Por Daniel Franco y Alejandra Dandan
La culpa puede ser de los brujos. Transmutar, la empresa publicitada como Centro Alquímico e investigada por instigación en el crimen de las hermanas Vásquez, construyó éxito y séquito apostando a famosos y a la producción de polvitos mágicos. Sus creadores fueron Sergio Etcheverry y Claudio Páleka, ahora divorciados por billetes. Páleka tiene un centro misionero en El Bolsón y Etcheverry fue instructor de las hermanas Vásquez en cursos del espíritu. En algún momento, entre sus ofertas existió hasta una alfombra vendida como recorte de cielo. Precio por metro, hasta 80 dólares. Página/12 entrevistó a ex adeptos de una organización que contó alguna vez entre sus simpatizantes a la candidata a jefa de Gobierno Irma Roy. Habrían participado además Graciela Alfano y la ex diputada por la UCeDé Adelina Dalesio de Viola. Aquí, la historia de Transmutar y de los hombres investigados por la Justicia.
Hace seis años Etcheverry tomó en comodato la sede de Transmutar de Córdoba al 1500. Hizo un primer contrato por tres meses que se fue extendiendo. Por esa época, su empresa religiosa estaba asociada a Claudio Antonio Páleka, el hombre que ahora en El Bolsón se presenta como obispo de la Iglesia Mariavita. Páleka sentó una misión en el �92 cerca en Mallín Ahogado. �Es un hombre muy carismático �asegura una persona que formó parte de la comunidad�, supuesto antropólogo egresado de la Universidad de La Plata que ejerció como psicólogo�.
Páleka no forma parte de los procesados en la causa que investiga el fiscal José María Campagnoli por el crimen de Juan Carlos Vásquez, padre de Silvina y Gabriela. Sin embargo, su nombre apareció cuando se conoció el vínculo comercial entre el dueño de Transmutar y los mariavistas. Claudio Franco, vocero de esa iglesia, aseguró ayer que �no hay relación con Transmutar, los folletos donde aparecen ambos nombres son viejos�. El hombre dijo además que las chicas Vásquez nunca pasaron por El Bolsón.
Con todo, un maleficio parece haber saboteado la relación PálekaEtcheverry. �Se conocieron cuando eran estudiantes de antropología -indica otra persona�. Etcheverry es un yuppie del espiritualismo y siempre fue la cara y el cerebro comercial de Transmutar. Páleka estaba allá y Etcheverry iba a buscar productos.� Carlos Benaglia es el abogado de Etcheverry. En diálogo con Página/12 presentó a su cliente como doctor en antropología y paleontología. Por detrás de su voz, sonaba un dulce coro de música sacra.
Irma Roy admitió en conversación con este diario que pasó por Transmutar. Concurrió a un seminario sobre ángeles dictado por Páleka en una casa de Floresta: �Era un hombre de buena formación, que nos instruyó sobre los cuatro tipo de ángeles�, dice, y sigue: �Con lo miedosa que soy, si hubiese olido algo parecido a sectas, hubiese salido corriendo�. No fue la única imantada. Este diario supo que Adelina Dalesio de Viola y Graciela Alfano habrían tomado cursos. Con ellas, Thelma Biral.
En aquella casa de Floresta de la que habla Irma Roy otras cincuenta personas podían tomar cursos. Años después y en otra casa, Silvina Vásquez llegó a Transmutar. Fue en el �98. Su nombre y el de su hermana fueron hallados entre las fichas secuestradas del local. Las chicas estaban inscriptas ahora. La menor, encargada de surcar con tajos de sangre el cuerpo del papá, era parte del alumnado de la fase II de Gran Operador de Alquimia. Aquel ícono dibujado con un cuchillo en el estómago de Juan Carlos es el que Transmutar usa como símbolo de purificación. El Purificador fue el nombre gritado por Silvina cuando con voz ronca intentó sacarse a los policías de encima. En el hospital, Silvina seguía llamándose purificador pero también llamaba a un hombre: Sergio, Sergio, pedía a los gritos.
Etcheverry, dice un ex fiel, quedó a cargo del local de Córdoba cuando se asoció a Páleka, que llevaba la parte espiritual en la sede de Perú al 800. El divorcio sobrevino, explica, en el �95: �Etcheverry mostró sus deseos de convertir a la iglesia en un negocio millonario. Puertasadentro, Páleka decía a los servidores que no compraran los productos de Transmutar: había deshechizado los íconos�.
Páleka está inscripto como exportador con el número 5048164 en la Dirección General de Aduanas. Es habilidoso, sobre todo para generar recursos: �Vendían varitas mágicas alquímicas que supuestamente tenían poderes �va explicando un viejo participante�, era una rama de sauce con una coma en la punta que te cobraban 50 pesos�. En catálogo podía obtenerse �cuenta� la grandiosa alfombra alquímica. Los superpoderes de la harpillera pintada devenían de su presentación: un pedazo de cielo con precio de acuerdo al tamaño. Medio metro de cielo costaba 50 pesos pero si el penitente deseaba uno mayor había que poner 80. Las conjuras de monseñor eran eficaces: por eso por una birome con cabeza de gnomo pedía 100 dólares. Eso sí: �No se vendían tanto, eran caros�.
La salvación tiene tabla de precios
Para acceder a las bondades divinas de los �complejos alquímicos� ofrecidos por Transmutar, hay que tener mucha fe y unas cuantas pesetas. Según la lista de precios de los productos, de uso obligatorio para los tratamientos de purificación, en personas o viviendas, hay que pagar al contado treinta pesos más una suma similar si se quiere acceder al �complejo vitalizador� posterior, imprescindible para dejar atrás la sombra de la desgracia y empezar a conquistar el mundo. Una familia tipo debería invertir, para sentirse segura, por los menos 135 pesos.
El �complejo purificador personal�, que consta de una pasta que debe ser esparcida por el cuerpo del sujeto en desgracia y de un cirio que debe encenderse para que el humo �bañe todo el cuerpo�, cuesta 14,90, según la lista de precios, que incluye 57 tratamientos diferentes, cuyo valor individual oscila entre los 14,90 y los 27 pesos. Los materiales deben ser usados nueve días seguidos, siempre a la misma hora. Si la secuencia se interrumpe hay que empezar otra vez de cero.
Se aconseja realizar, en forma conjunta, el complejo purificador personal y el ambiental. Una familia tipo, por ejemplo, debería pagar sesenta pesos para contar con los productos tendientes a �purificar� en forma individual a cada uno de sus cuatro miembros, más los 14,90 que se necesitan para ahuyentar las malas ondas del ambiente donde viven todos. Otros sesenta pesos serán necesarios para el �vitalizador� personal que es el que sirve para lograr la �regeneración energética� imprescindible para enfrentar el futuro sin riesgos de volver al pasado sombrío.
Después viene el trabajo de mantenimiento de la �purificación�. Se aconsejan de uno a tres baños de humo, un día al mes. Hay distintos complejos �vitalizadores�: Tobías (14,90), San Espiridón o Gloria Celestial (15,90), Profeta Isaías o Arcángel Miguel (17,50) y algunas �exclusividades� de Transmutar como �La Cruz en la Puerta�, cuyo costo se eleva a 27 pesos. Para ambientar, se pueden comprar desde discos compactos como �El Vuelo del Angel� (17,50 pesos) y esencias aromáticas como Mirra Pura o Sándalo Rojo, por apenas cinco pesos cada una. |
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