|
En el caso de Eduardo Fermín Eliçabe, autor del doble crimen de las mochileras, se puede decir con propiedad que cayó sobre él todo el peso de la ley: anoche lo condenaron a prisión perpetua más la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, la pena máxima que contempla el Código Penal. Y, por si fuera poco, recibió como castigo la inhabilitación absoluta, que incluye la quita de la patria potestad de sus dos hijos. La sentencia, dispuesta por la Cámara de Apelaciones y Garantías de Bahía Blanca, fue leída ante una sala repleta y adversa al condenado Eliçabe. Cuando se retiraba, lo siguió un coro de insultos: �Asesino�, �hijo de puta�, �te vas a pudrir en la cárcel�, gritaron los familiares y amigos de las víctimas, María Dolores Sánchez e Irina Montoya. �Eliçabe es un diablo disfrazado de ángel, es un perverso y es el único culpable de la muerte de las chicas�, afirmó convencido Ramón Montoya, el papá de Irina, antes de que se leyera el fallo de los jueces Jorge Alcolea, Jorge Conget y Guillermo Giambelluca. Los familiares de las dos jóvenes asesinadas fueron acompañados por los padres del fotógrafo José Luis Cabezas. Montoya, junto a Norma y José Cabezas, visitaron por la tarde el hospital donde está internado el abogado Alejandro Vecchi, quien representó a las dos familias. El lunes, Vecchi tuvo un serio accidente de tránsito en Coronel Dorrego. Los jueces encontraron culpable a Eliçabe de �violación, homicidio doblemente calificado reiterado y tenencia de munición de guerra�. Los camaristas expresaron su �convicción sincera� de que María Dolores Sánchez, de 18 años, fue �accedida carnalmente contra su voluntad� por el condenado, rechazando así la versión de Eliçabe, quien relató en el juicio oral que había tenido un fugaz romance con la víctima. El tribunal sostuvo que los crímenes �fueron cometidos con la voluntad de ocultar la violación�. Los sucesos ocurrieron el 18 de febrero de 1998 y al fundamentar los jueces la existencia de una violación, resaltaron: �La forma anormal en que se encontraban las ropas (de María Dolores Sánchez), anomalía que no resulta compatible con una relación placentera� como la que mencionó el acusado. Al justificar el agravante por alevosía, los miembros del tribunal resaltaron el �aprovechamiento de la situación de desvalidas de las jóvenes, que estaban desarmadas, en una noche lluviosa y en un lugar desolado, y que subieron al auto de un custodio convencidas de que eso les daba seguridad�. Los chicas subieron al Fiat Duna rural de Eliçabe en la estación de servicio de Guaminí, a 40 kilómetros de Bahía Blanca. Sánchez apareció muerta con un disparo en la espalda y otro en la cabeza. Montoya recibió un balazo en la nuca. El fiscal Emilio José Marra había solicitado la pena de reclusión perpetua, mientras que la defensa de Eliçabe, integrada por Eduardo Zalba, Claudia Fortunati y Graciela Cortázar, pidió la absolución por entender que eran nulas las pruebas reunidas contra su representado. Dijeron que el ex custodio había sido víctima de �una cama� y que eran otros los autores. El tribunal aplicó la pena máxima, que incluye la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, lo que determina que el condenado tendrá que cumplir cerca de 25 años de prisión efectiva antes de estar en condiciones de solicitar la libertad condicional. Eliçabe fue llevado a la Unidad 4 de Villa La Floresta, donde seguirá preso. Al salir, lo acompañaron los insultos del público que había quedado fuera de la sala.
|