silvina Liliana Vásquez y su hermana Gabriela �se recuperen� para tomar las declaraciones indagatorias. Las chicas acusadas de parricidio están internadas en dos habitaciones contiguas del Hospital Psiquiátrico Moyano. La Justicia, en tanto, intenta establecer la vinculación entre el dueño de la casa de esoterismo Trasmutar y la menor de las hermanas. Aún sospechan que el homicidio pudo haber sido inducido. 
Fuentes de la investigación que lleva adelante el fiscal Luis María Campagnoli, aseguraron que el dueño de Trasmutar, Sergio Etcheverry está en Brasil o Estados Unidos. Dijeron también que si �las hermanas lo mencionan en su declaración y él no acude a la cita del juzgado, podría librarse en su contra una orden de captura internacional�. La llegada al país del dueño del Centro Alquímico de Buenos Aires Trasmutar, se considera un punto clave para continuar con la investigación. Según una fuente �puede haber algún tipo de vinculación� entre Etcheverry y las chicas. Por esto quieren saber �qué influencia tuvo�.
En el hospital, se informó que las chicas sufren �un grave cuadro de enfermedad mental�. Son un peligro, dijeron los especialistas, para ellas mismas y para terceros. También ayer, uno de los hermanos del padre, Pascual Vásquez dijo que �nunca Juan Carlos dio señales de fanatismo religioso�. Para intentar separarlo de la supuesta secta de la que participaban, el hombre repitió que su hermano rechazaba el tema cada vez que salía en los medios.

 

UN SECRETARIO Y DOS ABOGADOS PRESOS
La banda arreglacausas

El secretario de un juzgado penal de Lomas de Zamora, dos abogados y una cuarta persona fueron detenidos ayer por la policía bajo la acusación de integrar una banda dedicada a extorsionar a familiares de detenidos. Los funcionarios fueron filmados con una cámara oculta mientras pedían coimas para favorecer la situación procesal de ciertos presos.
Alrededor de las dos de la tarde, la policía concretó operativos sincronizados en el café Las Palmas, de Lanús, en un estudio jurídico de la misma localidad y en los Tribunales lomenses. El resultado de los procedimientos fue la detención de Gustavo Javier Sanles, secretario del juez en lo penal Guillermo Roberts, la de los abogados José Luis Prestera y José Luis España y la de Carlos Tomeo.
Todo comenzó en setiembre de 1999, cuando se sospechó de la existencia de una red de funcionarios vinculados con la Justicia que se dedicaba a cambiar carátulas de causas penales a cambio de dinero. En principio, los investigadores pusieron la mira sobre Sanles, quien presuntamente tenía la capacidad de poder modificar responsabilidades penales en los expedientes. Quienes supuestamente lo acompañaban en la tarea eran los dos abogados, que funcionaban como los negociadores con los imputados y sus familiares. Tomeo, en tanto, fue sindicado como �un vendedor de influencias�, que aparentemente atraía a los �clientes�.
La actividad del grupo fue filmada por cámaras ocultas, cuyas filmaciones fueron presentadas como prueba para hacer la denuncia ante el juez de Garantías de Lomas de Zamora, Eduardo Tubio. Las cámaras ocultas, que serán transmitidas a partir del lunes por Azul Noticias, involucrarían a otras personas, por lo que fuentes cercanas a la investigación adelantaron que hoy podría haber nuevas detenciones.
Los policías que realizaron el operativo fueron supervisados por la Unidad Funcional Nº 2. El secretario Sanles quedó alojado en la Comisaría 1ª de Lanús.

 

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