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Una suculenta parrillada con vino para conseguir la foto tan deseada

Menem agasajó al grupo mexicano Maná en la quinta de Gostanian.Los músicos se comprometieron a visitar Anillaco y le pidieron que concurriera al recital que ofrecerán el 5 de mayo en Ferro. 


Por Diego Schurman
t.gif (862 bytes) Nadie recuerda bien si fue por la generosidad del vino o la calidez que impuso el anfitrión. Pero Alex no tuvo ningún empacho en mencionar la palabra prohibida.
�¿Por qué no vamos a dar una vuelta en la �Ferrari�? �preguntó, mezcla de ingenuidad e insolencia, el baterista de Maná.
Carlos Menem tragó la porción de vacío. Lo relojeó pícaro a Armando Gostanian. Y comenzaron a descostillarse de risa.
Desde sus días de presidente que no disfrutaba tanto de la dolce vita. Se sentía tan a gusto compartiendo el asado con el grupo de rock mexicano que a la hora de los postres los emplazó a visitar Anillaco. La respuesta fue inmediata: en mayo, cuando regresen al país para ofrecer un recital en Ferro, harán una escala en la residencia riojana del ex presidente si éste compromete su presencia en el estadio de Caballito.
La reunión en la quinta que Gostanian tiene en Don Torcuato fue pergeñada por Alberto Kohan. Al arribar a Buenos Aires, los Maná aseguraron en conferencia de prensa que no iban a contar con ningún invitado especial en sus recitales. Pero, sorprendentemente, manifestaron un profundo interés por conocer a Menem.
�Al igual que a nosotros, les gustan las mujeres, los autos y el buen vino �se jactó Fher, el cantante del grupo.
Como en los tiempos en que ejercía la Secretaría General de la Presidencia, Kohan se preocupó en que los autores de los clásicos �Oye mi amor� y �Cachito� llegaran a la quinta en una combi. La gestión la hizo su jefe de prensa, Fernando Szereszevsky.
Todos arribaron pasado el mediodía, cuando el sol devolvía un césped fulgurante y entregaba un clima primaveral, a pesar del calendario.
Histriónico, Gostanian desplegó una parva de mesas de plástico para dar lugar a la docena de comensales. Vino blanco para todos. Coca light para la minoría. Agua mineral para algún loco.
Menem se mostró como un fan, aunque admitió conocer apenas dos o tres temas del grupo. Los clásicos, los que se emiten por las FM. Zulemita, en cambio, lució mejor informada, y no dejó de repartir sonrisas.
Hubo un duelo de regalos. Fher y los suyos llegaron con un libro del subcomandante Marcos bajo el brazo. Menem desenfundó uno de sus memorias: Universos de su tiempo, redactado por el periodista Daniel Herrendorf.
Los músicos redoblaron la apuesta con una botellas de tequila de su país de origen. Menem atacó con Menem: el ex presidente les obsequió una caja de vinos de su bodega.
El desempate quedó en manos de Gostanian. Cuando nadie los imaginaba, el ex titular de la Casa de la Moneda reflotó el cotillón menemista. Apareció con un cúmulo de encendedores �Menem 2003�, lo que abrió el debate político.
Hablaron de la globalización, del efecto tequila, y ecología y de la estabilidad. El ex presidente se mostró sorprendido por los conocimientos de los muchachos. Entendió entonces que la mención de la Ferrari, aquella con la que unió en poco más de dos horas Buenos Aires con Pinamar, no fue un desliz.
Sin embargo, el momento más difícil fue cuando le preguntaron cómo haría para superar la situación económica de México. El ex presidente dijo ser un conocedor de temas internacionales, pero recomendó orondo tomar de ejemplo lo que él hizo en la Argentina durante diez años.
Gostanian, habano en mano, rompió el clima con uno de esos chistes fáciles que tanto engolosinan a su amigo riojano. Pero, por un milagro del cielo, también logró embelesar a los invitados.
Sirvió para cambiar de tema. Se comenzó a hablar de música y de músicos. Fue entonces que se prendieron Alejandra Morilla, una de las representantes de Maná, y dos fans que los músicos hicieron participar del asado. Fher no pudo evitar hablar de Charly García y expresar preocupación por su estado de salud.
�Haga lo que haga es el mejor músico y yo lo banco �cortó Menem en defensa de quien le ofrendó un recital en la quinta presidencial, que poco tiempo después quedó registrado en compact disc, de edición limitada, titulado Charly & Charly en vivo en Olivos.
Zulemita también habló bien de Charly. Pero más se preocupó en demostrar cuánto sabía de Maná. Agradecidos, los mexicanos la invitaron al show que ese fin de semana brindaron en el Luna Park. (La hija del ex presidente no les falló: desde el costado del escenario siguió atenta cada uno de los acordes del grupo y hasta fue invitada a concurrir al camarín.)
A la hora de las despedidas, un Menem distendido �prácticamente no habló de sus próximos pasos políticos� invitó a los músicos al parque, junto a la pileta. Hubo besos, abrazos y poses para los fotógrafos.
El almuerzo, que se programó para dos horas, se había extendido por más de cuatro. El propio Menem, con ínfulas, explicó la razón:
�Hay gente que empieza a entender que soy un estadista.

 

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