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Por Florencia Grieco  Debe
haber sido difícil para el gobierno de Luis González Macchi superar el
fantasma de marzo. Un año atrás, el país se quedaba sin vice, sin
presidente, y sin caudillo populista, autoritario, capaz de poner al
pueblo detrás de cualquier candidatura que su dedo señalara. El primero
asesinado. Los otros dos acusados de hacerlo. El hueco fue tan grande que
el entonces presidente del Senado se convirtió en presidente de Paraguay
sin un solo voto que lo respaldara. Entonces, el apoyo popular era lo
único que podía compensar semejante déficit. Pero a lo largo de 12
meses consiguió que un 75 por ciento de la población desapruebe su
gestión. Y que justamente en marzo se empezara a hablar de un posible
golpe de Estado de parte de unas Fuerzas Armadas purgadas e incapaces de
responder corporativamente a nadie, incluyendo al comandante en jefe. Pero
por lo menos logró escapar a la nefasta herencia de marzo: ayer el
gobierno desmintió esos rumores, justo antes de que terminara el mes.�No existe ninguna posibilidad de golpe, pues el gobierno tiene el control absoluto de la situación�, retrucó el secretario general de la Presidencia, Jaime Bestard, preocupado por remarcar que �existe total tranquilidad� en las instituciones del Estado. Sin embargo, consciente de que los conflictos sociales y los reclamos económicos son imposibles de ocultar �y peor aún, casi imposibles de solucionar en el mediano plazo�, el funcionario reconoció que �esos conflictos son propios de una situación económica difícil�. Desde el jueves, el gobierno paraguayo enfrenta un paro por tiempo indeterminado del sindicato de la compañía estatal de teléfonos, mientras que el sector eléctrico amenaza con seguir sus pasos. La medida de la Administración Nacional de Telecomunicaciones (Antelco) estalló un día después de que los trabajadores del sector eléctrico y los gremios campesinos firmaran con González Macchi un acuerdo de aumento salarial y una reactivación del sector agrícola que puso fin a una huelga de 37 días. Por eso mismo, Bestard tuvo que reconocer que la calma no está tan asegurada como él mismo declara, ya que habría �algunas personas� dispuestas a aprovechar el primer aniversario del �marzo paraguayo� y sangriento para recrear �algún hecho de violencia�, �tal vez alguna muerte o algunos heridos que enciendan la mecha de una eventual inestabilidad o una situación social incontrolable. Pero eso no ocurrió�. Como era previsible, Bestard aseguró que esos grupos seguramente responden a Lino Oviedo, ex general, ex jefe del Ejército, ex casi presidente de Paraguay. �Oviedo ya no tiene fuerza política, pero sigue siendo peligroso como posible generador de violencia�, advirtió. El presidente del Congreso, Juan Carlos Galaverna, reforzó esa lectura al declarar que �no hay que olvidar que Oviedo implementó en el país un sistema de copamiento del sistema de rumores y trascendidos, que en gran medida sigue funcionando, y ante lo cual el Poder Ejecutivo no ha demostrado una eficaz capacidad de respuesta�. Inmediatamente, el hombre acusado de haber ordenado el crimen del ex vicepresidente colorado Luis María Argaña salió de las sombras en las que se oculta desde hace más de tres meses para clamar su inocencia. �Yo solamente estoy orientando en dar a conocer a los campesinos los artículos constitucionales y las leyes para el reclamo de sus derechos y para que las autoridades respondan a sus inquietudes�, se defendió Oviedo en declaraciones al programa televisivo �Buen día Uruguay�, del Canal 4 de Montevideo. �Lino Oviedo no tiene interés en ser presidente de la República. Ha arriesgado su vida para que exista una democracia en Paraguay y para que el pueblo elija a sus gobernantes�, disparó el colorado ético, y aseguró que �no estoy preparando un golpe de Estado, a pesar de que el actual gobierno es un gobierno de usurpadores que han violado la Constitución�. Violada o no, González Macchi tendrá que enfrentar en agosto las elecciones a vice, un puesto vacante desde el crimen de Argaña, que podría aumentar los costos políticos de estar en el gobierno sin haber sido elegido. Porque la Corte Suprema decidió habilitarlo para cumplir el mandato por el que fue elegido el ahijado político de Oviedo, Raúl Cubas Grau, asilado en Brasil por ser el supuesto cómplice en el magnicidio de Argaña. Pero en un país donde el último recambio presidencial fue a los tiros, no sería extraño que una decisión judicial fuera revocada de un plumazo por un golpe. O por un �abril paraguayo�.
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