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Por R. K. y L. V. �Dicen que usted es un duro entre los duros. ¿Es cierto? Al otro lado de la línea, el comisario general retirado Ramón Orestes Verón toma aire. Su dureza es tan legendaria como la obsesión por el bajo perfil. El Negro, como le dicen, no da entrevistas. Al final, acepta contestar, apenas dos horas después de asumir como ministro de Seguridad. �¿Si soy duro? Bueno, la verdad es que nunca les saqué el cuerpo a las misiones difíciles. �Pero dicen que usted es el policía que más se tiroteó con supuestos delincuentes y el que tiene registradas más muertes en enfrentamientos. �Le repito. Yo me ofrecía para las misiones difíciles. Me dediqué por completo, durante 35 años, a la policía. Esa es la única explicación. �¿Para usted es lo mismo ser policía que ministro de Seguridad? �No, en estas dos horas que tengo desde que asumí ya me di cuenta de que no es lo mismo. Por ejemplo, ser policía es estar en operaciones contra la delincuencia y como ministro ya veo que tengo que ocuparme de mucho trabajo administrativo, muchos empleados y, fundamentalmente, orientar la política de seguridad. �Me imagino que me dirá que las bases de la política de seguridad ya fueron dictadas por el gobernador Ruckauf. �Efectivamente. Vamos a seguir esa política, que ya ha sido claramente anunciada. �¿Y cuáles son sus prioridades? �Lo más urgente es lograr un estado de seguridad aceptable. Esa es la gran batalla. Por eso me tengo que poner a trabajar ya mismo. Discúlpeme. �¿También va a ser duro con la corrupción policial? �Mire, en la fuerza ya me conocen. Yo, además, le digo que la lucha contra la corrupción empieza dando el ejemplo de arriba hacia abajo. Y yo doy el ejemplo todos los días. �Se dice que durante la dictadura usted actuó en un campo clandestino de detención. El campo conocido como Cot1 Martínez. �Es mentira. Jamás presté servicio allí. Todos saben que yo integré un grupo antisecuestros que se dedicó a investigar casos de secuestros extorsivos a empresarios. Ese fue mi trabajo. No hice ninguna otra cosa. �El juez Galeano suele hablar bien de su actuación en el caso AMIA. ¿Usted cómo lo vivió? �Es una investigación muy compleja. Yo trabajé básicamente en una pista, en una posibilidad. Pero después me sacaron. �La Comisión Bicameral de Seguimiento de la investigación de los Atentados quedó muy disconforme porque usted casi no quiso contestar las preguntas que le formularon. �Algunos medios dijeron eso. No creo que haya sido así. El presidente de esa comisión, Carlos Soria, quedó conforme. �¿Usted fue socio del comisario retirado Mario Naldi en una empresa? �Sí, es cierto. Fue por muy poco tiempo. Era una empresa legal que, entre otras cosas, se dedicaba a recuperar efectos para las compañías de seguros. Pero mi paso por esa empresa fue breve. Me retiré porque entré a trabajar al Banco Hipotecario Nacional, adonde estuve hasta hace poco. Hasta antes de volver a la función pública. �¿Va a opinar sobre su antecesor, Aldo Rico? �Es un hombre que llegó con buenas intenciones hacia la policía. Pero no quiero opinar más. Juré en mi cargo hace dos horas y voy a dedicarme a mi trabajo ya mismo. Discúlpeme. Eso fue todo. Ramón Orestes Verón. Ya se sabe, un duro.
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