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Por Pablo Feldman Una de cal y otra de arena. Manifiesta su ferviente respaldo a Domingo Cavallo, pero admite la autoridad y la ascendencia de Carlos Menem. Al hablar del ex ministro es tajante. �Es muy trabajador, tiene muchas ideas y me parece que nació dotado para la economía, tiene que ganar en la Capital para equilibrar el mapa político nacional�. Al hablar del ex presidente, también. �No hay que tomarlo como un rival en retirada, todo lo contrario, se está preparando para el 2003. Por eso la idea de decirle a Menem �te vamos a jubilar� es no conocerlo�. En un reportaje exclusivo con Página/12, Carlos Reutemann abordó la interna justicialista, la pelea por la jefatura de Gobierno porteño y hace una evaluación sobre los 100 días de gobierno de la Alianza. �¿Hace mucho que no ve a Menem ? �Y, déjeme pensar. Más o menos 15 días en una reunión del Concejo del PJ. �¿Y cómo es la relación ahora que ya no es presidente? �Observándolo y viendo la manera en que Menem habla y charla con los gobernadores; la sensación que transmite es la de un hombre que no se fue nunca... �Digamos que sigue mandando. �Bueno, eso intenta. �Pero ustedes sí se dieron cuenta de que no es más presidente. �Sí, pero sigue siendo presidente del Concejo Nacional Justicialista, y algunos le dicen �presidente�. �¿Tiene algún peso que sea el presidente del PJ? �o le diría en ese sentido que a Menem no hay que tomarlo como un rival en retirada, todo lo contrario, Menem se está preparando para el 2003. �¿Y usted ya lo califica de �rival�? �El es una persona que ha llegado a todo lo que consiguió en política a base de mucha lucha, por eso la idea de decirle a Menem �te vamos a jubilar� es no conocerlo. El va a luchar para ser el candidato del justicialismo, porque está en su naturaleza y porque además le ha ido bastante bien. Además quiere una interna, tiene la convicción íntima de que vuelve a ganar. �Pero para eso van a pasar un par de años, mientras tanto el PJ está acéfalo, o con muchas cabezas, porque hasta hace un par de meses se perfilaba un triunvirato entre usted, Ruckauf y De la Sota. �Yo creo que eso fue casual, por el tema de las automotices, pero cuando fue creciendo en la opinión pública, yo tomé distancia para no molestar a nadie, sobre todo los otros gobernadores que no estaban muy conformes. �Sin embargo, ustedes eran los interlocutores válidos del Gobierno. �No, por lo menos yo no lo quería, creo que al Gobierno le hubiera servido, pero yo no tenía la menor intención de marcar diferencia con los otros compañeros, tal es así que no volví a reuniones en las que no estuvieran todos los gobernadores del PJ. �¿Cómo es la relación con sus colegas de Buenos Aires y de Córdoba? �Es buena, pero si su pregunta apunta al 2003 yo lo veo muy lejano, no creo que haya nada que hablar de eso por ahora, porque además antes está el 2001. �¿Y antes del 7 de mayo?, porque usted ya �fichó� con Cavallo-Beliz. �Yo creo que un triunfo de Cavallo equilibraría el mapa político nacional. �¿No le trajo problemas dentro del partido apoyar a otra fórmula que no sea la del PJ? �A algunos compañeros les pudo haber molestado, pero mi intención no fue perjudicar a quienes van a luchar en la Capital, pero me parece que es la manera de equilibrar el rompecabezas que se armó en octubre con estafórmula en la Capital que puede ser ganadora. �¿Menem fue el que le reprochó el apoyo a Cavallo? �Sí, en la reunión que hubo hace unos días me dejó entrever que, teniendo fórmula propia él, como presidente del Concejo Nacional, no podía apoyar a otros candidatos. �¿Pero usted es vicepresidente del mismo concejo? �Sí, pero mi apoyo fue a título personal y yo en estas cosas me manejo por cuestiones del momento y no calculo las consecuencias. �Sus �rivales� del PJ dicen que usted puso una ficha allí pensando en el 2003. �No, no hice ningún cálculo, además Cavallo y Menem fueron ministros del gobierno justicialista. �Palito Ortega se paró la semana pasada en el Senado y dijo que Cavallo y Beliz los trataban a los justicialistas como a �leprosos� y que no es posible apoyar a quienes se pasan el tiempo hablando mal de los peronistas. �Yo nunca lo escuché a Cavallo hablar mal de mí, y a Beliz tampoco. Yo lo llamé a Cavallo porque él me había tratado de hablar unos días antes y me pidió que fuera veedor y en ese momento hablamos después de mucho tiempo. �¿Usted a Cavallo lo quiere en su equipo? �Es una persona de esas que en su profesión aparecen muy de vez en cuando. Es muy trabajador, tiene muchas ideas y me parece que nació dotado para la economía. �¿Cómo ve al gobierno nacional pasada la valla de los 100 días? �Creo que hay una tarea de reacomodamiento, que marca tiempos diferentes entre el Gobierno y la sociedad. Creo que conserva el apoyo popular a pesar de algunas voces que dicen lo contrario, creo que nadie quiere que le vaya mal. Todas las medidas que tome espero que sean acertadas, porque sino nos va a ir mal a todos. �¿El tema de la reforma laboral es una de esas medidas? �Yo creo que la discusión en el Senado va a ser importante. A mí se me adjudicó un apoyo irrestricto a la reforma labora que no fue tal. Hay puntos conflictivos que hay que revisar. Pero yo como gobernador creo que hay que extenderle confianza, no sólo por él sino por todos, no es bueno que no acierte en las medidas. Yo no especulo con que fracasen algunas cosas, si él se equivoca pagamos todos. �¿Pero hay gente que apuesta al fracaso? �Debe haber, pero no soy yo, el límite de la tolerancia está muy cerca y no se puede especular con los problemas de la gente, hay que darle soluciones. Esta es mi segunda gobernación y le aseguro que es otra cosa, no hay margen para errores, ni tiempo para esperar. �¿Le preocupa la posibilidad de un desborde social? �Lo que más preocupa es que no podemos percibir en qué momento se puede pasar de la línea y la situación se transforma en un conflicto; ahora el margen es muy estrecho y puede pasar que no nos demos cuenta. La gran desocupación, la recesión y la desaparición de planes sociales nos dejan sin elementos para medir el grado de tolerancia de la gente, sabemos que el clima es tenso, pero no cuándo puede desencadenarse un conflicto y eso es muy peligroso. Yo veo en las caras de mis ministros el sobresalto permanente y eso no es bueno, lo mismo que a muchos de mis colegas de otras provincias. �Así como lo tendría a Cavallo en su equipo, ¿lo nombraría a Aldo Rico como ministro de Seguridad? �En su ciudad sacó el 60 o 70 por ciento de los votos, y eso es un aval para él. Pero para afuera tiene un estilo confrontativo que no conduce a nada. Donde está Rico siempre hay polémicas y ya estamos cansados de polémicas, sobre todo cuando en el medio está el tema de la seguridad y lo que la gente quiere es que cambien las cosas y no asistir a peleas entre dirigentes.
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